28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Al ser festivo, el médico de guardia no se encontraba en el centro penitenciario donde solo trabajan dos de los cinco sanitarios que debería haber

Conato de motín en la prisión de Ocaña: Queman el mobiliario tras sufrir un ataque epiléptico uno de los reclusos

Motín en la cárcel de Ocaña I
Motín en la cárcel de Ocaña I
El Centro Penitenciario Ocaña I, en Toledo, ha sido protagonista este jueves de un conato de motín. Los hechos han sucedido a mediodía, cuando algunos reclusos se aglomeraron en el patio y prendieron fuego a contenedores y mobiliario interno. Protestaban por la tardanza del médico de guardia para atender a un recluso desmayado por un ataque epiléptico. La medicación repartida hoy ha sido para los cuatro días de puente, en lugar de repartirla diariamente.

El motivo ha sido por un problema de salud. Uno de los presos, pasado este mediodía, en torno a las 12.30, sufrió un desmayo producido por un ataque epiléptico al no haber tomado la medicación, según señalan algunas fuentes a elcierredigital.com.

Al ser festivo, el médico al que le tocaba guardia no estaba en el centro, pues solo hacen guardias localizadas y no presenciales. Esta situación viene provocada por la falta de personal sanitario en la cárcel toledana, donde trabajan dos de los cinco médicos que debería tener.

 

Como el profesional no llegaba a atenderle, el resto de los internos comenzaron a encenderse, algunos de ellos comenzando un altercado para protestar por la tardanza del médico. Las mismas fuentes aseguran que "los internos estaban muy nerviosos y un grupo de seis o siete presos se ha empezado a rebelar".

Cuando el afectado cayó al suelo, el resto los internos empezaron una protesta en el patio y decidieron negarse a subir a las celdas. De este modo, empezaron a quemar todo tipo de cosas que tenían a su alcance, como papeleras, sillas de plástico o papeles.

Posteriormente han roto una columna, han tratado de romper las ventanas de los baños y se han puesto a quemar mesas en las puertas de las galerías inferiores, provocando que el interior de los pasillos se llenase de humo. 

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Imagen desde el interior de la prisión

Cuando apareció el doctor para atender al interno afectado, los 300 presos aprovecharon para plantarse y dijeron que no iban a entrar a comer. Los amotinados se quejaban además de a la falta de personal médico y la falta de medicación. 

Hasta el lugar ha tenido que acudir el Subdirector de Seguridad de Instituciones Penitenciarias, así como un grupo de inspección de Madrid, según ha podido saber este periódico. La directora de la prisión no ha podido acudir ya que se encuentra confinada en su domicilio tras haber sido contagiada de coronavirus.

 

 

Uno de los cabecillas que han iniciado el motín ya ha sido puesto en aislamiento. "Cuando ocurren incidentes así, lo normal es que a los internos que lo provocan les envíen a diferentes centros penitenciarios a modo de dispersión, para que el se reduzca el riesgo de que vuelva a ocurrir", indican las mismas fuentes.

Problema con la medicación y la falta de droga

La cárcel de Ocaña I es un centro antiguo que, según señalan fuentes penitenciarias, "es la más propicia para motines". La prisión toledana tiene capacidad para 400 internos y actualmente alberga unos 300. Cuenta con seis galerías repartidas en dos módulos, el patio y el departamento. 

"A pesar de que no hay reclusos de primer grado, el hecho de que haya tantas personas en el mismo espacio hace más peligroso este tipo de situaciones", explican las mismas fuentes y añaden que "el sistema en este centro no es como en otros, aquí no es automático. La apertura de celdas se hace manual, con llave y cerrojo, entonces la seguridad del funcionario es menor que en otras cárceles".

Pero el principal problema es que en la prisión hay muchos reclusos con enfermedades psiquiátricas y otras enfermedades que requieren medicación diaria: "Al tocar puente, se ha repartido la medicación para cuatro días en vez darla día a día como se suele hacer normalmente. Muchos de ellos trafican con ella para conseguir dinero o pagar deudas".

Además, desde que el 12 de marzo el Ministerio del Interior, dirigido por Fernando Grande-Marlaska, decidiera aislar las prisiones y prohibir los vis a vis, las comunicaciones con familiares y amigos y los permisos de salida, la situación dentro de las cárceles se ha ido tensando. Y es que al cortar de raíz estos beneficios penitenciarios también se ha puesto fin a la entrada de drogas al interior de las prisiones, provocando en muchos internos síndrome de abstinencia.

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