El seguidor de la Real Sociedad fue asesinado por el ultra Ricardo Guerra, miembro del Frente Atlético, poco antes de un partido de UEFA en Madrid
Se cumplen veinte años del asesinato de Aitor Zabaleta en las cercanías del Vicente Calderón
La Real Sociedad ha recordado este domingo a Aitor Zabaleta, el joven aficionado asesinado hace dos veinte años en Madrid, poco antes de un partido en el estadio Vicente Calderón. El 8 de diciembre de 1988 se enfrentaban el Atlético de Madrid y la Real Sociedad en la Copa de la UEFA. Pero Zabaleta no pudo ver ese encuentro. En las inmediaciones del campo, varios ultras del grupo Bastión, la facción más violenta del Frente Atlético, rodearon al seguidor de la Real y uno de ellos le asestó una puñalada que causó su muerte en la madrugada del 9 de diciembre. Fue Ricardo Guerra, declarado culpable en el año 2000 de la muerte de Aitor y condenado a 17 años de prisión por la Audiencia de Madrid, pena confirmada además por el Tribunal Supremo.
Ricardo Guerra, condenado por el asesinato de Aitor Zabaleta
Este asesinato fue un duro golpe para el mundo del deporte y para toda la sociedad. A raíz de esta tragedia, se reforzó la seguridad en los encuentros deportivos y en los alrededores de los estadios de fútbol. Pero no sería la última muerte en el entorno de las aficiones futbolísticas. En 2014, también en las cercanías del Vicente Calderón, un seguidor del Deportivo de 43 años, Francisco Javier Romero Taboada, murió a consecuencia de los golpes recibidos en una pelea entre aficionados radicales del Atlético y del equipo gallego.
Para recordar a su seguidor en el vigésimo aniversario de su muerte, la Real Sociedad ha organizado varios actos este fin de semana en el que recibía al Valladolid en el estadio Anoeta en un partido correspondiente a la jornada 15 de la Liga Santander. Zabaleta fue recordado en el minuto doce del encuentro. Y no solo se ha recordado al desaparecido Aitor en el estadio de su equipo. En el Wanda Metropolitano, unos cuantos aficionados han homenajeado al aficionado de la Real Sociedad levantando unos carteles con su nombre. Un recuerdo emocionante para el joven apuñalado que no llegó a pisar el Vicente Calderón.
