El Dioni sobre Daniel Sancho: Los primeros meses en prisión son lo peor
El Dioni: "En la cárcel se puede comprar todo; ahora me llevaría otro furgón, pero con más dinero."
Han pasado 35 años desde que España fuera testigo de uno de los robos más mediáticos de su historia. Corría el año 1989 y un entonces vigilante de seguridad llamado Dionisio Rodríguez Martín, más conocido como 'elDioni', robó un furgón blindado de la empresa Candi SA que contenía 298 millones de pesetas.
Dioni tocó el cielo y descendió a los infiernos en una prisión de alta seguridad de la ciudad brasileña de Río de Janeiro, donde vivió algunos de los momentos más oscuros de su vida. En una conversación entrevista, donde desnuda por fín su alma, ante los redactores de elcierredigital.com –recogida también en formato audiovisual en nuestro canal de YouTube y en la plataforma TikTok– afirma que, a pesar de haber pasado a la historia como un mito, no está de acuerdo con el apodo de Robin Hood español.
La historia de este personaje convertidfo en ladrón marcó una época reciente de España, tanto que el conocido cantante madrileño Joaquín Sabina le dedicó una canción. Después, Dionisio Rodríguez Martin ha probado suerte como empresario de la noche, escritor o concursante de realities. Hoy se encuentra inmerso en un nuevo proyecto, que tal y como ha revelado a elcierredigital.com, "podría comenzar este próximo mes de diciembre. Os lo diré en breve, pero será una bomba... otra más".
- Dioni, han pasado 35 años desde que usted ingresó en una de las prisiones más duras de la ciudad brasileña de Río de Janeiro. Un caso similar al que está viviendo actualmente Daniel Sancho, quien cumple condena en una de las cárceles de Tailandia.
- Todo el mundo dice que las prisiones de Tailandia, donde cometió el crimen Daniel, son las peores del mundo. Yo creo que la peor del mundo es en la que estuve yo, por lo menos, según lo que cuentan que le pasa a él y lo que pasé yo. A mí me encerraron en un centro de retención similar al que está Daniel y es donde estás hasta que se celebra el juicio. Una vez que se celebra el juicio te envían a una cárcel, que está masificada. A lo mejor hay 1000, 1.500 o 5.000 presos en cada módulo. Pero según lo que leo y escucho, a él le dan colchonetas para dormir y, sin embargo, yo dormía en el suelo, no salía para nada de la celda, que era de 3x4 metros. Y ahí lo mismo éramos dos, que éramos 17.
Había alacranes, arañas, mosquitos dengue, ratas... Aquello era un infierno y no había luz, a una temperatura de 35 grados en invierno y 50 en verano. No había ducha. Bueno, había un chorrito del que salía agua. Fue allí donde estuve durante ocho meses hasta que vino 'Interviú', me ofreció dinero y compré a todos los policías federales. Entonces instalé una cocina para mí y para ellos. Podía ver la televisión. Y contaba con todo tipo de lujos que se podían comprar.
- Es entonces verdad que en ese tipo de prisiones donde pagando puedes optar a ciertos privilegios...
- Hay un trato muy rígido en estas cárceles, donde no hay armas, como en otros países, y ni te puedes escapar, a no ser que tengas mucho dinero. Yo a un madrileño le ayudé a través de mi abogado, porque tuve de compañero al químico de Pablo Escobar, el jefe de los narcos colombianos. Y entonces, pagando dinero, conseguimos una celda donde tan solo estábamos los dos.
A mí que no me digan que no se compra a la gente por dinero porque todo el mundo tiene un precio. Y mas en la cárcel. El dinero da la felicidad y, además, a la carta. Yo lo he comprobado con gente, porque me he movido con tres banqueros de los que he sido guardaespaldas, con el director general de Cepsa, con Fernando Castedo, el director de Televisión Española, me he movido con gente de todo tipo... con mucho dinero, o con poco, con golfos o tontos...pero todo con dinero se compra.
- Durante este verano Daniel Sancho recibió una visita de carácter consular. Una visita que generó gran revuelo mediático.
- Yo te puedo decir que a mí el cónsul me visitó a los 7 ó 8 meses, me saludó porque se pensaban que era rico. Me vino a ver por obligación, porque ya vino la Interpol a recogerme y me tuvo que venir a saludar. Me dijo que le firmara un escrito, donde se dejaba constancia de las atenciones que habían tenido conmigo, como, por ejemplo, si había recibido dentífrico. Yo no había recibido absolutamente nada de la Embajada de España. Nada. Lo que ocurre es que al hombre le acababan de operar de cáncer y en una de sus visitas me trajo una pastilla de turrón, me dio lástima y lo firmé, pero yo nunca percibí la atención de embajador ni del consulado. Era como si no existiera, en absoluto.
- En el caso de Daniel Sancho, ¿cuánto dinero cree que tiene que pagar para recibir todo ese tipo de privilegios?
