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Policías con equipo antidisturbios en una calle iluminada por la noche.
SUCESOS

El infierno del narcotráfico en Marsella: Desde torturas medievales a secuestros

En lo que llevamos de año, la ciudad ha visto morir a 40 jóvenes en ataques relacionados con el narcotráfico.

El presente año 2023 se ha cobrado  más de 40 víctimas relacionadas con el narcotráfico en Marsella. En los últimos días se han celebrado tres juicios que son un reflejo de la cruel realidad a la que se enfrentan muchos de los jóvenes franceses que se dedican a vender droga en Marsella, considerada la segunda ciudad de Francia. En este sentido, los crímenes relacionados con el tráfico de drogas se han convertido en una tónica dominante, tanto que algunos medios de comunicación han recogido declaraciones que tildan estos actos de "justicia de barrio".

En uno de los mencionados juicios, Hakim, un joven de 15 años, se presentó en el último momento al procesamiento de sus presuntos torturadores en un juicio que se llevó a cabo a puerta cerrada a finales de septiembre en la región francesa de Aix-en-Provence. "Hacía semanas que no tenía noticias suyas, su valentía fue notable", afirmó el abogado de la víctima a diversos medios franceses. 

Con apenas unos días de antelación, otro joven de nombre Mathieu quedó completamente en shock al encontrarse frente a frente con sus cuatro verdugos, que fueron condenados a penas de hasta 25 años de prisión por haberlo secuestrado, torturado y haberle quemado los genitales con un soplete en el año 2019.

Torturas medievales y violaciones a menores

Estos métodos sobrepasan la imaginación de la mayoría y los medios de comunicación franceses no han dudado en tildarlos de “medievales”. El motivo por el que Mathieu fue torturado fue la venta de algunos gramos de droga sin autorización de la red  en Felix Pyat, una de las mayores barriadas de la ciudad francesa. En el juicio, el joven se esforzó por explicar la situación mental y social en la que se encuentra tras el ataque, relatando que apenas sale de casa y hace “cosas sin sentido”.

Por su parte, otro joven de nombre  Jules decidió no presentarse el pasado 13 de septiembre en el tribunal correccional de Marsella. En mayo de 2021, este adolescente, que por entonces tenía 14 años, fue secuestrado una tarde a plena luz del día y en plena ciudad. Los responsables de un puesto de venta de drogas le acusaron de llevarse mercancía, por este motivo lo retuvieron y golpearon durante toda la noche. Al día siguiente, obligado a volver a vender para pagar la deuda que mantenía con sus agresores, el joven torturado pidió desesperado a unos policías que se lo llevasen esposado, con el objetivo de que su petición de auxilio quedara maquillada de manera efectiva.

Policías y personas con mascarillas frente a un edificio de apartamentos con daños estructurales.
Redada policial en uno de los barrios de la ciudad de Marsella. | El Cierre Digital

En el caso de Hakim, el primer caso expuesto, su principal agresor reconoció haberle obligado a hacerle una felación. Hakim tenía 17 años en el momento de los hechos según han relatado los medios franceses. El joven acusado explicó que él mismo fue explotado por la red, admitiendo, según fuentes judiciales recogidas por diversos medios de comunicación, que normalmente "un esclavo no pega a un esclavo" porque "están todos en el mismo saco".

Paralelamente, en la madrugada del pasado 27 de septiembre dos personas murieron en pleno centro de Marsella en un tiroteo con kalashnikov. El suceso provocó gran conmoción por la crueldad de las imágenes que fueron difundidas en redes sociales y en la televisión. Los hechos tuvieron lugar cuando un individuo enmascarado salió de un coche con un kalashnikov y  disparó a sangre fría contra tres personas que paseaban tranquilas por la calle, dos de las cuales murieron.

Una vez efectuados los disparos, el autor volvió a su vehículo y se dio a la fuga. El automóvil, que tenía una matrícula falsa, apareció posteriormente incendiado y abandonado. La jefa de policía de la ciudad, Frédérique Camilleri, aseguró a los medios que todo apuntaba a que se trataba de un ajuste de cuentas entre bandas de narcotraficantes que operan en Marsella.

En esta ocasión los hechos tuvieron más repercusión de la habitual porque tuvieron lugar en el distrito 4 de la ciudad, un céntrico barrio donde no se conocía que existiera tráfico de drogas hasta el momento.

La jefa de policía Camilleri reconoció que en los últimos meses se han incrementado los actos violentos en la ciudad ligados a actividades como el narcotráfico y la prostitución y lo vinculó a la lucha policial contra esta lacra que se ha incrementado de forma importante.

Con 42 víctimas en lo que va de año, más que en todo 2022, la prefecta ha afirmado que  en los últimos tres años han llegado a la segunda ciudad de Francia 400 policías y que en los próximos meses se esperan otros 70. Recalcó que su trabajo está "dando frutos, que se están evitando asesinatos", pero que necesitan más tiempo, señalando que la labor policial tiene que ir acompañada de otros instrumentos, como el desarrollo económico, para "dar otra perspectiva a los marselleses que el tráfico de drogas".

Las conexiones con España

Apenas un mes antes de estos hechos, concretamente a mediados de agosto, agentes de la Policía Nacional, con la colaboración de miembros del Cuerpo de la Gendarmería Nacional de Francia, desarticularon una trama integrada por  ciudadanos españoles y galos  que se dedicada al envío de grandes cantidades de estupefacientes desde la provincia de Málaga hasta el sur de Francia.

La operación se saldó con 22 detenidos,  todos presuntamente involucrados en los delitos de pertenencia a organización criminal, tráfico de drogas, tenencia ilícita de armas, falsedad documental, robo de vehículo, lesiones y atentado a agentes de la autoridad. Por otra parte, se practicaron una treintena de registros en ambos países y se intervinieron un total de  2.350 kilogramos de hachís, 1,6 kilos de cocaína, seis pistolas con munición, 22 vehículos y mucho dinero en efectivo.

Un agente de la Guardia Civil inspecciona varios paquetes en una operación.
Imagen de la Policía Nacional al desmantelar una red de transporte de hachís a Marsella. | Guardia Civil

La investigación de esta trama comenzó el pasado mes de enero. Al parecer, según relatan medios malagueños, agentes del Grupo I de Crimen Organizado de la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de Málaga "tuvieron constancia de la presencia de varios ciudadanos procedentes de Marsella (Francia) en Mijas".

Aparentemente, los individuos no tenían actividad laboral ni tampoco empresarial, sin embargo, presumían ciertos lujos que no encajaban con sus ingresos declarados, lo que incitó a abrir una investigación. Posteriormente, en colaboración con las autoridades francesas, se comprobó que los sospechosos contaban con numerosos antecedentes por delitos relacionados con el tráfico de drogas a gran escala. Además, los investigadores del caso se percataron de que varios miembros de la red realizaban frecuentes viajes por carretera desde la Costa del Sol hasta enclaves de la frontera gala.

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