28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

La Fiscalía pide 25 años de prisión para Leonardo Valencia, el 'carnicero tatuador' que presuntamente asesinó y desmembró a la joven Emilce en 2019

Caso descuartizador Valdemoro: El acusado asegura que la víctima se asfixió por un juego sexual

/ El descuartizador de Valdemoro, Leonardo Valencia.
El conocido como “descuartizador de Valdemoro”, por los hechos terribles de la madrugada del 16 de octubre de 2019 en la localidad madrileña de Valdemoro, ha declarado en el juicio iniciado el pasado martes 7 de marzo, que la joven fallecida “murió asfixiada con una máscara que iba con una correa al cuello” mientras realizaban un juego sexual de “carácter sadomasoquista”. Además ha incriminado a su expareja, afirmando que “la idea de deshacerse del cuerpo fue de ella”.

Leonardo V.J, acusado de asesinar y descuartizar a la joven Emilce en su casa en 2019, ha declarado que víctima se asfixió en un juego sexual y  que fue su exnovia quien decidió deshacerse del cadáver desmembrándolo al día siguiente de los hechos. "Cuando subí le di un cachete en la nalga y no respondía. Le quite la máscara, el film de las manos y los pies, y eso fue lo que ocurrió", confesó el asesino ante el tribunal, donde se encontraban los padres de la víctima. “Lo que pasó en esa casa es fruto de mi egoísmo y crueldad”, explicó.

Este jueves, La Audiencia Provincial de Madrid ha continuado con el juicio con jurado popular del asesino Leonardo Valencia Jaramillo, quien está acusado de asesinato y profanación del cadáver de la joven de 18 años, Emilce. La víctima vivía con su madre y acudió la noche del 15 de octubre de 2019 a la casa del asesino. Al no regresar, su madre, miembro de la Guardia Civil, alertó de su desaparición.

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El asesino, a la izquierda.

El juicio concluirá este viernes con la última palabra del acusado. El 27 de marzo, el tribunal hará entrega del objeto del veredicto al jurado popular, quien determinará si queda o no aprobado.

El fiscal  pide para el procesado 25 años por asesinato y 5 meses más por la profanación del cadáver de Emilce. Además, piden una indemnización de 102.852 euros a cada uno de los progenitores de la víctima y con 46.284 a la hermana. La madre y el padre de esta solicitan prisión permanente revisable para el tatuador y tres años para su expareja, a la que acusan de un delito de encubrimiento.

El juicio

Durante el juicio que ha sido  llevado a cabo durante este mes de marzo, el asesino ha contado lo que supuestamente sucedió la noche que se produjo el asesinato de Emilce. Durante el interrogatorio que ha durado más de dos horas, el asesino ha inculpado a su exnovia Celia, sentada en el banquillo como encubridora y   quien según Leonardo, fue quien decidió deshacerse del cadáver. Además, ha asegurado que la muerte fue accidental. “Le coloqué una máscara para tontear, fui a por una bebida y cuando volví no respondía”, ha comentado sin profundizar ningún detalle.

La noche del 15 de octubre de 2019, el acusado recibió en su domicilio de la calle Francia 124 de Valdemoro a la joven Emilce de 18 años, a la que conocía de haberle realizado algunos tatuajes en fechas anteriores y en ocasiones venderle medicamentos sin receta de forma ilegal. La joven acudió a por ansiolíticos, según se ha podido leer en unos de los Whatsapps que mandó la chica antes de morir, sobre las dos de la mañana, fecha estimada por los investigadores.

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La 'casa de los horrores' de Valdemoro donde supuestamente murió descuartizada la joven de 18 años.

“Cuando vi que había muerto, me quedé sentado mirando el cuerpo y consumiendo cocaína, sabía lo que eso iba a parecer y yo me pregunté: ‘¿Qué coño hago ahora?”. Entonces, tal como quedó registrado en su móvil, escribió a Celia un mensaje: “Te quiero”, confesó el asesino. Además, añade que “Era para ver si estaba despierta y ella me daba apoyo sobre qué hacer”.

En su relato explica cómo convivió con el cadáver durante 12 horas, tiempo en que intentó quemar la ropa de la víctima, despertando a todos los vecinos debido al humo que generó. Pero según los investigadores, no era ropa, sino algunas partes del cuerpo lo que ardía aquella madrugada.

Durante el prolongado interrogatorio, el asesino ha explicado cómo quedó con Celia, su exnovia al día siguiente, quien le aconsejó de “deshacerse del cadáver”. Leonardo mantiene que profanaron el cuerpo de Emilce entre las cinco y las nueve de la noche, cuando se levó a cabo su detención. Sin embargo, la investigación policial dedujo que fue en la madrugada del día 16 cuando comenzaron con el siniestro. Como prueba, la semana pasada,  el forense que examinó el cuerpo, indicó que “solo para poder cercenar una parte del cuerpo en el estado en el que se encontró, sería necesario mínimo de dos horas para alguien con conocimientos de anatomía”.

Durante la tarde, tanto Leonardo como Celia salieron varias veces de la casa que tenía ocupada el asesino para poder comprar productos de limpieza. “Lo que sucedió en esa casa es fruto de la crueldad y mi egoísmo, porque estaba en un proceso de regularización y eso iba a suponer un problema. No voy a justificar lo injustificable. Pese a la falta de humanidad, era la única salida”, alegó el colombiano. En el interrogatorio, ha calificado a la víctima como “guapa y simpática”.

Fue un asesinato cobarde, con alevosía, intentando sorprender a la víctima por la espalda para impedir que pudiera defenderse. También fue un asesinato inhumano, con un desprecio total del asesino por el sufrimiento de su víctima. Y, sin embargo, todo lo que ocurrió después alcanzó las mayores de barbarie conocidas hasta la fecha en Madrid. Según el relato del fiscal, una vez asesinada Emilce, Leonardo trasladó el cuerpo a la bañera y usando un bisturí comenzó a recortarlo siguiendo el patrón de una lámina que colgaba en la pared representando a una mujer con los mismos tatuajes que Emilce. A continuación, recortó el rostro de la víctima, igual que los tatuajes, para guardarlos como trofeo.

Lo que sucedió después fue terrible y figura en el sumario al que ha tenido acceso elcierredigital.com. Los investigadores se vieron obligados a elaborar tres croquis, uno por cada planta del chalet ocupado donde vivía Leonardo, para señalar en cada planta los vestigios que fueron hallando como sangre, armas o restos de la vida. El asesino cayó pronto en la cuenta de que no iba a poder encubrir todo aquello con facilidad y decidió escalar un peldaño más en su comportamiento salvaje. Así, eligió quemar los restos de la víctima en la barbacoa del patio del chalet.

Los vecinos detectaron el humo y el desagradable olor por primera vez a las 5 de la madrugada. Llegaron a comentarlo entre ellos, creyendo que era un incendio, incluso uno de ellos le pidió que apagara la barbacoa antes de que a las 11 se extinguiera el humo por completo.

No tuvo éxito, y entonces decidió quedar con su expareja, Celia. Ella le acompañó a comprar los útiles para limpiar la sangre en la casa, bolsas de basura para deshacerse de los restos y hasta una pala para enterrar el cuerpo. A ella le contó que “había matado a Emilce por ver qué se sentía, pero que no había sentido nada”. Ahora, Leonardo culpa a su exnovia de la idea del desmembramiento, a tres semanas de vista del juicio.

La versión de Celia

Una versión muy diferente a la contada por Leonardo. Celia quien consideraba como novio al asesino, lo describe como maltratador, una relación en la que estaba sometida a él, donde llegó incluso a agredirla sexualmente. Durante el día del asesinato, Celia relata cómo quedó con él, encontrándoselo de manera “desaliñada y oliendo mal”. En ese momento le confesó que “la había cagado porque había matado a una chica”. Ella creyó que le estaba chantajeando para que se asustara y no le dejara.

 La mujer ha afirmado que le acompañó “a por una pala, un carrito de la compra, productos de limpieza y ropa”, aunque seguía sin creerse lo que le había contado. También ha añadido que al entrar en el domicilio, su novio le había advertido de que tendría que ayudarlo, de no ser así, “ella sería la siguiente”. La joven admitió que en un principio lo ayudó porque estaba en shock y bloqueada por el pánico, temía que pudiera hacer lo mismo con ella.

En la declaración del jueves, Celia ha confesado lo que le mandó hacer Leonardo al llegar a la casa por primera vez: “Baja al sótano a ver mi obra maestra”, donde la mujer pudo ver algunas partes del cuerpo de la joven. Sin pensárselo, Celia escapó de la casa y acudió a la Guardia Civil, cuando Leonardo le escribió amenazándola para que no lo delatase.

Cuando llegó el agente la identifica como “nerviosa, no podía hablar al principio. Yo busqué en la base de datos y vi que tanto ella como Leonardo habían sido detenidos por lesiones el uno al otro”. Cuando llegaron al domicilio se encontraron a Leonardo volviendo de unos contenedores, donde había dejado parte del cuerpo de la víctima, confesando que había matado a la chica.

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El contenedor en el que el supuesto asesino pretendía arrojar los restos de la víctima. 

Durante su primera declaración ante la Guardia Civil, la mujer afirmo que vio sangre en el baño cuando entro en la casa, aunque los agente lo vieron impoluto cuando llegaron. También explicó cómo Leonardo le contó que había tratado de asfixiarla, primero con su brazo y lego con un cable, dos intentos fallidos que acabaron con el asesinato de la víctima por un apuñalamiento. “También podría haber dicho que le disparé, y en alguna habría acertado” ha ironizado Leonardo.

La denuncia de Celia llegó tarde, pero sirvió para que los guardias civiles de Valdemoro, espantados ante lo que parecía verse en las fotografías, acudieran a toda velocidad a la casa de Leonardo. Allí sorprendieron al asesino en el momento en que intentaba deshacerse de más restos del cuerpo de Emilce en un carrito de la compra. Hasta 51 armas blancas y cuatro réplicas de armas de fuego encontró la Guardia Civil en la casa, entre estanterías llenas de muñecos “gore” y un escenario macabro con figuras del diablo, escenas de sadismo y fascinación por el canibalismo. También un arsenal de pastillas de todo tipo para su propio suministro y para la reventa ilegal. 

Este viernes se ha entregado a los miembros del jurado el guión de las preguntas que podrán resolver el veredicto final que se llevará a cabo el lunes 27 de marzo, un momento decisivo para poner fin a este crimen macabro.

 

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