El crimen de la viuda de la CAM no se resolverá hasta después del verano
La resolución de este caso, más de un año y medio ya, se prolongará todavía aún más sin pruebas concluyentes, todavía.
Tanto la Fiscalía como la acusación particular que ejerce el hijo de la viuda asesinada, Vicente Sala, se han opuesto a que el juez que investiga el crimen de la CAM dé por finalizada la instrucción del caso, tal y como pidió en su día la defensa de Miguel López, yerno de la fallecida y hasta ahora el único sospechoso del asesinato.
El fiscal y la acusación entienden que no es el momento de solicitar el fin de la investigación porque todavía quedan pruebas por practicar. Dos exactamente: el análisis de la tablet y del teléfono móvil de López. El estudio de ambos dispositivos lo están llevando a cabo los agentes de la Policía Informática Forense de Madrid a través de CAIS, de la empresa Cellebrite, que trabaja para el FBI americano. El magistrado ordenó hace unos días, que tanto la tablet como el móvil fueran enviados a Madrid al considerar que el aparato para estudiar la tablet y el móvil es mucho más avanzado que el de Valencia.
El magistrado José Luis de la Fuente tomará en breve una decisión sobre las peticiones realizadas para continuar la instrucción y no finalizarla. Según ha podido saber El Cierre Digital, el magistrado determinará casi con toda seguridad que se practiquen estas últimas diligencias antes de dar por concluida la instrucción del caso, por lo que la resolución sobre si se pone punto y final a la investigación del crimen de la CAM tendrá que esperar hasta después del verano, como muy pronto. Una vez que llegue al juzgado el análisis de la Tablet y del teléfono móvil de López, el magistrado José Luis de la Fuente deberá determinar si archiva el caso definitivamente en referencia a Miguel López o bien lo envía a juicio oral, con jurado.
Una instrucción que lleva más de año y medio
La investigación del crimen de la viuda del ex presidente de la CAM, Vicente Sala, que dirige el magistrado José Luis de la Fuente, todavía no ha entrado en su fase final a pesar de llevar más de un año y medio de instrucción. En una reciente providencia a la que ha tenido acceso El Cierre Digital, el juez “regaña” al comisario jefe provincial de la Policía Judicial de Alicante, Antonio Selva Lodeiro, conminándole a que “remueva los obstáculos existentes” y que finalice de una vez los informes relativos a los aparatos informáticos que se le incautaron en su día al presunto asesino y que lleva acordado más de un año. Se trata del ordenador, del teléfono y de la tablet del hoy presunto autor de la muerte de María del Carmen Martínez, su yerno Miguel López. Una prueba aprobada por el Juzgado de Alicante el 8 de febrero de 2017 y que, transcurrido más de un año desde entonces, todavía sigue sin tener ningún resultado, lo que ha provocado el enfado de su señoría. El juez en su providencia afirma que “no se entienden las dificultades que parecen sucederse en una pericia informática de relativa sencillez, como es comprobar si en un teléfono, ordenador personal y tablet existe información, o no, que pudiera tener relación con el delito de asesinato investigado”.
Además, en otro oficio, la policía solicitaba que desde el Juzgado se enviara a la Comisaría General las grabaciones de las declaraciones realizadas en sede judicial por parte de Miguel López para que fueran analizadas por la Sección de Análisis de la Conducta de la Comisaría General de Policía Judicial, lo que demuestra que, a día de hoy, son escasas las pruebas que tienen en su poder contra el investigado. El juez también ha denegado la “curiosa” petición de la Policía de Alicante sobre mandarles las grabaciones, ya que nunca se ha acordado durante la instrucción la intervención de esta Sección de Análisis de la Conducta de las Fuerzas de Seguridad. Algo insólito a estas alturas de la causa.
Después de 17 meses de declaraciones, peticiones de pruebas y periciales el caso no ve todavía su recta final, donde el juez deberá decidir si envía el caso a un juicio con jurado o archiva el procedimiento contra el que hasta ahora es el único sospechoso: Miguel López. Además, la macroprueba de ADN de las 15 personas que estuvieron junto a la fallecida en sus últimos instantes de vida no ha aportado ningún resultado aparente. Más bien todo lo contrario. Ni el ADN del médico forense, ni los dos policías locales, ni de los cinco sanitarios ni los ocho empleados del concesionario de coches familiar donde asesinaron a María del Carmen Martínez, que estuvieron junto a la fallecida cuando quedó malherida, son los que aparecen en los restos biológicos hallados en los casquillos que aparecieron junto al cadáver de María del Carmen Martínez y que tampoco coincidieron con el de López. María del Carmen Martínez, viuda de Vicente Sala, fue asesinada dentro de su Porsche Cayenne en el lavadero de Novocar, un concesionario propiedad de su familia, el 9 de diciembre de 2016.
El resultado del análisis de los ADN no ha arrojado nuevas sorpresas. Los restos no corresponden con ninguno de los 37 varones que podrían haber contaminado involuntariamente la escena del crimen. El único acusado, el yerno de la víctima ya había sido descartado con anterioridad. La posible autoría de un sospechoso no identificado se añade así a las sombras que planean sobre la instrucción y la hipótesis acusatoria del caso.
Sin pruebas concluyentes hasta la fecha
El yerno que dirigía el concesionario, Miguel López, fue el señalado por la policía y pasó 38 días en prisión preventiva. Sin embargo, todas las pruebas practicadas desde entonces hasta la actualidad no han reforzado el relato acusatorio de la policía, lo que ha provocado que López se encuentre en libertad bajo fianza.
Ahora la pregunta está ya en la calle si no es el yerno y ninguno de los 37 varones que acudieron a atender y socorrer a la viuda aquella tarde: ¿Quién es entonces el hombre que manipuló las vainas de las balas disparadas?... Máxime cuando está comprobado que las balas fueron recortadas para adaptarlas al arma del crimen, de un calibre más pequeño, por lo que es razonable pensar que el ADN hallado en ese casquillo pertenece a la última persona que manipuló las vainas.
El caso entra en una recta final donde los informes aportados, tanto por la defensa como por las acusaciones, son contradictorios entre ellos al cien por cien. Lo que complica mucho más la resolución de este controvertido crimen, cuya resolución ya habrá que esperar hasta después del verano.
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