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Hombre con barba gris siendo detenido por la policía, con un letrero rojo que dice "EXCLUSIVA" en la esquina superior izquierda.
SUCESOS

César Román sospechoso de asesinar a Heidi Paz y trasladar sus restos a Usera.

Investigadores hallan nueve restos biológicos en vivienda de calle López Grass, aún en análisis.

Los nueve vestigios o pruebas objetivas que pueden acabar rematando al Rey del Cachopo fueron obtenidos el 20 de septiembre de 2018, cuando miembros de Policia científica inspeccionaron el domicilio de la madrileña calle López Grass y tomaron hasta nueve muestras de restos en la puerta del armario del dormitorio principal, en un rodapié y en la puerta, junto al tirador, de la misma estancia.

En el cuarto de baño de este piso de Vallecas los investigadores también lograron una evidencia, sobre el mueble donde se asienta el lavabo. Los otros cinco restos biológicos fueron encontrados en la parte inferior del sofá, dos muestras sobre el suelo, en el frontal del mostrador que separaba la cocina del salón-comedor y en una bolsa blanca de plástico que encontraron bajo la mesa del salón. Estas pruebas todavía no han arrojado resultados, pero se da casi por seguro que alguna de ellas pertenecerán a Heidi Paz.

La hipótesis más probable, independientemente de lo que se demuestre durante el acto del juicio, se construirá sobre la base de una muerte accidental por discusión y un posterior intento, frustrado a medias, de Román por deshacerse del cuerpo, principal prueba incriminatoria.

Un hombre con camisa blanca está hablando en un lugar concurrido, con varias personas y un espejo en el fondo.
El Rey del Cachopo durante un acto publicitario en uno de sus restaurantes. | El Cierre Digital

Este martes la jueza de Violencia de Género número 6 de Madrid, María del Carmen Gamir, celebró la última prueba testifical prevista. Por el juzgado pasaron una decena de policías adscritos al Grupo VI de Homicidios y otros, de Policía Científica, que declararon por videoconferencia. 

También apareció finalmente Adrián Iscu, el extrabajador rumano que no lo había hecho en las dos anteriores ocasiones y estaba apercibido de orden de búsqueda y captura, que ratificó su declaración efectuada hace meses ante la policía. Es decir, que no tenía llaves de la nave de Usera donde aparecieron los restos de Heidi y que ya no trabajaba para César Román cuando sucedieron los hechos. Tampoco, indican los investigadores, pudo ser la persona que vio salir de la nave el portero del número 5 de Sebastián Gómez, puesto que Iscu es bastante alto, en torno a 1,80, y tiene un fuerte acento rumano, que contradice lo declarado por el portero, Miguel Ángel Rodríguez Caldera, que dejó claro que la persona que vio salir de la nave no tenía acento extranjero y "era un tapón".

Restos depositados en la nave varios días antes de encontrarse

Los dos forenses que también declararon por videoconferencia se ratificaron en sus informes preliminares, que las mutilaciones del cuerpo se hicieron "para transportar más fácilmente el cuerpo". Según concluyeron también en su escrito provisional.

Los estudios entomológicos -referentes a los insectos que se encuentran de manera natural en todos los cadáveres- realizados a los restos de Heidi, descubrieron que el cuerpo había sido depositado en la nave al menos cuatro días antes de encontrarse, el 13 de agosto, un dato que no entra en contradicción con la desaparición de Heidi Paz, que fue el 5 de agosto. Además, el documento también destaca que la temperatura media de la zona, 26,9 grados, así como el lugar donde los restos se encontraban -dentro de una maleta cerrada- podrían haber retardado la aparición de la fauna cadavérica.

Asimismo, el informe preliminar de la autopsia deja en el aire la sospecha de que la amputación de las prótesis mamarias estaría "relacionada con los intentos para evitar la identificación de los restos".

La próximas diligencias que se practicarán serán decididas por la titular del Juzgado de Violencia de Género número 6 de Madrid,  María del Carmen Gamir, que ya ha denegado la petición de la defensa de César Román para que se practicasen siete nuevas pruebas, entre ellas un informe psicológico del investigado, que se ha hecho ya tan famoso entre los reclusos que, incluso, tiene ya una entrada en Wikipedia.

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