26 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

Está acusado de acumular 534 cadáveres en el sótano de la Facultad de Medicina de Madrid y haber sometido a sus empleados a condiciones insalubres

Piden ocho años de cárcel para José Ramón Mérida, exdirector de Anatomía de la Universidad Complutense

El depósito de cadáveres de la Complutense
El depósito de cadáveres de la Complutense
La Fiscalía solicita ocho años, tres por delitos contra la salud y cinco por daños morales para José Ramón Mérida Velasco quien habría sometido a sus empleados a trabajar en condiciones nefastas y tóxicas en el sótano de la Universidad Complutense de Madrid, donde se almacenaban más de quinientos cuerpos humanos en estado de descomposición. Los afectados exigen 21 años de cárcel y 264.000 euros de indemnización.

El exdirector del departamento de Anatomía II de la Universidad Complutense de Madrid, José Ramón Mérida Velasco, podría ser condenado hasta ocho años de cárcel por someter a sus trabajadores a prácticas insalubres en el depósito de cadáveres de la Facultad de Medicina.

Los hechos se remontan al año 2014, cuando algunos de sus empleados ya empezaban a manifestar descontento con las condiciones en las que se encontraban los cuerpos. Debido el espacio cerrado en el que se mantenían los cadáveres, empezaron a aparecer signos claros de descomposición, larvas y gusanos, condiciones que afectaban al estado anímico y psicológico de los trabajadores afectados.

Los individuos destinados a operar el horno crematorio carecían de un manual de uso y la cámara frigorífica sumaba fallos; la cantidad ingente de cadáveres que se almacenaban ya de por sí imposibilitaban la tarea de deshacerse de estos de manera adecuada. Ante las reiteradas quejas la solución aportada por Velasco era siempre la misma: Cerrar las puertas y guardar silencio. La circunstancia llevó a que, una vez averiado el frigorífico, Velasco decidiera sacar entre 40 y 50 cuerpos para ser incinerados. Estas cifras pronto probaron ser insuficientes.

Cadáveres donados a la UCM/ El Mundo

Finalmente, el mismo año la Inspección de Trabajo y Seguridad Social extrajo del sótano de la Universidad Complutense de Madrid 534 cadáveres en condiciones deplorables desde el punto de vista sanitario.

La Fiscalía detectó, además, que las instalaciones carecían de cerramientos que impidieran que los gases de las sustancias se extendieran por los pasillos y afectasen a quienes los transitaban.

El exdirector se valía del miedo al desempleo para mantener el secretismo de la situación y solventaba las quejas con amenazas y medidas deficientes. Finalmente los empleados vencieron el miedo y denunciaron la situación y comenzaron a fotografiar los espacios de trabajos y las condiciones que presentaban los cadáveres. Esas imágenes se filtraron a la Prensa y se causó un gran revuelo.

La situación de los empleados no solo se limita a los daños psicológicos, ya que en el año 2016 un informe forense del Juzgado de Instrucción número 37 rebeló una relación de causalidad entre algunos casos de cáncer padecidos por los empleados y la cantidad de formol utilizada en los cuerpos.

Entre los afectados se encuentran Pilar Mansilla y otros dos empleados lo que llevó a una investigación sobre el director de riesgos laborales José Javier Sánchez Gonzales, el exdirector del departamento José Carrillo y el propio José Ramón Mérida Velasco.

COMPARTIR: