Crimen de Albacete: El acusado confiesa que asfixió a María Isabel y se baraja el móvil económico

La ciudad de Albacete continúa conmocionada por el crimen de María Isabel de la Rosa, la vendedora de la ONCE  desaparecida el pasado 19 de agosto y cuyo cuerpo fue hallado este martes en el interior de una vivienda sita en el número 40 de la calle Estrella. 

La titular del Juzgado de Instrucción nº 1 de Albacete, en funciones de guardia, ha decretado para  Andrés, de 53 años y camarero del merendero 'El Jardín', prisión provisional comunicada y sin fianza. Se le imputa de manera provisional como presunto autor de un delito de asesinato. 

Durante la declaración en sede judicial, el presunto asesino ha reconocido haber acabado con la vida de María Isabel en el interior de su domicilio y en el curso de una discusión, empujándola al suelo, cayendo la víctima boca arriba y comenzando a convulsionar, momento que aprovechó, según su declaración, para asfixiarla.

La investigación continúa aún abierta para terminar de esclarecer todas las circunstancias que rodearon el caso, del que se comienzan a conocer los primeros detalles. 

No mantenían relación

Tal y como adelantaba El Digital de Albacete, María Isabel no mantenía una relación sentimental con el detenido, y tampoco existían denuncias previas contra él, según han confirmado fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha al citado medio. 

Sin embargo, los vecinos del barrio de Parque Sur y la zona de la calle Arquitecto Vandelvira, donde María Isabel vendía habitualmente sus cupones, aseguran que ambos se conocían desde hacía años, puesto que se les había visto juntos en numerosas ocasiones. Andrés, al parecer, era un hombre amable y nada problemático, aunque muy aficionado a los juegos de lotería.

Móvil económico

Las amigas de María Isabel, en declaraciones a Telecinco, indicaban que el crimen pudo cometerse, presuntamente, por un móvil económico. En concreto, las mujeres indicaban que el ahora detenido, al que “le gustaba la lotería y siempre llevaba muchísima” y que "era cliente habitual desde hace doce o catorce años", había contraído una deuda con la vendedora, y que la desaparición se habría producido después de que ésta  le pidiera el dinero que le debía. No obstante, también señalaban “no era habitual que María Isabel dejara que le debieran el cobro de su lotería, pero supongo que con clientes de tanto tiempo, puede ser que le debiera dinero”.

Esta misma hipótesis baraja la investigación. En este sentido, la Policía Nacional, que ha informado de los detalles del suceso, señala que todo apunta a que el detenido y María Isabel "mantuvieron una discusión y que, en un momento dado, le propinó un empujón a María Isabel, cayendo ésta de espaldas y recibiendo un golpe en la cabeza que acabó con su vida en el instante".

Registro de la vivienda. 

Ante lo ocurrido, el detenido "ocultó el cadáver emparedándola en una pequeña estancia ubicada al fondo de la vivienda, elaborando un cubículo en el que introdujo el cadáver para luego cubrirlo de cemento en diferentes jornadas, consiguiendo de esta manera que el cuerpo quedase totalmente oculto".

Compró materiales de construcción

En una entrevista a Espejo Público, un amigo tanto del detenido como de la víctima ha relatado que el presunto asesino, que no tenía carnet de conducir, le pidió el pasado lunes que le llevase a comprar materiales de construcción.

Al día siguiente, el cadáver de la María Isabel fue encontrado en casa del Andrés oculto entre dos paredes.

Intervención del GOIT

En este sentido, para la localización del cadáver fue necesaria la intervención del Grupo Operativo de Intervenciones Técnicas (GOIT) de la Policía Nacional, que empleó maquinaria de perforación, así como equipos de protección frente a gases y oxígeno.

Además, del interior de este habitáculo se recuperaron objetos como el terminal TPV que portaba la desaparecida, múltiples cupones y su teléfono móvil, que había sido golpeado con un objeto contundente, según argumenta la Policía.

El GOIT está especializado en la búsqueda, desmantelamiento y apertura, técnica o agresiva, de aquellos habitáculos susceptibles de albergar en su interior a personas, objetos o drogas; tal y como indican fuentes del Ministerio del Interior.