19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

"Hemos echado en falta empatía, humanidad y sensibilidad. El Gobierno nos ha tratado fatal", dice María José de Pazo presidenta familiares afectados

Las familias de los fallecidos en el pesquero Valle de Pitanxo indignadas: "Si fueran trozos del Titanic los tratarían mejor"

El Cierre Digital en Buque Villa de Pitanxos.
Buque Villa de Pitanxos. / Las familias están indignadas.
Hace tres meses el hundimiento del pesquero Valle de Pitanxos ocupó toda la actualidad informativa y ahora sus familias siguen reclamando atención a las instituciones. Tanto al Gobierno como a la justicia y a la empresa Grupo NORES para la que trabajaban las 21 personas que perecieron en esta tragedia. María José, presidenta de la asociación de familiares afectados, habla para 'Elcierredigital.com': "Hemos echado en falta empatía, humanidad y sensibilidad. El Gobierno nos ha tratado fatal".

El 16 de febrero el pesquero gallego Villa de Pitanxos naufragó a 450 km al este de Terranova (Canadá). El balance del terrible suceso fue de 9 fallecidos, 12 desaparecidos y tres supervivientes. Durante semanas el asunto ocupó las portadas de los periódicos y abrió informativos. Tres meses después la actualidad arroyó el asunto hacia el olvido, pero 12 familias siguen sin los cuerpos de sus seres queridos. 

Aunque en los medios se ha escrito que hay 21 muertos, las familias quieren dejar claro que 12 están desaparecidos, sólo nueve cuerpos fueron repatriados. Joaquín Amills, de SoSDesaparecidos también lo tiene claro: "Las instituciones, desde el Gobierno hasta la Xunta de Galicia, se han portado muy mal con esta gente. No se puede dejar de la mano de Dios a doce familias sin al menos luchar para saber qué pasó. Si no se consigue que, al menos, quede que el Estado español sí hizo todo lo posible y ojalá se recupere algún cuerpo. No es imposible". 

Esta es la misma opinión que mantiene María José de Pazo, presidenta de la asociación que han creado las familias de los tripulantes fallecidos en el Villa de Pitanxo. 

"Tiene que ser en verano cuando se baje al barco porque es cuando mejores condiciones se dan para ello y se puede hacer. Nos han dicho que no se puede pero no es verdad. Han intoxicado mucho con la idea de que hacerlo cuesta mucho al Estado y no es cierto. Además, siempre se pueden arrendar o alquilar como hicieron con el Ángeles Alvariño para las niñas de Tenerife. No es por comparar, porque todos somos igual de importantes", explica María José en conversación con Elcierredigital.com

Carta de la Subdelegación de Gobierno a las familias. 

María José es la voz de las 12 familias que se sienten ninguneadas por el Gobierno y las instituciones españolas. "Hemos echado en falta empatía, humanidad y sensibilidad. El Gobierno nos ha tratado fatal, igual que la empresa Grupo NORES. Hay doce familias que estamos esperando una explicación y, por supuesto, que se pongan medios para rescatar los cuerpos", asegura María José que recuerda cómo el Gobierno "ha mentido en varias ocasiones" y que el  pasado 18 de abril, tras la reunión con la Subdelegación de Gobierno en Pontevedra del 24 de marzo, comunicó a las familias la decisión de no buscar los cuerpos ni los restos del barco "enviando un folio y medio lleno de vaguedades". 

"Hay niños que van a crecer sin conocer a sus padres. Incluso uno de los fallecidos tuvo un hijo póstumo. ¿Qué van ha hacer esas madres? ¿Contarles a su sus hijos que lo que les pasó a sus padres se resume en un folio y medio?", clama en voz alta y clara María José que recuerda para este periódico varios agravios de un historial demasiado largo: "Llegaron a decirnos que no podían hacer nada porque el barco estaba en aguas de Canadá y cuando nos reunimos con la embajadora canadiense en España (Wendy Drukier) la primera sorprendida fue ella. Nos dejó claras dos cosas: primero que el barco se hundió en aguas internacionales y, segunda, que de estar en aguas canadienses cooperarían sin problemas ya que se trata de un asunto humanitario". 

"Desde el principio el trato ha sido poco digno para con nosotros. De entrada no es normal que nos enterásemos por la prensa y no por la empresa de que se habría producido el accidente. Pero es que luego ha habido una falta de humanidad brutal. El Delegado del Gobierno en Galicia (José Manuel Miñones Conde) no ha tenido un trato digno con nosotros y tampoco la empresa Grupo NORES. Es indigno porque eran trabajadores suyos y no han tenido ninguna diferencia para con nosotros", añade. 

Tres supervivientes y un 'peloteo' judicial 

A nivel judicial el asunto se ha convertido un juego de tenis en el que dos instancias judiciales se han pasado la 'pelota'. Las diligencias de la Guardia Civil llevaron el asunto a la Audiencia Nacional pero el Juzgado Central de Instrucción número 2 dictó auto de inhibición y 'pasó la pelota' al Juzgado de Instrucción número 2 de Marín quien a su vez se inhibe alegando que “no tuvo formal conocimiento del delito, siendo la Audiencia Nacional la primera en recibir la notitia criminis, pues en dicho lugar fue presentado el atestado de la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra por estimar a dicho órgano competente para conocer de la investigación de la causa, al haber sucedido los hechos en aguas internacionales”.

María José de Pazo. 

Ahora será el Alto Tribunal quien dirimirá qué instancia judicial tiene la potestad para instruir el asunto. Mientras tanto, el mismo patrón del Villa de Pitanxos vuelve a la mar en un nuevo barco para sorpresa e indignación de las 21 familias. "A una madre le ha dado un ataque de ansiedad al saberlo, en el escrito de la Audiencia Nacional se apunta la posibilidad de que se hayan cometido '21 homicidios involuntarios', y la empresa decide enviar a este mismo señor como si nada y por eso hemos solicitado una serie de medidas cautelares como retirada del pasaporte y posibilidad de que esté siempre localizable", cuenta María José. 

El patrón de barco, su sobrino y otro tripulante son los únicos supervivientes de la mayor tragedia naval de nuestro país en lo que vamos de siglo. "Bajar al barco no es sólo importante para localizar los cuerpos sino para saber lo que de verdad pasó, hay cosas que aún no se saben y la Audiencia Nacional apunta a que se podían haber dado delitos graves contra los trabajadores", explica María José. "Sabemos por whatsapps que enviaron tripulantes que algunos habían dado positivo en Covid y los tenían confinados lo que dificultó su evacuación y, además, cuando se hicieron las autopsias en Canadá se nos informó que algunos tenían una importante carga viral. Lo que se descubra en el barco puede ser muy importante pero, parece que no se quiere investigar. Es un vergüenza si lo que hubiera allí fueron restos del Titanic los tratarían mejor", puntualiza. 

Como decimos sólo tres personas saben qué es lo que pasó en esa fatídica fecha de hace tres meses. "Hay una cosa que es sintomática. El patrón y su sobrino sí llevaban el traje técnico de salvamento pero el tercer tripulante no y cuando fueron rescatados durante la travesía se negó a dormir con ellos y no quiso estar a solas en ningún momento. Les tenía pavor y así lo han declaro todos. Él puede declarar si se abre una instrucción y contar la verdad", remata María José. "Exigimos que se nos traten con consideración. Han fallecido 21 españoles de tres comunidades autónomas, es indignante ver cómo se ha portado Perú con sus conciudadanos que iban en el barco y cómo lo ha hecho y lo hace España", denuncia. 

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