Grandes interrogantes sobre lo sucedido y discrepancias en el rescate de Julen.
Juan José Cortés, padre de Mari Luz, viaja hoy a Málaga para acompañar a los padres del niño antes del desenlace.
Las dudas y las incógnitas en torno a este caso aumentan a medida que avanza el rescate de Julen. Incógnitas que han existido desde el primer día y que no se disipan. Al contrario, los investigadores no encuentran conexión completa entre las declaraciones y testimonios recogidos de los testigos. Por ello, como dijeron al principio, la prioridad es encontrar al pequeño, después, el resto.
Las discrepancias afectan al pozo, a la supuesta protección que debía tener, a su construcción, a sus medidas. También hay diferencias en torno al rescate, a su desarrollo y organización, a la falta de medios inicial... Una vez se haya recuperado a Julen, todas estas discrepancias, dudas e incógnitas se resolverán. La investigación que se desarrolla de manera paralela dará su resultado. El desenlace está cerca. De hecho, y para acompañar en estos momentos críticos a los padres de Julen, estará el padre de Mari Luz. Juan José Cortés viaja a Totalán de nuevo para ofrecer su ayuda.
Durante el domingo, la perforadora gigante llevada desde Madrid, se ha topado con estratos de roca maciza de componentes sumamente abrasivos y duros. A la erosión de la broca que perfora la tierra, se une la ralentización de los trabajos que altera la previsión inicial de tiempos. Por ello, se ha retrasado esa perforación de unos 60 metros del tunel vertical que desciende en paralelo al pozo por el que cayó Julen hace ya ocho días. Fue en la finca de unos familiares en Totalán (Málaga), donde un pozo que debía estar bien protegido acabó tragándose al pequeño mientras corría por el monte, según cuenta su familia.
La arriesgada labor de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa
El lunes por la mañana, se prevé esté terminada esa galería vertical. Una vez concluida esta operación, hay que encamisar el pozo, en lo que se tardarían unas cinco o seis horas. Tras ello, a petición de la Brigada de Salvamento Minero de Hunosa, llegada desde Asturias la pasada semana, se rellenará con algo de tierra esa galería vertical por la que ellos descenderán.
Para bajar, lo harán en una cápsula de rescate, de 1,05 metros de diámetro por 2,5 de altura. Esta cápsula, que parece un ascensor, se maneja a través de una grúa de precisión, y tiene conductos preparados de aire, además de un adosado para cargar casi 500 kilos de tierra
Una vez abajo, deben empezar a cavar el tunel horizontal para llegar hasta el niño. Serán unos cuatro metros por unos dos de alto, y deben apuntalarlo con vigas de madera . Es una operación de máximo riesgo para su vida, por lo que los ocho especialistas irán con unidades de oxígeno individuales y harán turnos muy breves de dos personas. Tendrán un taladro neumático para agilizar el trabajo y podrían incluso llevar a cabo pequeñas explosiones controladas. Estos especialistas se jugarán la vida a 60 metros de profundidad.
Ángel García Vidal, delegado en Málaga del Colegio de Ingenieros y coordinador del operativo de rescate de Julen, ha asegurado que desde ese momento, la duración de los trabajos vendrá determinada por los materiales que estos técnicos, "con una tremenda experiencia en rescates y ejecución de trabajos parecidos", encuentren en su camino. No obstante, estiman que podrían ser unas 24 horas, ya que, manualmente, unirán la cavidad paralela con el lugar donde se estima que está el pequeño para proceder a su rescate.
García Vidal ha confirmado que no decaían los ánimos aunque es verdad que "iban de materiales duros a más duros y ese es el motivo fundamental por el que en determinados momentos la velocidad es más lenta”. Según el coordinador del operativo de rescate, están ante una unidad geológica “muy compleja”", formada por filitas y materiales de composición más cuarcíticas.
Hoy, la zona del Dolmen del Cerro de la Corona, donde se encuentra el pozo por el que cayó el pequeño, poco tiene que ver con lo que era después de haberse movido más de 35.000 metros cúbicos de tierra en 36 horas. Los medios han retransmitido casi en directo la ejecución a contrarreloj de una auténtica obra de ingeniería civil.
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