- En un principio él tiene el recadero, que es lo que hay en todas las cárceles, que le das un dinero y él te lo trae de fuera. No pasa ningún tipo de filtro, es decir, puede traerte desde drogas hasta fruta, lo que tú quieras. Cuando quería hacer el amor con una de las presas que había, no tenía nada más que pagar 100 euros a los federales, 50 por la botella de whisky y 30 por el ventilador y 20 para ella.
- Qué opina de Daniel Sancho, de ser un joven atractivo, con un brillante futuro por delante y descendiente de una de las sagas artísticas del país a cumplir condena en una prisión tailandesa, ¿cómo cree que se tiene que sentir ahora?
- El primer mes es el peor. Un chico como él, guapo, con un físico envidiable, que podía tener a todas las chicas que quisiera, que frecuentaba la noche... tiene que ser complicado y lo tiene que estar pasando muy mal. Estos primeros meses, son de lo peor. Lo que ocurre es que después te encuentras a gente que está todavía peor que tú, es decir, él ahora tiene la zozobra de que por ser el 'hijo de' y tener muchos conocimientos a nivel político o económico, pues podría librarse de la pena de muerte. Él debe de pensar que cuando pasen ocho años podrá regresar a España y aquí en nuestro país es "harina de otro costal".
En mi caso, los meses que pasé fugado en Brasil disfruté. Yo iba donde estaba Julio Iglesias, Pelé, Roberto Carlos, era el Mo Carlos y yo era uno más. Que ellos tenían un helicóptero, pues al día siguiente me lo alquilaba yo... Que quería una avioneta, pues la alquilaba, al igual que las limusinas, compraba las mejores 'chupas de cuero', viajaba, tomaba los mejores champagne, he estado con muchísimas mujeres... Yo sabía que me iban a coger, entonces dije: Voy a disfrutar todo lo que pueda. Yo tocaba el cielo con los dedos.
Durante mi paso por prisión me di cuenta de que hay un código. Yo intentaba pasar desapercibido. No preguntaba nada a no ser que me preguntaran a mí. Recuerdo que iba escuchando música en mi walkman y tan solo me los quitaba cuando me decían que querían hablar conmigo. Coincidí con el asesino del Mesón del Lobo Feroz, que había matado a dos prostitutas y las había emparedado, y luego con terroristas de la banda terrorista ETA. Conocí a Valentín Gómez Valledor, que secuestró a una niña en León y se la llevó a Asturias y allí la mató... aunque de eso me enteré cuando salí de prisión. Hay casi más respeto dentro de la cárcel que en la calle. Daniel Sancho contará con un respeto al principio para ver quién es. Él andará con mucho ojo, porque es un hombre que ha practicado algún deporte como Muay Thai y puede defenderse dentro. La situación para él es ahora de un choque brutal, de estar tocando el cielo a bajar al infierno. Pero ante la adversidad, tienes que luchar contra ella...no te queda más remedio.
- Ha comentado que tienen que pasar ocho años hasta que Daniel pueda ser extraditado.
- Sí, aproximadamente de 8 a 10 años. Eso sí, yo no soy partidario de tener abogados españoles allí. Recuerdo que en la prisión de Brasil yo estaba con Charles Laurencio Coni, químico de Pablo Escobar, y me dijo que ni se me ocurriera que fuera un abogado español a 'meter la pata' en el sistema judicial brasileño. Y así hice.
- La familia Sancho contrató este pasado verano a una serie de abogados españoles que también han sido objeto de críticas. ¿Cree que le ha beneficiado o perjudicado a Daniel?
- Le ha perjudicado y le va a perjudicar aún más. En Tailandia tienen unas directrices que se deben cumplir a rajatabla y que son totalmente distintas a las de España. Los abogados de la familia de la víctima van a luchar. Y eso será otro handicap importante.
- ¿Hasta que punto le marcó su paso por la prisión de Río de Janeiro?
- Lo que me ha marcado son las injusticias que han tenido los jueces conmigo. Por ejemplo, de estar en siete prisiones de máxima seguridad en las que tenía vis a vis, premios por trabajar en la carpintería y, de repente, un día que me vienen a visitar mis padres me llevan para Soto del Real. Después a Carabanchel. De Carabanchel a Soto. De Soto a Valdemoro. Y de Valdemoro, dime tú a mí qué hago yo preventivo con los mayores asesinos, terroristas, secuestradores....
Es más, estando en prisión recuerdo que un día que mi hermana estaba en el Asador Frontón y vendía puros a todos los ministros que había entonces. Allí iban también personajes como Florentino Pérez, Jesús Gil, y hasta Sancho Gracia, el abuelo de Daniel. Todos sabían quién era mi hermana. Y le preguntaban: "Y Dioni, ¿cómo está?". Una vez fue Sancho y le dijo: "te veo muy apenada, ¿qué te pasa?". Y dice: "pues mira, Dioni ha entrado en Herrera de la Mancha y lo malo es que mi madre, que tiene ochenta y tantos años, para ir a Ciudad Real lo va a tener muy mal". Sancho Gracia le comentó que aquella noche iba a cenar con Antonio Asunción, que era entonces el director de Instituciones Penitenciarias e intercedió por mí. A los tres días me sacaron de Herrera de la Mancha. Por eso, yo le debo una a Rodolfo, el padre de Daniel.
