Crónica negra de la moda: El asesinato de Gianni Versace marcó un antes y un después
El 15 de julio de 1997 el diseñador italiano recibió un disparo frente a su residencia en Miami Beach
El 15 julio de 1997, España alzó la voz contra el asesinato del concejal del Partido Popular Miguel Ángel Blanco, asesinado por la banda terrorista ETA y a 7.075 kilómetros, aquel mismo día, otro crimen sacudía a la sociedad internacional. El diseñador italiano Gianni Versace era asesinado a las puertas de su residencia. La muerte del hermano de la también diseñadora Donatella Versace fue uno de los crímenes que pasaron a la historia como uno de los más mediáticos de la historia de la moda.
Suicidios, asesinatos, venganzas, muertes, envidias..son algunos de los oscuros episodios en los que se han visto implicados numerosos rostros vinculados a la industria de la alta costura a lo largo de las últimas décadas y que a día de hoy siguen conmocionando a aquellos seguidores de los grandes creadores.
El objetivo de Andrew Cunanan
El 15 de julio de 1997 el diseñador Gianni Versace salía como cada mañana de Casa Cuarina, su residencia en la ciudad isleña de Miami Beach a comprar la prensa diaria a un local cercano llamado News Café. Al llegar a la puerta de su casa fue asaltado por Andrew Cunanan, quien le disparó en dos ocasiones.
Cunanan era un toxicómano, chapero y asesino en serie. Era aficionado a insinuarse a hombres poderosos a quienes hacía creer que provenía de una familia de clase alta en Filipinas. Tras el asesinato, Cunanan pasó ocho días en busca y captura, perseguido por el crimen del diseñador y otros cuatro más, hasta que se suicidó pegándose un tiro en la boca en un barco.
Tras el asesinato del fundador de Versace se especuló sobre el vínculo que mantenía con Bucanan y los investigadores descubrieron que ambos habían coincidido en una ocasión en el Colossus, un club gay ubicado en el Estado de San Francisco.
Todo quedó en una charla entre ambos aunque posteriormente diversos testigos afirmaron que también se vieron en el backstage de la ópera ya que Gianni Versace había diseñado los trajes de una producción teatral y Bucanan habría puesto el objetivo en el diseñador italiano. El 24 de julio de 1997 se celebró el funeral del creador en Milán a la que acudieron diversas personalidades como Giorgio Armani, Karl Lagerfeld, Carolyn Bessette, Naomi Campbell, Elton John o Lady Di.
Maurizio Gucci, un crimen por venganza
El crimen de Gianni Versace no fue el único que golpeó al mundo de la alta costura italiana. Dos años antes el empresario italiano Maurizio Gucci era asesinado a las puertas de su mansión localizada en Milán. El hijo de Rodolfo Gucci pertenecía a una de las grandes sagas de la industria y su muerte conmocionó a Italia.
La vida de Maurizio Gucci cambió por completo cuando conoció a su exmujer y madre de sus dos hijas Patrizia Reggiani. Ambos habían llevado la firma Gucci a lo más alto y se convirtieron en una de las parejas más célebres de Milán. Fue a mediados de la década de los ochenta cuando la imagen de matrimonio idílico comenzó a deteriorarse.
En 1991 el matrimonio estaba prácticamente roto y de hecho fue Maurizio Gucci quien tomó la determinación de irse de casa tras enamorarse de la diseñadora de interiores Paola Franchi. Nunca volvió. Tras su marcha, Patrizia Reggiani le acosaba y hacía intentos por ponerse en contacto con él. Dos años después, Maurizio decide vender casi un 47,8% de Gucci a Investcorp. Un hecho que molestó en gran medida a Reggiani, implicada en la firma desde que pasó por el altar junto a Maurizio.
El 27 de marzo de 1995 Maurizio Gucci era asesinado. Su exmujer se convirtió en sospechosa del crimen aunque no fue hasta 1997 cuando fue arrestada y un año después fue declarada culpable del asesinato de su exmarido. A lo largo del proceso judicial se conocieron los detalles del plan que había llevado a cabo. La Viuda Negra, apodo que se hizo eco en los medios de comunicación, contrato a un sicario y contó con la ayuda de su vidente Giuseppina Auriemma. Patrizia Reggiani fue condenada a 26 años de prisión y a día de hoy trabaja en una empresa de joyería en Milán.
Alexander McQueen y los que quisieron irse
El diseñador británico Alexander McQueen era uno de los nombres asociados a la moda transgresora a la altura de Vivienne Westwood o John Galiano. Era uno de los creadores favoritos de la princesa de Gales Kate Middleton o de la modelo Kate Moss. En febrero de 2010, su madre Joyce McQueen falleció a causa de una serie de problemas renales que arrastraba desde hace tiempo. Tan solo unos días después el creador londinense apareció sin vida en su apartamento del barrio West End.
La autopsia reveló que había ingerido una ingente cantidad de tranquilizantes, cocaína y somníferos. En la habitación donde fue hallado su cuerpo apareció el libro The Descent of Man escrito por Wolfe Von Lenkiewick. En la parte posterior de la obra había dejado una nota que citaba “por favor cuidad a mis perros. Lo siento, los amo”. Años antes de su fallecimiento, el diseñador fue diagnosticado de trastorno de ansiedad y depresión que combatía con el consumo de cocaína por el que fue víctima de dos sobredosis.
Al igual que Alexander McQueen, el diseñador Manuel Mota se quitaba la vida en los baños de un ambulatorio de la localidad catalana de Sitges. El cuerpo del creador de la firma Pronovias fue hallado con un cuchillo clavado en el pecho y en su mochila había tres cartas, una de ellas dirigida a sus familiares, otra a su pareja y otra a los Mossos D´ Esquadra.
En una de las misivas, el diseñador explicaba que no atravesaba por un buen momento laboral, un hecho que le derivó en una depresión al que él denominaba “monstruo”. A raíz de aquella confesión, la familia decidió vetar al equipo de Pronovias en el funeral del diseñador.
Los excesos de Gia Carangi
A principios de la década de los ochenta, no había portada de las cabeceras Vogue o Cosmopolitan que no protagonizara ella e incluso firmas como Christian Dior la elegían para protagonizar sus campañas de publicidad. La supermodelo estadounidense Gia Carangi trabajaba de manera frenética. Su personalidad salvaje cautivaba.
Aunque pronto descendería a los infiernos. La topmodel era una de las personalidades que reinaba en los clubs nocturnos de Nueva York, donde el consumo de heroína estaba a la orden del día. Su adicción era tan fuerte que fue despedida de la agencia donde trabajaba por las marcas de sus brazos.
Aunque Carangi amasó una gran fortuna por protagonizar reportajes en las principales cabeceras de moda, pronto se vió en la ruina absoluta por derrochar sus ganancias y como consecuencia, ejerció la prostitución para poder comprar sustancias e incluso llegó a sufrir abusos sexuales. Carangi había tocado fondo y se refugió en su madre. Fue en 1984 cuando ingresó en un centro médico por neumonía y allí descubrieron que había contraído el VIH. La joven falleció con tan solo 26 años de edad.
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