Toda la verdad sobre el robo al yerno de Isabel Pantoja: la caja donde Omar guardaba el dinero continúa boca abajo sobre el suelo y no se sabe aún lo qué falta

Un amigo del cantante Omar Montes ha explicado a Elcierredigital.com que “el ladrón sabía donde iba y donde estaban las cosas, porque fue directo a la caja y no tocó ni los televisores de plasma, ni el ordenador nuevo de 1.800 euros y si se llevó la Play del niño fue para molestar de manera personal”.

Omar todavía no ha valorado exactamente los artículos robados, porque aunque en un primer momento dijo “cincuenta mil cosas”, lo cierto es que la policía les pidió que no tocasen nada, “que sólo que recogiera la ropa”, asegura la misma fuente.

En el caso del robo en la casa de Kiko Rivera el ladrón se llevó 12.000 euros, dos ordenadores con información comprometida -con fotos de Kiko y su actual pareja-, dos televisores de plasma, dos relojes y un anillo de pedida de Irene Rosales, su mujer. La casa no estaba desordenada, lo que hizo pensar a los investigadores que el autor del robo conocía perfectamente la vivienda y fue directamente a llevarse lo que le interesaba.

El modus operandi en el caso de la vivienda de Omar no es similar, ya que este caso el caco o los cacos dejaron todo tirado por los suelos, sin que Omar haya podido recoger nada todavía. Mientras, sus abuelos esperan todavía que la policía científica tome huellas de la casa de Pan Bendito donde tuvo lugar el robo. La policía científica hasta ayer no se había presentado aún en el domicilio de Omar Montes.

Omar Montes (derecha) y su amigo el también cantante Salcedo Leyry, en la puerta de la casa donde se perpetró el robo que no aparece forzada. Fuente: El Cierre Digital

La noche del robo, Omar decidió no dormir en su casa y se fue con Chabelita, lo que supuestamente conocían los ladrones o el ladrón. Mientras que la policía no tome las huellas que se encuentren en el domicilio, Omar no volverá a su casa de Pan Bendito. La caja donde guardaba el dinero continúa boca abajo sobre el suelo y “no podemos saber todavía bien qué falta o no, porque hay muchas cosas encima de otras y supongo que echará de menos las cosas según vaya necesitándolas”, dice el amigo de Omar, que añade: “por cierto, la puerta de su casa estaba perfectamente, no tenía un agujero ni nada como se dijo el otro día en Telecinco”.

Sin embargo, la investigación parece ahora alejarse del clan de "Los Gordos". Hace unas semanas Omar rompió con Javi "El Gordo", que lo defendió en el programa de GH VIP de la cadena Telecinco, cuando éste afirmó que Omar había salido con otras mujeres estando con Chabelita Pantoja. Pero ahora parece que las aguas han vuelto a su cauce y vuelven a llevarse bien. De hecho, la relación de Omar con ellos siempre ha sido excelente e, incluso, como se ve en la fotografía que hoy publica Elcierredigital.com está con sus miembros en redes sociales.

Una historia de amor y negocio

La relación del cantante de trap y la hija de Isabel Pantoja comenzó a principios del verano de 2018. Mientras Alberto Isla, padre del niño de Chabelita, competía con famosos en una isla de Honduras, ésta comenzaba su tonteo a través de redes sociales con Omar. La joven era una fan de la música de Montes.

Desde entonces, todo han sido idas y venidas. Han roto y vuelto tantas veces que los programas de televisión les han relegado al papel de freaks, mientras que las revistas se niegan a comprarles ningún reportaje hartos de apostar comercialmente por noticias que cambian rápidamente en función de los arrebatos de esta pareja y de las televisiones, aunque la verdad es que ellos no han querido vender nada a ninguna revista. Las infidelidades mutuas se han sucedido desde el principio en forma televisada. Así, Isa y Omar han participado en Gran Hermano VIP de forma continuada. Primero fue ella, viviendo un flirteo con otro de los concursantes.

Omar rompió la relación en directo y la sustituyó como concursante, no tardando ni veinticuatro horas en hacer “edredoning” ante las cámaras con otra concursante, la inefable Teresa Cabrera, alias Techi. Hoy, insultos, reproches y abandonos son sustituidos por calentones, besos y reconciliaciones.