16 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El padre de la joven sevillana desaparecida en 2009 cree que la geolocalización de los teléfonos de los implicados puede esclarecer de una vez el caso

Antonio del Castillo: "El documental de Netflix puede ayudar a encontrar por fin a mi hija Marta"

Antonio del Castillo, padre de Marta, desaparecida el 24 de enero de 2009.
Antonio del Castillo, padre de Marta, desaparecida el 24 de enero de 2009.
Marta del Castillo desapareció el 24 de enero de 2009. Veinte días después Miguel Carcaño confesó el crimen, dijo que había arrojado el cuerpo sin vida de la joven al río Guadalquivir. Sin embargo, a día de hoy no hay rastro de los restos de la joven. Su padre, Antonio del Castillo, cree que si la policía hubiera actuado antes el caso de su hija podría haber tenido otro desenlace. Una serie de Netflix podría acercar ese final que desea la familia al lograr abrir una nueva vía de investigación.

Una instrucción deficiente, diversas versiones de los hechos, contradicciones, numerosas sentencias, dos condenados, más de cuatro mil días de búsqueda y una joven, Marta del Castillo, cuyo paradero sigue sin determinarse cuando están a punto de cumplirse trece años de su desaparición. 

El estreno en Netflix de la serie documental '¿Dónde está Marta?' reaviva uno de los casos más paradigmáticos de la historia de España. "Nosotros nos hemos prestado a ello realmente porque queremos que esto se conozca bien, que se conozca de cerca" explica a elcierredigital.com Antonio del Castillo, padre de Marta. "Es un periodo de doce años que está resumido en tres capítulos pero que está muy bien marcado desde un principio y hasta el día de hoy".

Producida por Cuarzo, el trabajo que apoya la serie documental ha implicado 80 horas de entrevistas a familiares, amigos, abogados y periodistas, 100 horas de grabación, la transcripción completa de los juicios y el análisis de los más de 7.000 folios de sumario. Además, muestra por primera vez audios de llamadas telefónicas de los implicados en los días posteriores a la desaparición. Una labor que ha abierto una nueva vía de investigación en base al posicionamiento de los móviles de todos ellos la noche en que el rastro de la joven se perdió. "Nosotros lo de los teléfonos no lo habíamos pensado. Ha sido el equipo de Netflix el que ha dado con esa tecnología, y el juez ha aceptado las pruebas".

La serie documental de Netflix '¿Dónde está Marta?'.

Y es que el avance tecnológico podría permitir geolocalizar a todos los implicados con un margen de error de siete metros. Una posibilidad que en estos momentos se encuentra en el Juzgado de Instrucción número 4 de Sevilla, que ha requerido a todas las compañías telefónicas los datos crudos de los teléfonos de los implicados y que entregado a un perito judicial una serie de pruebas para analizar, entre ellas el teléfono móvil de Miguel Carcaño. "Están trabajando en ello. No sé cuánto tardará. Pero en cuanto se tenga algo, si se puede sacar algo de los teléfonos, quien primero se va a enterar será el juez y la policía. Ojalá esto se lleve buen a término y podamos, después de doce años, sacar alguna conclusión que nos lleve a encontrar el cuerpo de Marta". 

Antonio del Castillo nunca ha dejado que se desvaneciera la esperanza de hallar a su hija. "La confianza a mí no me la va a quitar nadie" y, por ello, seguirá buscando, como hizo desde el primer minuto, cuando la intuición le decía aquel 24 de enero de 2009 que a su hija le había ocurrido algo. 

"Marta somos todos"

Marta del Castillo salió de su casa familiar el sábado 24 de enero para encontrarse con su exnovio, Miguel Carcaño, en un piso ubicado en la calle León XIII. Lugar de encuentro habitual, la investigación determinó que aquella noche pasaron por la vivienda Samuel BenítezJavier García Marín 'El Cuco' y María García Medaro, novia de Francisco Javier Delgado, hermanastro de Carcaño.  Nunca más se supo de la joven y "Marta somos todos" se convirtió en el grito de impotencia de un país entero. 

Marta del Castillo. 

Veinte días después, Carcaño confesó el crimen, dijo haber arrojado el cuerpo de de Marta al Guadalquivir, y todos los que aquella noche visitaron el piso fueron imputados. Después, cruces de versiones, búsquedas en el río, el vertedero, la escombrera de Camas o en la finca de La Majaloba  y un ir y venir de acusaciones -la última, en 2013, señalaba a Francisco Javier como autor material de los hechos-, que han marcado una historia que casi trece años después todavía no ha encontrado desenlace.

Sobre si todo ello pudo haber sido diferente, Antonio del Castillo cree que sí. "Nosotros siempre nos hemos quejado de que yo pongo la denuncia un sábado por la noche y la policía tarda casi 17 o 20 horas en llegar. Esas horas en una desaparición son muy importantes, pero nadie siguió el protocolo de menores desaparecidos que había en ese momento, y que decía que había que actuar inmediatamente", lamenta.  "Nadie siguió el reglamento y nadie buscaba a mi hija. La policía se limitaba a decirme que estaría de fiesta y que se habría ido con alguna amiga". 

Nuevos testimonios

Tras el estreno de '¿Dónde está Marta?', su familia espera que aparezcan nuevos testimonios que permitan esclarecer lo que realmente sucedió la noche del 24 de enero de 2009 en aquel piso de la calle León XIII. "Lo mismo cualquier persona vio algo, o recuerda algo", explica Antonio del Castillo. 

Una posibilidad, la de que alguien decida hablar, que descarta por completo en el caso de los implicados. "De los implicados, de los que están en la calle, espero muy poco, por no decirte nada. Después de doce años ellos están libres con una sentencia judicial. No van a decir nada. Yo no espero que estos personajes digan nada". 

El pasado viernes, Antonio del Castillo acompañó a Marisol Burón, madre de Marta Calvo, en la presentación en el Congreso de los Diputados de una iniciativa legislativa popular que persigue un cambio legal que endurezca las penas para casos como el que a ambos les ha tocado sufrir. En concreto, la propuesta pasa por conseguir tipificar el delito de ocultamiento intencionado del cadáver como un delito autónomo e independiente. "Yo estoy en su misma situación y yo la apoyo. Lo que queremos es que el ocultamiento del cuerpo tenga una pena, una pena de prisión. Es un daño innecesario que sufrimos las familias en vida", concluye. 

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