
Así es Salman Behbehani, el magnate del póker condenado en España por tráfico de droga
El jugador de póker y empresario kuwaití Behbehani fue detenido en 2021 en Ibiza con un alijo valorado en 26.000 euros
La Audiencia Provincial de Baleares ha condenado a Salman Fouad Behbehani, empresario, DJ y jugador profesional de póker, a seis años y un día de prisión por un delito contra la salud pública, además de imponerle una multa de 30.000 euros.
La sentencia llega tras casi cuatro años desde que fuera detenido en el aeropuerto de Ibiza. Allí aterrizó en un jet privado proveniente de Las Vegas con una treintena de pasajeros a bordo y un cargamento de drogas valorado en más de 26.000 euros.
El caso ha generado un considerable impacto mediático tanto en España como en Kuwait y Estados Unidos. Y es que la polémica implica a una figura pública del mundo del juego de alto nivel y la música electrónica.

Los hechos ocurrieron el 16 de julio de 2021, cuando Behbehani aterrizó en Ibiza a bordo de un avión privado acompañado por amigos y conocidos en lo que parecía ser una escapada estival. Durante un control rutinario en la terminal de vuelos privados, agentes de la Guardia Civil y del Servicio de Vigilancia Aduanera detectaron una maleta sospechosa que, al pasar por el escáner, reveló múltiples sustancias ocultas.
Dentro del equipaje, se hallaron cocaína, MDMA (éxtasis), ketamina y resina de cannabis. Todo ello perfectamente distribuido y embalado. La valoración económica del contenido ascendía a 26.514 euros. Una cifra que según la fiscalía excedía por mucho la cantidad que podría entenderse como de consumo personal.
Además, Behbehani portaba 8.000 euros en efectivo, así como otras divisas internacionales. Un hecho que hizo sospechar de un posible intento de blanqueo de capitales o, al menos, de introducción irregular de efectivo en territorio español.
La estrategia de defensa: Un malentendido lingüístico
Durante el juicio, Behbehani negó ser el propietario de la maleta. Argumentó que su afirmación inicial ante los agentes -“todas las maletas son mías”- fue fruto de un malentendido. Según él, no domina el idioma español y no contaba con la presencia de un intérprete en ese momento.

Su versión, sin embargo, no convenció al tribunal. Los testimonios de los agentes implicados y la cadena de custodia de las pruebas confirmaron que él mismo había reconocido inicialmente la propiedad del equipaje. También se contrastó que se encontraba presente durante la apertura de la maleta sin mostrar objeción.
El tribunal también rechazó la alegación de la defensa sobre la posible rotura de la cadena de custodia. Se comprobó que la actuación de los cuerpos policiales se había desarrollado con “total garantía legal”.
Una fortuna forjada en el póker y el entretenimiento
Salman Behbehani, de 37 años, es ciudadano estadounidense de origen kuwaití. A pesar de su condena en España, cuenta con una exitosa carrera profesional en el mundo del póker de alto nivel. Un juego que le ha reportado ganancias de casi tres millones de dólares en torneos en vivo, según la base de datos de Hendon Mob.
Su victoria más destacada fue en el Main Event del Partouche Poker Tour, donde obtuvo un premio de 818.799 dólares. Se ha codeado con los jugadores más prestigiosos del circuito internacional y era habitual en eventos de Montecarlo, Las Vegas y Macao. Además, compaginaba esta actividad con su faceta de DJ, participando en fiestas exclusivas de alto standing.
Una familia influyente en Oriente Medio
Más allá de sus logros individuales, Salman es heredero de una de las familias más poderosas de Kuwait. La familia Behbehani ocupa el puesto 19 en la lista Forbes de las 100 principales empresas familiares del mundo árabe. Cuentan con inversiones en sectores como la automoción (concesionarios de Mercedes-Benz y Porsche), tecnología, bienes de lujo y distribución electrónica.
Aunque Salman reside en San Diego, California, su apellido es sinónimo de poder en el Golfo Pérsico. Varios miembros de la familia ocupan cargos en grandes corporaciones, y su nombre es recurrente en los círculos financieros kuwaitíes.
Lujo, excesos y fiestas privadas
El estilo de vida de Behbehani es reflejo de la ostentación de una élite globalizada que combina lujo, entretenimiento y una permanente vida nómada. A menudo se le veía en fiestas privadas en yates, clubes de Las Vegas y villas exclusivas de Ibiza, Saint-Tropez o Mykonos. En redes sociales compartía imágenes de jets privados, relojes de alta gama, vehículos de lujo y cenas en restaurantes exclusivos.
Este entorno de desenfreno, asociado a círculos en los que las drogas recreativas son moneda común, parece haber sido clave en su caída en desgracia. La Fiscalía insistió durante el juicio en que no se trataba de un simple consumo, sino de un traslado premeditado de sustancias. Probablemente para su distribución en un círculo cerrado de personas de alto poder adquisitivo.
Impacto en el mundo del póker y el empresariado kuwaití
La condena ha generado un fuerte impacto tanto en la comunidad internacional del póker como entre los círculos empresariales de Kuwait. Para muchos, Behbehani era un símbolo del “nuevo rico moderno”. Joven, cosmopolita, exitoso, pero ajeno a las consecuencias legales de sus actos.
En foros de póker profesional, algunos jugadores se han solidarizado con él. Mientras que otros lamentan que un escándalo de esta naturaleza afecte la imagen del juego profesional. Un sector que lucha desde hace años por ser reconocido como deporte mental.

En Kuwait, la noticia ha sido tratada con mayor discreción. La familia Behbehani no ha emitido declaraciones oficiales, y se especula con que intentarán distanciarse públicamente de Salman. Todo para evitar dañar su imagen empresarial.
La defensa de Behbehani aún puede recurrir ante el Tribunal Superior de Justicia de Baleares. Aunque los fundamentos de la sentencia parecen sólidos. En paralelo, la Agencia Tributaria ha abierto una investigación sobre la entrada de efectivo no declarado y podría enfrentar sanciones adicionales por ese concepto.
Por su parte, las autoridades baleares han recordado que el uso de jets privados para introducir drogas en territorio español es un fenómeno en aumento, sobre todo en destinos de lujo como Ibiza, Marbella o Mallorca.
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