29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Según ha indicado su viuda a los investigadores, Joaquín Jiménez intercedió en disputas matrimoniales entre clanes gitanos, por las que fue salpicado

El hombre tiroteado en San Blas era un pastor evangélico que mediaba en una separación

Agentes policiales y SAMUR en el lugar del tiroteo.
Agentes policiales y SAMUR en el lugar del tiroteo. / Barrio de San Blas en Madrid.
Joaquín Jiménez, el hombre que recibió siete disparos en una emboscada mortal junto al centro comercial del barrio de madrileño de San Blas este miércoles, era un pastor evangélico que mediaba en una separación matrimonial entre clanes gitanos, según ha indicado su viuda a los investigadores de la Policía. El padre de la mujer pidió ayuda a Joaquín por su condición de patriarca, y su marido rechazó la mediación protagonizando un fuerte altercado. Dos días después, Joaquín era asesinado.

A Joaquín Jiménez, de 46 años, casado y con dos hijas, lo acribillaron a balazos por mediar en una separación matrimonial entre clanes gitanos. El padre de la mujer pidió ayuda a Joaquín por su condición de patriarca, y el marido de la chica rechazó la mediación protagonizando un fuerte altercado. Dos días más tarde, Joaquín recibió siete disparos en una emboscada mortal junto al centro comercial de del barrio de madrileño de San Blas. Esa es la hipótesis del terrible asesinato que su viuda ha relatado a los investigadores de la policía.

La misión de Joaquín era complicada. Ella quería separarse de su marido y le acusaba de malos tratos. Él no aceptaba la separación. Y para colmo el padre de la mujer, amigo de Joaquín,  pedía a la familia del marido que le devolviera 11.000 euros de la dote que ella había puesto en el enlace matrimonial. La reunión no empezó bien y terminó peor. Ese lunes ambas familias se cruzaron amenazas, y Joaquín se vio salpicado por el asunto. Este es el relato de la familia de Joaquín y, según ellos, el móvil que desató la emboscada mortal que la víctima sufrió dos días después. Todos, comenzando por la viuda de Joaquín, han ido declarando en los últimos días ante los especialistas de homicidios de la Jefatura Superior de Madrid.

Dos días después de la reunión, Joaquín fue acribillado a balazos

Lo cierto es que, independientemente de que la policía llegue o no a confirmar la versión de la familia del asesinado, Joaquín sufrió una emboscada mortal en la Plaza de Alsacia, junto al centro comercial de Las Rosas, tan sólo dos días después de la reunión.

Sucedió el miércoles, poco antes de las 15:00 horas, cuando Joaquín circulaba en su Citröen Xsara a la altura de la estación de metro de Alsacia. En ese justo momento, un BMW de la serie 3 o serie 5, según los testigos, embistió su coche. El impacto fue tan brutal que la parte delantera del Citröen de la víctima quedó aplastada por completo.

Agujeros de bala en los cristales de acceso al Metro.

Joaquín ni siquiera pudo salir de su vehículo accidentado. El copiloto de un segundo coche que participaba en la emboscada, se bajó rápidamente del vehículo y disparó nueve veces sobre el indefenso Joaquín a través de la ventanilla del conductor. La víctima recibió siete impactos de bala, varios en la cabeza, mientras otras dos balas se estrellaban contra los cristales de la estación de metro a la altura de las escaleras mecánicas.

Los agresores emprendieron la huida a toda velocidad, al tiempo que llegaban al lugar un sanitario del SAMUR fuera de servicio y una patrulla de Policía Municipal que estaban atendiendo a un motorista accidentado a unos metros de distancia. Los esfuerzos de los agentes, tanto como de la ambulancia del SAMUR que llegó minutos después, resultaron en vano y Joaquín Jiménez murió allí mismo.

Esa misma madrugada el presunto asesino se entregó en Sevilla

Desde el principio, la Policía supo de las desavenencias de Joaquín con los familiares del esposo, en cuya separación matrimonial la víctima fue a mediar. A los policías también les constaba que hace 20 años Joaquín resultó absuelto de las acusaciones del asesinato de dos hombres de un clan rival del poblado marginal de Las Mimbreras en Madrid. Con todos esos datos la policía comenzó a indagar en los domicilios de los sospechosos y entre los familiares de estos.

Sólo trece horas después, un hombre se entregaba a la Guardia Civil en Sevilla y confesaba el crimen, tras una huida de más de 600 kilómetros. Fue a las cuatro horas de la madrugada del jueves, y hasta allí viajaron dos policías de homicidios para hacerse cargo del detenido y trasladarlo a Madrid, donde a esta hora no ha prestado declaración ante los investigadores.

Tres vehículos y más de seis personas

En cualquier caso los agentes continúan con la investigación y revisan las cámaras del lugar de la emboscada. Tienen que constatar qué papel jugó exactamente el detenido en el crimen, e identificar al resto de cómplices que participaron en la emboscada mortal. Los investigadores creen que en asesinato participaron más de media docena de personas que utilizaron tres vehículos, entre ellos el BMW todoterreno, para tender la trampa a la víctima.

Respecto al supuesto móvil del crimen, aún es pronto para no descartar ninguna hipótesis a pesar del relato de la familia de la víctima en sus declaraciones ante los agentes. Según sus familiares, a Joaquín lo mataron por mediar en la separación de la pareja.

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