20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Sufrió un desengaño amoroso con 23 años seguido de una depresión que lo llevó a internarse en un hospital psiquiátrico durante 35 días en 1993

El historial delictivo y mental de Juan José Fernández, el asesino del Clínico que ha intentado matar en Alcorcón 22 años después

Juan José Fernández, detenido. /Cuatro al Dïa.
Juan José Fernández, detenido. /Cuatro al Dïa.
Juan José Fernández fue bautizado como el asesino del Hospital Clínico en 1997 después de que asesinara a una octogenaria en su cama del centro sanitario, sin motivo alguno, una víctima escogida al azar. Dos días más tarde mató también a su compañero de celda en la prisión de Carabanchel. Fue diagnosticado de esquizofrenia paranoide y sentenciado en 1997 a permanecer 20 años internado en un centro psiquiátrico. El sábado intentó matar a otra anciana en el hospital de Alcorcón.

El pasado fin de semana la Policía Nacional detuvo a Juan José Fernández González, de 49 años, por intentar asesinar a una anciana de 82 años en el hospital de la localidad madrileña de Alcorcón.

La víctima estaba ingresada en la unidad de Traumatología del centro hospitalario cuando el presunto asesino intentó asfixiar a la mujer con una almohada, en ese momento la compañera de habitación despertó y gritó avisando a las enfermeras.

Juan José, esquizofrénico paranoide, trabajaba en la lavandería del hospital para la subcontrata Ilunion desde hace cinco años, una empresa especializada en faciitar la integración de personas con algún tipo de minusvalía. Este hombre se encontraba diagnosticado y presuntamente medicado desde 1993, cuando tenía 23 años, ya que entonces sufrió un desengaño amoroso y una posterior depresión que le mantuvo internado durante 35 días y después durante un año en tratamiento.

Este lunes el magistrado titular de Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Alcorcón lo mandó a prisión provisional, acusado de un delito de homicidio en caso de tentativa, agravado por la especial vulnerabilidad de la víctima. Juan José fue ingresado en la unidad psiquiátrica de una cárcel madrileña que no ha trascendido.

 Dos asesinatos y un intento

El mismo hombre ya asesinó a otras dos personas hace más de 20 años. El 20 de diciembre de 1997 acabó con la vida de Valeriana de la Fuente, de 82 años, cuando dormía en una habitación del Hospital Clínico de Madrid, estrangulándola con un cinturón. Dos días más tarde asesinó a su compañero en la prisión de Carabanchel donde había sido internado.

Valeriana de la Fuente con uno de sus nietos/ Cuatro al Día.

El primer asesinato tuvo lugar entre la madrugada del 19 al 20 de diciembre de 1997, mientras la mujer dormía en la habitación 4155, en la cuarta planta de la zona sur del hospital Clínico, donde estaba ingresada por una neumonía y desnutrición severa desde hacía dos semanas. Juan José fue sorprendido por un enfermero junto a la cama en la que yacía muerta Valeriana. El asesino sostenía todavía en las manos un cinturón con el que había estrangulado a la octogenaria. 

La causa penal por ambos crímenes fue iniciada en la Audiencia Provincial de Madrid el 19 de octubre de 1999, pero Juan José no fue condenado a pena de prisión, sino a 20 años de internamiento como máximo en un centro psiquiátrico. La sentencia, dictada en la Audiencia Provincial de Madrid en 1999 por el magistrado Jesús Ángel Guijarro consideraba consideraba probado que el asesino intentó acceder al hospital tres veces entre las 6.00 y las 6.30 de la madrugada por el servicio de Urgencias, pero un vigilante de seguridad se lo impidió, tras lo cual Juan José Fernández logró entrar en el hospital por la puerta principal del centro. 

Hospital de Alcorcón.

Este mismo vigilante sostuvo en el juicio contra Juan José que en la puerta principal había “un celador que pedía la autorización para poder entrar, pero que por la noche había ocasiones en las que se pedía y otras no”, la sentencia tuvo en cuenta el informe redactado en su día por la dirección del hospital señalando que la noche del crimen había hasta cinco vigilantes en el centro sanitario, ninguno de los cuales estaba a cargo de la puerta principal. El mismo informe admitía que la zona donde se produjo el crimen estaba a cargo de sólo un vigilante, que realizaba rondas por todo el pabellón sur, por el pabellón B y por las instalaciones de las consultas externas. 

Foto antigua de Juan José Fernández.

Los hijos de la fallecida, Paloma y Francisco Alcubilla, pidieron 60 millones de pesetas por los daños morales y físicos sufridos. Poco después la Sección Cuarta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo de la Audiencia Nacional consideró que hubo una “omisión del deber de vigilancia” por parte del Insalud, de quien dependía el hospital, y estableció que éste indemnizase con 10 millones de pesetas a cada uno de los dos hijos de la víctima por los “daños morales” sufridos, en total 20 millones (120.000 euros actuales). 

Por aquel asesinato Juan José Fernández fue ingresado en la prisión de Carabanchel y dos días más tarde, mientras se encontraba en el módulo de Enfermería esperó a que su compañero de celda, Guillermo Merino Barona, se durmiese para asesinarlo.

Diez años después de su detención, en 2007, quedó en libertad por orden del Juez de Vigilancia Penitenciaria, con la obligación de estar controlado periódicamente y medicado. Había estado interno en el hospital psiquiátrico penitenciario de Fontcalent.

Juan José trasladado por la Guardia Civil. / Cuatro al Día.

Cuando cometió el primer asesinato Juan José tenía 27 años, se había licenciado en Geografía e Historia, jugaba al fútbol en la Unión Balompédica Conquense, donde llegó fichado por el entonces entrenador Jaime López Sendino que lo había conocido cuando jugaba en Las Rozas Club de Fútbol. López destacaba en la prensa regional de entonces que no era un jugador violento, ya que de los 16 partidos que había jugado solo le habían sacado una tarjeta amarilla.

Cuando militaba en el equipo madrileño Juan José sufrió un desengaño amoroso y tuvo una depresión por la que tuvo que ser hospitalizado durante 35 días, en ese momento se le diagnosticó la enfermedad mental que sufría y estuvo un año en tratamiento, sin éxito al parecer.

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