Inauguran una estatua en homenaje a Diana Quer: Así fue su caso y así vive su asesino
José Enrique Auín 'el Chicle' fue condenado a prisión permanente que cumple en la cárcel de Mansilla de las Mulas (León)
Juan Carlos Quer, madre de Diana, descubre este domingo 28 de julio un monumento en homenaje a su hija en A Pobra Do Caramiñal (La Coruña). Será una obra de Isabel Soler Rivas en homenaje a las víctimas de la violencia machista y estará ubicada en los jardines de Valle-Inclán uno de los lugares donde la joven madrileña pasó sus últimas horas antes de econtrar la muerte de una forma cruel.
Hace ocho años que José Enrique Abuín, alias el Chicle, asesinaba a Diana Quer. Fue el 22 de agosto de 2016. El 29 de diciembre de 2017 el Chicle era detenido tras un complicado proceso de investigación, en la que fue clave una grabación en la que se veía su coche. El Chicle fue condenado a prisión permanente revisable por un delito de asesinato con alevosía y se especulaba que en 2025 podría salir de prisión, algo que actualmente es imposible ya que a finales 2022 volvió a ser condenado.
Actualmente el Chicle se encuentra cumpliendo su condena en la cárcel de Mansilla de las Mulas, localidad de la provincia de León. Desde que salió a la luz su violación y asesinato de Diana Quer se han destapado nuevos crímenes cometidos por José Enrique Abuín. Así, en diciembre de 2022 era condenado a 14 años de prisión más por violar a su cuñada en 2005. Así lo decidió la Audiencia de A Coruña tras considerar que se aprovechó de su relación de parentesco con Vanesa Rodríguez.
Sin embargo, este no ha sido el único delito cometido por el Chicle tras el asesinato de Quer. Se sabe que el 25 de diciembre de 2016 intentó secuestrar a una joven de Boiro utilizando el mismo modus operandi. Amenazándola con un cuchillo la instaba a que se metiese en el maletero del coche, consiguiendo finalmente empujarla dentro. Sin embargo, el maletero no quedó bien cerrado y dos jóvenes que escucharon el forcejeo entre el Chicle y su víctima sacaron a la joven de aquella situación.
Hechos acontecidos en 2016
La madrugada del 22 de agosto del 2016 Diana Quer volvía a casa después de estar en las fiestas O Carme dos Pincheiros de la localidad coruñesa de A Pobra do Caramiñal. Aquel verano, Diana, con la mayoría de edad recién cumplida, pasaba unos días de vacaciones en esta localidad costera junto a su madre y su hermana Valeria, como tenía por costumbre.
Ya de vuelta hacia su casa, los investigadores concluyeron que la joven tenía que ir en línea recta por el paseo de O Areos que transcurre junto a la playa, iluminado en el primer tramo y oscuro en el segundo, en el que abundan las naves y los edificios destartalados. Fue en algún punto de este recorrido donde su rastro se perdió. A las 8.30 horas de la mañana de ese mismo día su madre denunció su desaparición.
La joven se quedó de fiesta hasta las 2.30 horas de la madrugada, cuando se despidió de sus dos amigas. Diez minutos después, se topó con una conocida en el paseo, a la altura de la pizzería “Mi manda Picone”, que se encuentra a un kilómetro de distancia del chalet donde veraneaba. Fue la última vez que la vieron con vida.
Durante el trayecto, la joven estuvo interaccionando con el móvil y envió un inquietante mensaje de Whatsapp a una amiga para advertirle que un hombre la estaba increpando. “Me estoy acojonando”, y luego especificó en un mensaje enviado a las 2.42 horas que un hombre le había dicho: “Morena, ven aquí”. Un comentario al que su amiga contestó con un “¿Y qué le has dicho?”. Pero Diana nunca llegó a responder y ni siquiera dio señal de haber leído el mensaje.
Las primeras pistas y el hallazgo del cuerpo
El 27 de octubre de 2016, dos meses después de la desaparición de la joven, un mariscador encontró su móvil en las profundidades de la ría de Arousa, en el mismo lugar donde se perdió la señal del dispositivo.
La memoria del terminal se pudo trasladar a otro teléfono. En ese momento, los investigadores descubrieron que, de los nueve intentos de los que dispone este modelo, “se había intentado en seis ocasiones desbloquear el teléfono” y que el móvil se arrojó “encendido” al agua. Tras recurrir a una empresa externa en Colonia, en Alemania, se logró desbloquearlo y obtener los datos de posicionamiento GPS de la joven hasta las 2:58 horas de la madrugada de la desaparición, cuando el terminal se desconecta en el puente de Taragoña.
A la hora de relacionar el posicionamiento del móvil de Diana Quer con el de otras personas que estuvieran por la zona, el agente explicó que los investigadores se encontraron con un “grave problema” del que no se percataron hasta enero del 2017 y que hizo que, en un primer momento, no se centrasen en el Chicle como principal sospechoso.
La caída del asesino
Un error de posicionamiento horario de las cámaras de la autovía de más de catorce minutos hizo que en todos los estudios previos hubiera un número alto de vehículos que no se correspondían con el horario por el que pasó Diana aquella madrugada a bordo del coche de José Enrique Abuín.
Los estudios concluyeron que el Chicle abordó a Diana Quer en la intersección entre el Paseo del Arenal y la calle Venecia, ya que los posicionamientos GPS del móvil de Diana marcaban por esta zona la ubicación de la joven esa madrugada. A pesar de los errores en los posicionamientos, de algunos metros, un investigador del caso comentó durante el juicio que “donde José Enrique Abuín dice que la abordó es imposible” que estuviese, dado que “hay casi 200 metros de distancia”.
Una de las cuestiones que llevó a la Guardia Civil a sospechar de Abuín fue su patrón de conducta con otras denuncias previas de acoso sexual, entre ellas la violación que denunció su excuñada.
Abuín abandonó el cadáver de la víctima a menos de 200 metros de la casa donde él residía, en Rianxo. El cuerpo de la joven madrileña fue hallado la madrugada del 31 de diciembre de 2017 en un pozo de una antigua fábrica abandonada, situada en la parroquia de Asados, sumergido a más de ocho metros de profundidad, lastrado por dos bloques y con una brida enredada en el pelo.
Un informe forense concluyó que el cuerpo estuvo al menos 20 días flotando ya que en el pelo de la víctima se detectaron “pupas de mosca”, especie no acuática que necesita oxígeno para sobrevivir.
Uno de los forenses que intervino en el juicio aseguró en el juicio que Diana Quer presentaba en su área genital un “edema importante”, concretamente en los labios mayores, hinchazón compatible con un acto sexual con violencia.
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