28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Sus nueve miembros han considerado no probados muchos hechos debido a la falta de pruebas documentales o testificales aportadas en la instrucción

El asesinato de Lucía Garrido continúa siendo un misterio: Un jurado popular absuelve a los cuatro acusados del crimen

La absolución de los acusados deja de nuevo el caso envuelto en el misterio.
La absolución de los acusados deja de nuevo el caso envuelto en el misterio.
El asesinato de Lucía Garrido (35 años), cuyo cadáver fue hallado en la piscina de su casa con golpes en la cabeza y un corte profundo en el cuello el 30 de abril de 2008, continúa siendo un misterio. El jurado popular del caso ha declarado “no culpables” a los cuatro hombres que estaba acusados de la muerte de la mujer. Se trata de su expareja, Manuel Alonso, así como de dos ex guardias civiles, acusados de la autoría intelectual, y de un cuarto individuo como autor material.

Con ese veredicto, la magistrada que preside el tribunal ha dictado sentencia absolutoria 'in voce' (verbal).  

Lucía Garrido, la víctima, y su expareja, Manuel Alonso, uno de los acusados absueltos en el juicio. 

El jurado ha considerado no probados muchos hechos debido a la falta pruebas documentales o testificales. La acusación particular estudiará recurrir este fallo del tribunal popular que estaba formado por siete mujeres y dos hombres. Todos tenían que responder a cada una de las 62 cuestiones planteadas en el objeto del veredicto, pronunciándose sobre si consideraban probados o no los hechos planteados por acusaciones y defensas, y argumentando además por qué razones. El juicio ha durado ocho sesiones, la deliberación,   un día y medio. En el veredicto final del jurado se ha expresado además la «impresión» de cinco componentes del jurado de que un sexto miembro ha querido «influir» sobre el resto, matizando que eso no ha hecho mella en su decisión.

El jurado popular ha basado su decisión en tres puntos principales. El primero, las dudas sobre las pruebas de ADN en una llave que inculpaba al supuesto sicario. El segundo, que no han dado ninguna fiabilidad al testigo protegido. Y, tercero, que han considerado probado que la ex pareja de Lucía y los guardias civiles acusados se conocieron posteriormente al asesinato.

La expareja de Lucía Garrido, Manuel Alonso, para quien el fiscal pedía 25 años de cárcel, y el que las acusaciones consideraban autor material, A. V. G., que se enfrentaba a penas de entre 23 y 28 años, han sido exonerados por seis votos a tres. Para haber alcanzado un veredicto de culpabilidad, se requerían siete de los nueve votos del jurado. Respecto a los dos guardias civiles, para quienes se solicitaba entre 23 a 25 años de cárcel, A. P. L. ha sido considerado no culpable por ocho votos a uno, mientras que J. A. B. V. lo ha sido por unanimidad.

Manuel Alonso, expareja de la víctima, durante el proceso judicial. 

El juicio comenzó el pasado 18 de septiembre, 11 años después de los hechos. Se trataba de un caso muy complejo donde se entremezclaban muchos factores como maltrato a la víctima, asesinatos, droga, la implicación del Seprona, animales exóticos, corrupción policial y conexiones con narcotráfico... Pero, sobre todo, el tiempo que ha pasado desde el asesinato ha provocado que algunos testigos no recordaran lo que declararon entonces o que algunos policías tampoco pudieran recordar detalles de la investigación.  

El juicio ha girado en torno a tres puntos. El primero, el clima de enfrentamiento que había en la finca los Naranjos tras la ruptura matrimonia. Un juez había concedido el usufructo de la casa a Lucía y a su hija, mientras que su expareja podía acceder a la parcela para atender su negocio de animales exóticos. Ella presentó denuncias contra él por amenazas, aunque fueron archivadas. La hermana de Lucía declaró en el juicio que el móvil del crimen fue que Manuel Alonso quería quedarse con la posesión total de la finca por los “turbios” negocios que, según la acusación, se hacían en la misma, y que constituyeron, para esa parte y también para el fiscal, el verdadero trasfondo del suceso: que Lucía Garrido “sabía demasiado”.

Sin embargo, nada de eso ha quedado claro para el jurado popular, que no ha considerado probado que allí se llevaran a cabo tales actividades. Además, han aceptado como válidos los tiquets aportados por la expareja de la víctima sobre sus dos viajes a Cádiz tanto el día de autos como la víspera, y que eran su coartada.

El otro elemento en torno al cual ha girado el juicio  ha sido una llave encontrada detrás de una tinaja en el escenario del crimen y que, según las acusaciones, había sido entregada por M. A. H. al autor material para cometer el crimen. La investigación sostenía que de esa llave se había extraído unas muestras de ADN que en un primer análisis no dieron resultado, pero que ocho años después, en un reanálisis y con técnicas nuevas, llevaron a detener a A. V. G.. Más tarde, se hizo una tercera prueba, ya sobre la propia llave, cuyo resultado fue negativo.

La finca Los Naranjos, donde Lucía Garrido fue asesinada. 

El tercer  punto sobre el que basaba su argumento la acusación ha sido el testimonio de un testigo protegido, cuya declaración se grabó en octubre de 2018. Asuntos Internos expuso en un informe y después en el juicio que ha sido imposible localizarlo para que testifique en la vista oral dadas las medidas de seguridad que ha adoptado consigo mismo por temor a que atenten contra su vida. De hecho,  otros dos testigos de la causa, que acumula casi 8.000 folios repartidos en 26 tomos, han sido asesinados en España y Colombia.

Encuentros  un mes antes del asesinato

El testigo hacía referencia en su testimonio a una reunión un mes antes del suceso en un bar de Torremolinos. Allí situaba a tres de los acusados –los dos ex guardias civiles y el presunto autor material– donde, según él, se acordaron una serie de acciones criminales en Madrid y en la finca Los Naranjos, pero que no se habló de matar a nadie. También mencionó que, después, un amigo –uno de los dos testigos asesinados– le habló de otra reunión y le contó que estos tres acusados se obsesionaron con Lucía. Sobre Manuel Alonso aseguró que no estuvo en esos encuentros y que ni lo conocía ni lo había visto nunca.

El jurado ha considerado "no contrastada" la hipótesis de los investigadores y ha restado credibilidad al testimonio del testigo protegido frente a otro de una de las personas que testificaron en la vista oral, que declaró haber sido la persona que presentó a los dos ex guardias civiles a la expareja de la víctima en fechas posteriores al crimen de Lucía para visitar la finca y ver los animales exóticos que allí había.

La familia de la víctima aseguraba que ella temía por su vida y que varias veces dijo a amigas y familiares que, en caso de algún día no fuese a recoger a su hija al colegio, llamaran a la Policía. Así ocurrió el 30 de abril de hace 11 años. Ahora, esta sentencia absolutoria, que tendrá que ser redactada por la jueza, puede ser recurrida tanto al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) como al Supremo.

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