Fallece a los 82 años Ricardo Bofill, el arquitecto de la 'jet set' más internacional
El barcelonés, conocido por obras como el Teatre Nacional de Catalunya, batalló en los últimos meses contra el cáncer
El reconocido arquitecto Ricardo Bofill Levi, al frente de proyectos como el barrio de Antigone en Montpellier (Francia), el Hotel Vela o el Teatre Nacional de Catalunya en Barcelona, y el Parque Manzanares de Madrid, ha fallecido este viernes a los 82 años en su ciudad natal, Barcelona. Después de dejar su legado por cientos de países del mundo, como Francia, Estados Unidos, Argelia o China, el pasado mes de septiembre era investido honoris causa por la Universidad Politécnica de Catalunya en la basílica de Santa Maria del Mar.
El arquitecto barcelonés arrastraba varias batallas contra el cáncer que padecía y había sufrido graves accidentes de esquí y tráfico que incrementaron el deterioro de su estado de salud. Natural de la capital catalana, Bofill estudió Arquitectura en la Escuela de Barcelona, de donde fue expulsado en pleno franquismo (1957) por sus actividades políticas. Por ello, el barcelonés se vio obligado a continuar sus estudios en la Escuela de Ginebra, en Suiza.
Una visión transformadora y postmodernista
Haciendo justicia a su 'internacionalidad', Ricardo Bofill formó en 1963 un grupo multidisciplinar compuesto por arquitectos, ingenieros, sociólogos, filósofos y artistas sentando las bases de su Taller de Arquitectura. Se trataba de un equipo con más de 40 años de experiencia en diseño urbano, arquitectura, diseños de parques y jardines, y diseño de interiores. Entre las filas de este taller se encuentran críticos literarios como Salvador Clotas, el poeta José Agustín Goytisolo o la economista Julia Romea.
A lo largo de su recorrido como arquitecto, Ricardo Bofill ha ido recogiendo los detalles de las edificaciones del pasado, aplicando siempre un punto de vista novedoso y postmodernista en sus proyectos. En sus primeros años como profesional, trató de recuperar elementos de la arquitectura catalana tradicional, llegando a abordar los grandes problemas en ámbitos como la planificación urbana a nivel local.
De esa primera etapa, destacan proyectos como el ya mencionado Teatre Nacional de Catalunya, la Muralla Roja en Calpe, Villes Nouvelles y Les Echelles du Baroque en Francia, o la T1 del Aeropuerto El Prat de Barcelona, entre muchos otros. Como reconocimiento a todo su trabajo, Ricardo Bofill había recibido multitud de premios y distinciones, entre los que figuran el FAD de diseño, ASID de la American Society o la Creu de Sant Jordi.
Un arquitecto de la 'jet set'
De educación cosmopolita desde niño, Ricardo Bofill, se codeaba con lo mejor de la burguesía barcelonesa. El arquitecto incluso llegó a unir lazos familiares con los Iglesias-Preysler, pues en 1993 tenía lugar la boda de Chabeli Iglesias Preysler con su hijo Ricardo Bofill Maggiora, nacido del matrimonio –uno de los cuatro de Bofill Levi– del arquitecto catalán con la actriz italiana Serena Maggiora Vergano.
El enlace entre Ricardo hijo y Chabeli se celebró en el Taller de Arquitectura de Ricardo Bofill Levi, una antigua fábrica de cemento ubicada en Sant Just Desvern, a las afueras de Barcelona. Entonces Isabel Preysler quería controlar todos los aspectos de la boda y por eso ese verano decidió cambiar la habitual Marbella por la Costa Brava. La familia Boyer-Preysler se preparó para pasar las vacaciones en la masía Les Corts, en la urbanización de Camp de Pilans, en la localidad gerundense de L’Escala. Ella quería estar cerca de su consuegro Ricardo Bofill, que tenía una casa en Mont-Ras, en Gerona, y tener fácil acceso al Taller de Arquitectura.
Hoy, este Taller de Arquitectura, que representa todo el trabajo de Ricardo Bofill Levi, queda en buenas manos: Las de sus hijos Ricardo y Pablo Bofill.
Más noticias: