25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Cristóbal López, natural de Alcalá de Henares, está acusado de abusar sexualmente de más de una decena de niños

Las víctimas del frutero de Valdeavero indignadas tras la libertad provisional del presunto pederasta

Frutero de Valdeavero.
Frutero de Valdeavero.
El juzgado de Instrucción número 5 de Alcalá de Henares ha acordado la puesta en libertad sin fianza de C. L. C., el frutero de Valdeavero (Madrid) que a finales del pasado año fue arrestado por la Guardia Civil por abusar presuntamente, de forma continua, de más de una decena de menores de esta localidad al nordeste de la capital.

La defensa del investigado, que se encontraba en prisión preventiva desde que lo acordó la jueza tras su detención, pidió su puesta en libertad al entender que no existe ningún tipo de riesgo de fuga. Se dio traslado de la petición a la Fiscalía, que no se ha opuesto a su salida de prisión con la imposición de medidas cautelares.

En el auto del 18 de octubre de 2021, al que ha accedido ElCierreDigital.com, la magistrada ha explicado que se ha producido un cambio de las circunstancias que en su día determinaron la prisión provisional. En concreto, que la parte de la investigación está "prácticamente concluida" a la espera de dos periciales y que el riesgo de que el investigado pudiera atentar contra las víctimas es "prácticamente inexistente". 

Además, la jueza considera que no se aprecia riesgo de fuga ya que el frutero detenido cuenta con arraigo en España al tener dos hijos menores y no dispone de medios económicos "de ningún tipo", por lo que su salida del territorio nacional sería "prácticamente imposible".

Juan Manuel Medina, abogado de varias de las víctimas, ha comentado a este medio que cree que es una decisión “equivocada”. “Nosotros acatamos las resoluciones judiciales, como no puede ser de otra manera, pero entendemos que es una resolución equivocada y, por supuesto, vamos a recurrir a la Audiencia Provincial”, declara.

Además, explica que este hecho ha sentado como “un jarro de agua fría” a las familias de los menores afectados. “Son muchísimos los menores afectados y además, yo considero que esta decisión judicial puede afectar muy negativamente en el desarrollo emocional y en el estado psicológico de esos niños, que muchos de ellos están siendo tratados por psicólogos o se encuentran en tratamiento médico en estos momentos. Por lo tanto, entendemos que esto puede suponer un empeoramiento en el estado de los menores” añade.

La instructora de Alcalá de Henares requiere al investigado el cumplimiento de “la obligación de comparecencia semanal, la obligación de comunicación de su domicilio actual y de los cambios de domicilio, la prohibición de salida del territorio nacional con obligación de entrega inmediata de su pasaporte, la prohibición de obtención de pasaporte y de entrar y residir en Valdeavero”.

Además, el frutero acusado de abusos no se podrá aproximar a menos de 500 metros de los diez menores perjudicados, así como a sus domicilios y lugres de estudio. Sobre uno de los niños extiende la protección a 40 metros. Tampoco podrá comunicarse con los diez niños a través de cualquier medio, ya sea telefónico o telemático, así como establecer contacto escrito, verbal o visual por sí mismo o a través de terceras personas. 

¿Quién es el frutero de Valdeavero?

Cristóbal López, natural de Alcalá de Henares, vivía desde hacía un tiempo en Valdeavero, un pequeño pueblo cerca de Madrid, donde tenía su propio negocio: la frutería Keai, donde conocía a sus víctimas, niños de entre 11 y 15 años.

El presunto pederasta era conocido como "el amigo de los niños" por las habilidades que los habitantes del pueblo pensaban que tenía con los más pequeños. No obstante, en el mes de agosto salió toda la verdad a la luz y se descubrió no era "el amigo de los niños" sino todo lo contrario, un pedófilo que, presuntamente, se aprovechaba de los menores del pueblo.

Detención frutero de Valdeavero.

Todo empezó cuando una de sus víctimas confesó a su madre que Toba (alias de Cristóbal López), a quien todo el mundo definía como una persona carismática y amable, había abusado sexualmente de él. Lo hizo en su casa, cuando, presuntamente, le metía la mano por el pantalón y le tocaba los genitales al niño.

Su modus operandi era siempre el mismo: se ganaba la confianza de los padres de sus víctimas para que no sospechasen de él y captaba a los menores ofreciéndoles golosinas en la frutería. Una vez había abusado de los niños, los amenazaba de muerte para que no lo denunciaran.

Después de esta primera denuncia, muchos menores se atrevieron a denunciar todas las atrocidades que el frutero del pueblo les había hecho. En total, 16 niños de entre 11 y 15 años lo han acusado de abusos y agresiones sexuales. La investigación continúa abierta y hay que esperar al juicio para saber cuál será la resolución final, pero todo apunta que será acusado de un delito de abusos y agresiones sexuales a niños menores de edad.

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