25 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

La Audiencia Provincial de Madrid le condena por homicidio y profanación de cadáver con los agravantes de parentesco

Sentencia para el 'caníbal de Ventas': 15 años de cárcel por matar y comerse a su madre

Alberto, el 'caníbal de Ventas'.
Alberto, el 'caníbal de Ventas'.
La Audiencia Provincial de Madrid condena a 15 años de cárcel al llamado “caníbal de Ventas” por homicidio y profanación de cadáver. El tribunal sentencia que el acusado estranguló a su madre y se alimentó durante 15 días de su cadáver. Los jueces desestiman por completo cualquier eximente por alteración psiquiátrica y sentencian que era consciente de lo que hizo en todo momento.

Los jueces de la sección 5 de la Audiencia Provincial, al igual que el tribunal popular que emitió el veredicto de culpabilidad, no creen que el “caníbal de Ventas” estuviera loco cuando estranguló a su madre hasta la muerte, la descuartizó y se alimentó del cadáver durante más de quince días junto a su perro. A pesar de que Alberto Sánchez Gómez declaró durante el juicio que no recordaba nada de lo que ocurrió el mes de febrero de 2019, los policías que acudieron al domicilio de su madre no podrán olvidar jamás lo que vivieron. Precisamente, el testimonio de esos policías y de los médicos que trataron a Alberto le han llevado primero a ser declarado culpable por unanimidad del jurado popular y ahora a ser condenado a quince años en la sentencia del Tribunal que le juzgó.

Desde el principio Alberto ha intentado jugar la carta de la absolución por problemas psiquiátricos. Así hace unos días relataba ante el Tribunal que comenzó a “oír susurros” en su cabeza desde los 16 años, voces de amigos y famosos que se acrecentaron con el tiempo hasta el día del crimen, cuando contaba con 25 años de edad y era aficionado al alcohol y al cannabis. Según Alberto la televisión le mandaba mensajes y órdenes de matar a su perro. En ese tiempo fue ingresado en dos ocasiones, 2016 y 2017, con cuadros sicóticos agudos, aunque no se le detectó ningún trastorno mental de gravedad. Alberto se quejaba del alcoholismo y la depresión en la que había caído su madre tras el fallecimiento del padre, y la acusaba de robarle objetos y gastarse el dinero de la pensión de viudedad en alcohol. Soledad, su madre, terminó denunciándole por maltrato y se impuso a Alberto una orden de alejamiento de la mujer. Pero Soledad volvió a apiadarse de su hijo y le permitió volver al domicilio familiar en las navidades de 2018, dos meses después Alberto la mató. Ahora dice que no recuerda como ocurrió, pero a los policías y médicos que le atendieron les contó otra cosa.

“Un tupper con un corazón en el aparador junto a un tenedor"

“Cuando llegamos al domicilio de Soledad, Alberto nos dijo que había matado a su madre…que la había asfixiado y la había descuartizado…enseguida vimos sobre la cama del cuarto la cabeza y las manos seccionadas de la mujer”. Puntualizó uno de los policías durante el juicio. Otro especificó más los detalles del horror que presenció: “había partes del cuerpo de la víctima por todos lados, un tupper con un corazón en el aparador junto a un tenedor…las costillas en la nevera…”. El relato continúa ya en comisaría con Alberto detenido: “nos cuenta que había descuartizado a su madre hacía semanas…que unas veces se comía partes del cuerpo crudas y otras cocinadas, o se las daba al perro” …recordaba con horror otro agente. “Su actitud era de total tranquilidad y no mostraba arrepentimiento alguno, al revés, nos dijo que no se arrepentía porque su madre le había hecho la vida imposible…no tenía síntomas de haber tomado drogas” declaró otro policía durante el juicio.

“Es un desperdicio tirar el cadáver…pensaba seguir así unos meses" 

Alberto amplió su relato a los psiquiatras que le atendieron tras su detención. “Llevaba tiempo pensando en matarla, porque tenía fuertes dolores de espalda y no le reconocían la minusvalía…ese día pensé que era el momento de hacerlo…es un desperdicio tirar el cadáver…me parecía más razonable el canibalismo de las tribus africanas que se comen a sus familiares fallecidos…pensaba seguir así unos meses hasta que terminara la orden de alejamiento y pudiera quedarme con la casa”.

Un relato parecido les hizo a los médicos que le atendieron en prisión: “comenzamos a pelear, los dos estábamos borrachos, ella sacó un cuchillo, pero no llegó a hacerme nada…la estrangulé…” Y el horror: “comía trozos del cadáver cuando tenía hambre…le quité las vísceras y las tiré a la basura para que el olor no alertara a los vecinos…” los médicos añadieron en sus informes: “impresiona la ausencia de afectividad con la que cuenta los hechos…cuenta que nunca tuvo alucinaciones, ni siquiera cuando ha tomado tóxicos, cosa que ahora no es el caso”.

Alberto Sánchez con su perro en una imagen compartida en sus redes sociales.

Tras escuchar los testimonios de los policías y los médicos, el tribunal considera que Alberto sí tuvo ánimo de matar a su madre a pesar de que ahora insiste en que no recuerda nada. Los informes de la autopsia coinciden con su relato. Su madre fue golpeada y estrangulada hasta la muerte. La policía científica encontró ADN de la mujer en la boca del acusado y decenas de detalles más terribles aún que omitimos en este relato.

“El acusado era totalmente consciente de lo que hacía en el momento del crimen”

El tribunal también debía decidir si aplicaba algún eximente completo o parcial por trastorno psiquiátrico y ha decidido no hacerlo. Al tomar esta decisión se apoya, no tanto en los informes de los siquiatras que le trataron antes del crimen y hablan de brotes psicóticos agudos, sino más en los médicos y forenses que le atendieron los días después del crimen. Tanto los médicos que le atendieron antes del crimen o después en los calabozos del juzgado y en prisión dicen que no sufre patología psiquiátrica alguna, pero sí tiene rasgos narcisistas y muestra consumo de drogas y alcohol, pero no de forma adictiva. Confirman, según el tribunal, que Alberto era totalmente consciente de lo que hacía el día del crimen, tras su detención y en la actualidad.

Por todos estos motivos, ahora la sección 5 de la Audiencia Provincial le sentencia a quince años de cárcel, que es la pena más alta que pidió el fiscal. Su familia no quiso personarse como acusación. Le condenan por homicidio y profanación de cadáver con los agravantes de parentesco. El “caníbal de Ventas” seguirá en la cárcel, entre rejas, frío y distante del resto de los presos, como le han descrito los psiquiatras durante el juicio.

COMPARTIR: