19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

EL CAPO DE "LA FAMILIA" SE ENFRENTÓ AL CARTEL DE "LOS VALENCIA" TRAS SABER QUE SU ESPOSA HUYÓ CON SU ENEMIGO DANDO ORIGEN A LA GUERRA MÁS SANGRIENTA

Las infidelidades en el mundo del narcotráfico: El romance mortal entre Inés Ortega y 'El Tísico'

El Cártel de Jalisco Nueva Generación (México)
El Cártel de Jalisco Nueva Generación (México)
Hay amores que matan y en el mundo del narcotráfico la frase puede hacerse literal. Existen narcos que, después de sembrar terror entre la población y enfrentarse con organizaciones rivales, lo pagaron muy caro por cometer uno de los peores errores en los que puede caer alguien de su oficio: enamorarse de la mujer equivocada.

Las atrocidades cometidas por las organizaciones dedicadas al narcotráfico y las guerras entre cárteles de la droga son de sobra conocidas, pero no siempre se sabe que en ocasiones es el amor el que acaba por dinamitar el conflicto.

Una de las historias más sonadas ocurrió en México, la trágica muerte de Carlos Rosales Mendoza, alias “El Tísico”. Rosales nació en La Unión, un municipio del estado mexicano de Guerrero, en febrero de 1963. Desde joven estuvo relacionado con el mundo de la delincuencia hasta que logró fundar “La Empresa”, su propia organización criminal.

“La empresa” se convirtió en 2004 en “La Familia Michoacana”, una de las organizaciones criminales más sanguinarias de México. Para ello, Rosales y sus socios contaron con el apoyo del Cártel del Golfo, liderado por Osiel Cardenas, hoy encarcelado en Estados Unidos.

“La familia” rinde culto al homicidio y la tortura, ya que la consideran “justicia divina”. Esta “justicia” se convirtió en el motor y brazo armado del Cártel del Golfo, que se enfrentaba sistemáticamente con el Cártel del Milenio, que controlaba la producción y distribución de narcóticos en el estado desde el 2000.

Familia contra familia

El fondo de la cuestión no queda en las intenciones de controlar el narcotráfico en la costa del Pacífico mexicano. La verdadera historia de traición y muerte se originó en una vieja relación entre el Cártel del Milenio con La Familia. El cártel del Milenio se llamaba Los Valencia, una organización familiar conformada por 18 hermanos, que colaboraban con “La Familia de “el tísico”.

Ambas organizaciones realizaban actividades delictivas en los territorios de Jalisco, Michoacan y Guadalajara. Además, entablaron una relación con el Cártel del Golfo, que facilitaba sus operaciones de narcotráfico y otras actividades delictivas. Aunque la alianza representó la unión entre la costa del golfo y el pacífico mexicano, “la familia” se convirtió en un brazo armado del Cártel del Golfo (CDG)

Rosales “el tísico” y Osiel Cárdenas del CDG forjaron una buena relación comercial, creando un vínculo especial entre el cártel y “La Familia”. No obstante, Rosales tenía una relación especial con Los Valencia, una del tipo que un pacto de tráfico no puede eliminar.

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Carlos Rosales, alias "El Tísico"

“El mencho” de Los Valencia, le había presentó a su prima Inés Ortega a “el Tísico”. El líder de la familia e Inés se enamoraron e iniciaron una larga relación. A los pocos años tuvieron un hijo. La relación entre Los Valencia y La Familia, no podía ser mejor, unidos por un lazo familiar y comercial, ya que Nemesio Ortega, el primo de Rosales comenzó a trabajar con la organización de “el mencho”.

Aunque la interacción del CDG y Los Valencia comenzó años antes, la relación de Inés y “el Tísico” fortaleció los lazos criminales entre ambas organizaciones. La organización del pacífico se convirtió en la distribuidora de cannabis del CDG.

Como era sabido, Osiel Cárdenas del Cártel del Golfo confiaba en “el tísico”, por lo que convirtió al esposo de Inés en la cara visible del cártel en las relaciones con “Los Valencia”. Todo había quedado más que cerrado entre las tres organizaciones que parecían estar destinadas a crear la mayor red de delincuencia de Norteamérica.

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Nemesio Oseguera, alias "El Mencho"

Sin embargo, Inés se convirtió en el detonante de la caída del naciente imperio. Ninguno de los grandes narcos imaginaba que la mujer de “El Tísico”,  acabaría enamorándose de Armando Valencia, uno de los 18 líderes del cártel de Los Valencia.

