25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Tras el fin del macroproceso, el Ajuntament de Palma tendrá que hacerse cargo del coste de la causa, que puede ascender a más de 4 millones de euros

Teresa Bueyes, abogada del 'caso Cursach': "El juicio ha sido un disparate desde el punto de vista procesal”

El Cierre Digital en Teresa Bueyes en el macrojuicio del caso Cursach.
Teresa Bueyes en el macrojuicio del caso Cursach.
El ‘caso Cursach’ parece haber llegado a su fin con todos los acusados absueltos. Ahora, como consecuencia, el Ajuntament de Palma tendrá que hacerse cargo de los costes de la defensa de los desimputados, que podrían ascender a más de 4 millones de euros. La abogada de la acusación de algunos empresarios de Magaluf, Teresa Bueyes, analiza en una entrevista con ‘El Cierre Digital’ su paso por esta macrocausa.

Tras la sentencia del ‘caso Cursach’ que absolvía a todos los acusados en el macroproceso judicial sobre presuntos delitos en los negocios nocturnos de Mallorca, toca hacerse cargo de los costes del juicio. Según ha informado el diario Última Hora, tendrá que ser el Ajuntament de Palma el encargado de costear la defensa de los desimputados en la causa. La cantidad podría superar los cuatro millones de euros.

El consistorio ya tuvo que pagar dos millones de euros por la defensa de aquellos policías que no llegaron a juicio y ahora tendrá que afrontar el coste de los otros 14 agentes que sí que acudieron pero que fueron absueltos.

El macrojuicio conocido popularmente como ‘caso Cursach’ investigaba a Bartolomé Cursach Mas —también conocido como Tolo o ‘rey de la noche’ de Mallorca— junto a sus socios y algunos policías por presunta corrupción en sus negocios (discotecas, hoteles, gimnasios e incluso restaurantes). Una investigación abierta desde el año 2014 pero que no empezó a poner el foco en los negocios del empresario hasta 2017, con la acusación de algunos empresarios de la isla.

Bartolomé Cursach.

Una de las abogadas del caso, defensora de algunos de los empresarios de la localidad de Magaluf que decidieron denunciar a Cursach, es Teresa Bueyes. Tal y como confirma la letrada en una conversación con elcierredigital.com, lleva “aproximadamente seis meses” formando parte del mediático caso. “Aterricé directamente en el juicio oral sin haber intervenido en la fase de instrucción”, comenta.

Tras el insólito final del ‘caso Cursach’, Teresa Bueyes analiza en una entrevista con elcierredigital.com su paso por la macrocausa, su opinión sobre el proceso, perspectivas de futuro y otros casos a los que se ha enfrentado.

- En el caso Cursach ha sido abogada defensora de empresarios de Magaluf como José Manuel Bover. ¿Por qué decidió aceptar la defensa estos empresarios?

- Vi el sufrimiento terrible de estos empresarios. Sus circunstancias familiares. Piense que también es una isla donde he veraneado muchos años y tengo una conexión especial. La primera discoteca que pisé en mi vida fue BCM del acusado Cursach.

- ¿Cuál es su opinión sobre cómo se llevó a cabo el proceso judicial del ‘caso Cursach’?

- Ha sido todo un disparate desde el punto de vista procesal. Se han apartado de las causas las denuncias de mis clientes a propósito y ahora se pretende echar la culpa al compañero que me ha precedido, afeándole al no haber solicitado la inclusión de ciertos hechos en recursos contra autos de procesamiento. Resulta aberrante que esto no lo hiciese el fiscal. Se trata de delitos perseguibles de oficio. No han cumplido con su deber y lo han hecho a propósito. Las magistradas hablan de sobreseimiento tácito de estos hechos denunciados cuando esa figura no existe en ninguna ley procesal. Lo que es claro es que se ha tratado de favorecer a Cursach en todo.

- Menciona que han intentado “favorecer a Cursach en todo”. ¿Podía intuir que se iba a acabar absolviendo a los implicados?

- Por supuesto que lo intuíamos. Uno de los abogados de la defensa me dijo el día anterior: “Esto es cosa juzgada. No te puedo explicar por qué. Lo sabrás pronto”.

Al día siguiente se presentaron absolutamente todos los abogados de las defensas (algo que no ocurría nunca) y, sorpresivamente, el fiscal anunciaba que retiraba las acusaciones. Desde mi perspectiva, he visto trato diferenciado hacia las partes y cómo los fiscales se asesoraban continuamente o pedían opinión a Enrique Molina (abogado de Cursach).

Los interrogatorios de los fiscales iban orientados a inculpar a los Instructores (al exjuez Manuel Penalva y al exfiscal Miguel Ángel Subirán), ciertos testigos protegidos y policías encargados de la investigación. A mí, sin embargo, se me prohibió el interrogatorio de Subirán y Penalva. A otro abogado de las defensas incluso se le permitió adjuntar conversaciones privadas de estos últimos.

- Aunque ya se ha absuelto a los acusados, ¿cree que puede haber un giro en los acontecimientos?

- Por supuesto. Esto es una pirámide donde lo primero que se ha de dilucidar es la responsabilidad que atribuyen al fiscal y juez instructores. Es bochornoso haber escuchado al fiscal Herranz en su informe un alegato a la falsedad del relato de un policía local al que atribuye una relación sentimental con el fiscal Subirán con sustento en cotilleos desafortunados.

No obstante, espero que se resuelva en instancias superiores. Mallorca me genera poca o ninguna confianza. Las propias magistradas que han enjuiciado este asunto no querían conocer el asunto. Es evidente el miedo que se le tiene a este señor hasta el punto de que muchísimos testigos han cambiado su testimonio en el juicio.

El fiscal Tomás Herranz en el juicio del caso Cursach.

- Lleva muchas causas mediáticas, ¿qué ha diferenciado el 'caso Cursach' del resto?

- Llevo muchas causas mediáticas y otras nada mediáticas, pero igual de complejas que esta. El problema, desde mi prisma, es que no se deberían enjuiciar causas como estas en el propio lugar donde las mafias están ubicadas. Al final en sitios pequeños es normal que el miedo se instale.

- Aunque lleva poco tiempo formando parte del ‘caso Cursach’, ha sido una causa de más de siete años. ¿Qué ha aprendido de un proceso tan largo como este?

- Por desgracia, no he aprendido nada. Más bien se ha reforzado la idea de que es necesaria una Ley firme contra la prevaricación y la corrupción. Es vergonzoso que no existan apenas sentencias contra jueces y menos que condenen a fiscales. No hay división de poderes y las puertas giratorias que un día convierten a fiscales y jueces en abogados de los clientes que un día se sentaron en sus banquillos nos llevan a un sistema corrupto per se. La ley no es igual para todos.

- ¿Cuál ha sido, hasta la fecha, el caso más complicado al que se ha enfrentado?

- Los casos más complejos para mí son los que se enjuician en juzgados populares, porque es una institución en la que no creo y se trata de personas muy manipulables. También son complejos los abusos sexuales a menores. Los niños están desprotegidos en nuestro sistema legal.

- ¿A qué tipo de causas judiciales nunca dice que no?

- No digo que no a los asuntos de menores en peligro. Esa es mi causa principal, pero también en este momento lo es el caso Cursach.

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