- Salió de prisión y se reinventó.
- Cuando salí de la cárcel me propuse demostrar a la sociedad quién era y cómo soy. Desde entonces no he vuelto a pisar una comisaría, ni un juzgado, ni nada, he vuelto a estar como era siempre.
- ¿Sabe que le llaman el 'Robin Hood español'?
- Tampoco es eso. Yo sí he dado dinero, claro que he dado dinero. Lo primero, dejé 37 millones, que era la nómina de unos trabajadores. Dejé el dinero de la pastelería Mallorca. Y sí que he dado dinero, pero no soy Robin Hood. Yo no robé para dar a los pobres. Yo robé para dar un escarmiento. Porque yo era un guardaespaldas de élite y me llevé 298 millones de pesetas en un furgón y dejé cuarenta y tantos de los trabajadores. Y entonces robé al Banco Hispanoamericano. El Banco Hispanoamericano tenía un seguro con la Unión y el Fénix. Y el presidente de la Unión y el Fénix era Mario Conde, que me lo encontré en Meco.
- ¿Por qué robó ese furgón con esa cantidad de dinero?
- Yo tenía una nómina de 250.000 pesetas, que era mucho dinero en 1985. Yo tenía que pagar un chalet que me estaba haciendo, el piso de la avenida Porto y un Audi que tenía también. Cuando empezaron a llegar las letras y, al ver que no podía pagar sabía que me iban a embargar y a quitármelo todo. Dime tú a mí si, después de estar 12 años luchando contra los terroristas y sin haber hecho nada, me quede sin nada, sin casa, sin coche, sin nada. Y la prueba es que yo cogí el dinero y se lo dejé a tres personas en las que que confiaba totalmente. Esas personas eran Jesús Arrondo Martín, Cocoliso, que precisamente estaba infiltrado en ETA. Yo tenía de amigo a Raúl Moruto Pérez, que era el director general de la Guardia Civil. Tenía a José Amedo, que me advertía de los terroristas que posiblemente podían venir a Madrid, a Villarejo... Todos formabamos parte de una comba que íbamos a Retro, que era una discoteca que en el relaciones públicas era Chema Suárez, el hermano del presidente Adolfo Suárez. Estuve con Fernando Castrito también.
Y nunca lo he dicho, pero estuve de conductor con el presidente de la Sala Segunda del Tribunal Supremo, Don Manuel González yGonzález, quien me infundía respeto pero también me dio confianza de dormir en la misma habitación que su hijo en Alba de Tormes. Me trató de manera exquisita pero jamás le pedí un favor estando en la cárcel, ni siquiera lo nombré. A él, a Fernando Castedo y al director general de la ONCE, Miguel Durán, los quiero mucho porque me trataron como a una persona, no como a un guardaespaldas. Ahora que he salido definitivamnete de la cárcel ya no quiero amigos.
- ¿Cómo es la vida actual del Dioni?
- Antes iba al gimnasio, ahora ya me da más pereza. Pero salgo con mi mujer si tengo dinero. Me voy a hacer la compra, tomamos una cerveza o un vino, me gusta mucho cocinar también.
- También probó suerte como escritor al publicar su libro 'Yo robé un furgón blindado'.
- Sí. Y lo dividí en cuatro partes. He reflejado mi detención porque casi me ahogaron en el mar, me dieron palos corrientes. Ese capítulo es una tragedia total. Después cuento la vida del millonario, después el robo y, después, la etapa que pasé en las siete cárceles, que, yo no sé por qué, me mandaron a Carabanchel, Meco, Valdemoro, Soto, Alhaurín, Herrera de la Mancha. Fue allí donde estuve con históricos de ETA como Iñaki de Juana Chaos, Germán Rubenach o Enric Parón.
- ¿Tiene algún proyecto en mente?
-Sí, una serie sobre mi vida porque viendo las que sacan ahora en televisión pienso que mi vida tiene de todo. E, incluso, recuerdo que una vez vino a verme RonaldBig, que era el ladrón del tren de Glasgow...porque quería saber de primera mano mi historia... Espero que pueda empezar pronto.
- Por último, ¿se arrepiente de haber cometido el robo del furgón blindado?
-Voy a contestar como un gallego. Antes tenía remordimientos de conciencia, pero ahora se me han quitado. El Dioni normal sí se arrepiente, pero el Dioni de ahora dice, llévate otro y con más dinero. Y ahora, si pudiera, con más dinero, y así compraba al juez, al fiscal y a todos.
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