En un sector tan controlado, era imposible que la infidelidad no llegase a oídos de “El tísico”, que después confesaría a un periodista que: "Cuando mi Inés se fue con aquél, me volví un demonio herido de amor". La luna de amor entre Los Valencia y La Familia había terminado.

Michoacán listo para la guerra

La mañana de 18 de febrero del 2002, en el centro de la localidad de Morelia, en Michoacán un grupo de hombres abrieron fuego en mitad de la calle contra miembros de Los Valencia. En el ataque falleció Jorge Luis Valencia, sobrino del amante de Inés. Posteriormente, los informes policiales concluyeron que el ataque fue ordenado directamente por el propio “Tísico”. Rosales quería asesinar a su rival amoroso, algo que no logró.

La tensión se disparó, pero la ruptura no se consolidó hasta que entró el tercer componente en juego. Osiel Cárdenas decidió apoyar a “el tísico”, al final, era su rostro y por tanto su protegido. Cárdenas y el Cártel del Golfo pusieron a disposición a más de 300 sicarios de Los Zetas, para asesinar a la familia Valencia.

Los Valencia estuvieron al filo de la espada mucho tiempo. Sin embargo, el líder de la droga en el Pacífico mexicano no iba a caer tan fácilmente. Los líderes del cártel familiar acudieron al Cártel de Sinaloa (CDS), acercándose así al territorio y los negocios de Joaquín “El Chapo” Guzmán.

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Armando Valencia

 

La alianza fue forjándose rápidamente gracias a la intervención de “Nacho” Coronel, líder de banda de la Plaza de Jalisco. Esta relación empoderó al clan familiar que comenzó a ocupar espacios delincuenciales en el Estado de Jalisco. Con las dos bandas antes aliadas con un poder sin precedentes y con el motor de la traición encendido, Michoacán y Jalisco se prepararon para una de las guerras más sangrientas de la historia mexicana.

Los asesinatos masivos y los atentados fueron cotidianos en la primera década del 2000. Una de las víctimas fue “Nacho” Coronel, asesinado por el Ejército en su casa de Zapopan. Además, Oscar Valencia, uno de los principales líderes del Cártel del Milenio (La nueva versión del cártel de Los Valencia) fue detenido por la policía.

Con “Nacho” y Óscar fuera de juego, el Cártel del Milenio se desarticuló, dividiéndose en dos frentes: “La Resistencia” y “Los torcidos”. Los primeros aseguraban que los segundos habían traicionado al cártel por entregar a Óscar Valencia a las autoridades.

Erick Valencia, alias “el 85”, Martín Arzola Ortega “el 53” y Nemesio Oseguera Cervantes, “el mencho” fueron los fundadores de “Los Torcidos”. Esta escisión dio lugar luego al Cártel de Jalisco Nueva Generación, la organización más violenta de México.

“La familia” golpeada por el ejército

Por su parte, Rosales Mendoza cayó poco después de iniciada la guerra. El 24 de octubre de 2004, el ejército le detuvo en la colonia de Santa María de Morelia Michoacán. “El tísico” fue declarado de altísima peligrosidad después de que organizara varias fugas masivas de prisiones federales.

En enero de 2004, Rosales logró que 25 internos del penal Apatzingán. El episodio en el que 60 hombres irrumpieron en la prisión para rescatar a otros miembros del narco, puso en duda la capacidad del Estado para hacer frente a la violencia.

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Cártel Jalisco Nueva Generación

En 2006, “La Familia” se separó del Cártel del Golfo y comenzó a operar de forma independiente, consolidándose como uno de los grupos criminales más fuertes del occidente de México. En ese período Rosales cumplía prisión en una prisión federal. Fue liberado el 22 de mayo de 2014 después de 10 años de condena.

Al año siguiente, Rosales fue asesinado en Parácuaro, Michoacán. Según las autoridades, Rosales intentó acercarse a Ignacio Andrade “El Cenizo”, con quien participaría en la creación de un cártel de Michoacán; no obstante, tras una discusión, Andrade ordenó la ejecución de Rosales. Poco después, los cuerpos de 4 personas, entre ellas, “el Tísico” fueron encontrados colgados de un puente en Santa Casilda.

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