28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

La afición indignada por el tratamiento que se hace de los cosos por parte de determinadas autoridades públicas en menosprecio de la Fiesta

El escándalo de las plazas de toros: desde recintos para perros hasta estaciones de autobuses

Son muchos los cosos españoles ya convertidos en recintos para perros o para cualquier otro uso al margen del objetivo inicial para lo que fueron creados: dar corridas de toros. Ahora, el alcalde de Estella, en Navarra, ha decidido dar una segunda vida a la plaza de toros de su ciudad. Así, el coso taurino, donde han triunfado los más grandes de la tauromaquia actual como José Tomás, se convertirá en un espacio cerrado para que los perros puedan correr, jugar y hacer sus necesidades.

La decisión del alcalde de Estella, en Navarra, de dar una segunda vida a la plaza de toros de su ciudad para convertirse en un espacio cerrado para que los perros puedan correr, jugar y hacer sus necesidades, ha causado el malestar de los aficionados al mundo taurino. Sin embargo, ha sido muy bien recibida por la supuesta mayoría del pueblo navarro que considera que ya era hora de que Estella tuviera un lugar adaptado a los perros. De hecho, en  el recinto otrora taurino, el Ayuntamiento asegura, sin ningún tipo de pudor, que ha habilitado expendedores de bolsas y anuncia sanciones para quienes no recojan los restos de los animales. 

Pero esta no es la primera vez que una plaza de toros es reconvertida para objetivos diferentes para lo que fue creada y construida. Es más, con la progresiva prohibición y reducción de las corridas de toros en diversas comunidades autónomas, se está procediendo a establecer nuevos usos para estos recintos taurinos.

En Barcelona, por ejemplo, hace ya años que un centro comercial dio la alternativa a los festejos taurinos de la célebre y añorada Plaza de Toros de las Arenas y en Almadén (Ciudad Real) su histórica plaza de toros es ahora, parcialmente, un hotel con vistas al ruedo. Otras plazas de toros se han habilitado como lugares para celebrar conciertos e, incluso, partidos de tenis, es el caso de la plaza de Palma de Mallorca o la de Eibar.  En este último caso, fue en 2016 cuando su Ayuntamiento  decidió  dotar de nuevos usos a la Plaza de Toros, un recinto que apenas se utilizaba unos pocos días del año para la actividad taurina, siempre puesta en duda por los grupos abertxales. Por ello, amplió su uso adaptándola como espacio multideportivo para la oferta de espacios lúdicos y de recreo en el centro de la ciudad. 

En Madrid, dos antiguas plazas de toros acabaron también de diversa forma. La que se encontraba hasta los años sesenta en la céntrica Avenida de Felipe II  fue demolida y hoy en sus terrenos se ubica el  Palacio de Deportes de la Comunidad de Madrid. Un multiusos destinado, sobre todo, a conciertos por su gran capacidad como a eventos y espectáculos deportivos. La otra,  que sigue en pie pero donde no apenas hay corridas de toros, es la mítica Plaza de Vistalegre, en el barrio popular de Carabanchel, al sur de la capital, y donde se celebran normalmente conciertos, mítines y diversos espectáculos, como las competiciones de baloncesto oficial.

En la mayoría de los casos, como vemos, la actual reconversión de las plazas de toros pasa por su demolición y reconstrucción como equipamientos culturales. Otro ejemplo de ello, son los cuatro ruedos que había en la provincia de Gerona, de propiedad municipal, y la de Tarragona, que pertenece a la Diputación, una comunidad donde los toros se han prohibido por orden y mando de los grupos independentistas.

En otros casos, los usos han sido bien diferentes: la de Sant Feliu de Guíxols, es utilizada desde 2005 como estación de autobuses; y la de Lloret de Mar que acogerá un centro comercial, un aparcamiento y vestuarios deportivos para el campo de fútbol colindante.

Pero esta reconversión "obligada" de los cosos taurinos no se da solo en España. También en otros países, como Portugal o México,  las plazas de toros se están destinando ya a otros usos y espectáculos al margen del taurino. La de Lisboa, por ejemplo, ha sido reconvertida en un pabellón cubierto y en una galería comercial con restaurantes, mientras la plaza de toros de  México, en Zacatecas,  es hoy un hotel de lujo.

La afición taurina se pregunta ¿Falta de dinero público o privado?, ¿falta de afición o leyes?.. o son las políticas antitaurinas, y en supuesta defensa de los animales, las que están haciendo que cada vez más las plazas de toros han ido convirtiéndose en espacios multiusos o destinados a fines muy diferentes a aquellos para los que fueron concebidas.

En España hay al año unos 1.800 espectáculos taurinos, de los que alrededor de 400 son corridas de toros. Y, a  pesar de que cada vez hay más detractores del universo taurino, la plaza de toros de Las Ventas en Madrid y la Monumental en Sevilla, son los bastiones que se yerguen como infranqueables y que resisten  frente a esta corriente que crece con fuerza. Y así lo demuestra el importante auge que han tenido los abonos taurinos para las Feria de Abril en Sevilla y la de San Isidro en Madrid para este año de 2019. Pero, no olvidemos, que quien a veces echa de las plazas al público no son únicamente los políticos, sino también los malos toreros y los pésimos toros lidiados.

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