28 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Díez-Picazo es acusado por Borrego de haberle “maltratado públicamente” en una cafetería de Madrid

El magistrado Javier Borrego pide amparo al Supremo contra su conocido presidente, Díez-Picazo

Luis María Díez-Picazo, magistrado contra el que  su colega Borrego ha pedido amparo al Tribunal Supremo.
Luis María Díez-Picazo, magistrado contra el que su colega Borrego ha pedido amparo al Tribunal Supremo.
La Sala de Gobierno del Tribunal Supremo tendrá que pronunciarse por un conflicto entre dos de sus magistrados. El juez de la Sala de lo Contencioso-Administrativo, Javier Borrego, ha enviado un escrito al Tribunal Supremo pidiendo amparo contra el presidente de esa misma Sala, Luis María Díez-Picazo Giménez, quien le maltrató en público en la cafetería Genium, en la Plaza de las Salesas, 7, el 29 de julio pasado, en torno a las 9.30 de la mañana, tal y como ha publicado el diario confilegal.com

En el escrito de amparo, Borrego solicita a la Sala de Gobierno -compuesta por el presidente y el vicepresidente del Supremo, los cinco presidentes de Sala (en este caso Díez-Picazo tendrá que quedar fuera) y los cinco miembros electos- que examine lo ocurrido “por si pudiera existir materia disciplinaria” y, si es así, que se envíe al promotor de la Acción Disciplinaria. El  escrito tiene fecha de 14 de agosto y complementa a otro anterior fechado el 29 de julio y que fue presentado ante esa misma Sala de Gobierno.

Javier Borrego, magistrado que ha pedido amparo al Tribunal Supremo. 

En el primer documento, el magistrado cuenta que tras pedir la cuenta a la camarera le dijo que también se cobrara los cafés de Díez-Picazo, un magistrado de la misma Sala y una de las personas de máxima confianza del presidente del Consejo General del Poder Judicial y del Tribunal Supremo, Carlos Lesmes.  Borrego, que iba con otra persona del entorno judicial, se dirigió cuando salía a los tres y se despidió de su compañero y de la mujer, deseándoles “buenas vacaciones”.

" No te doy la mano. Largo de aquí!"

Pero Borrego se quedó sorprendido cuando Díez-Picazo le contestó de una manera menospreciativa y maleducada.  Según el escrito presentado por Borrego, éste, “al pretender darle la mano a Don Luis María Díez-Picazo, no respondió a mi gesto, acodado en la esquina de la barra. Le pregunté: ‘¿no me das la mano?’, y me contestó: ‘no te doy la mano y ¡largo!”.

Borrego le recordó Díez-Picazo que “estábamos en un bar, un lugar público. Desabrido, me contestó, elevando el tono de voz: ‘¡largo, largo de aquí!’ y me hizo un gesto con la mano derecha y los dedos para que me fuera. Todos, incluidos la camarera, estábamos perplejos”.

Las sensaciones del magistrado del Supremo fueron, comprensiblemente, muy malas.  En especial por el hecho de que el bar estaba muy concurrido y fueron muchas las personas que fueron testigos de lo sucedido. Borrego ha declarado que se sintió muy mal “ante una conducta tan groseramente desconsiderada de un compañero Magistrado del T.S., que he querido esperar 24 horas antes de comunicar a esa Sala de Gobierno lo ocurrido ante compañeros y en presencia de una camarera, por trascender el ámbito exclusivamente privado«, señala.

Díez-Picazo, conocido por su "fuerte temperamento"

El magistrado Javier Borrego recuerda en su escrito también la conducta de Díez-Picazo que el 23 de mayo consiguió que la Sala de Gobierno votara -él también lo hizo, pese a ser parte interesada– remitir al promotor de la Acción Disciplinaria la remisión de unos supuestos hechos que sucedieron en el interior del despacho de Díez-Picazo, en el que estaban ellos dos solos, “por entender que existe materia disciplinaria” sobre su trabajo como juez, “absolutamente normalizado y al día desde el 28 del mismo mes de mayo”.

Díez-Picazo suma ya algunas polémicas en sus últimos meses de carrera judicial. 

Díez-Picazo es conocido entre los suyos por su visceralidad, sus prontos, estallidos de carácter y propensión a subir el tono de voz. La Sala de lo Contencioso-Administrativo nunca hasta ahora ha estado tan dividida y enfrentada. Antes vivió tiempos de plena paz con los antecesores de Díez-Picazo –Ramón Trillo y José Manuel Sieira–.

Borrego: un exjuez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos  

Javier Borrego es uno de los magistrados españoles con proyección internacional.  Fue juez del Tribunal Europeo de Derechos Humanos entre 2003 y 2008. Tomó posesión de su actual destino, como jurista de reconocido prestigio -es abogado del Estado de procedencia- el pasado mes de diciembre, contando con el apoyo de 16 de los 21 vocales del Consejo.

Por problemas de adaptación al ritmo de la Sección Quinta de la Sala de lo Contencioso-Administrativo -superados y convertidos en historia-, Díez-Picazo le dijo el 2 de abril que iba a contar al presidente Lesmes que no producía al ritmo exigido.

Una conversación que tuvo lugar en su despacho

Díez-Picazo, 1,80 metros de estatura, y más de 90 kilos de peso, afirma que Borrego -1,75 metros, extremadamente delgado, sin sobrepasar los 65 kilos, y de carácter afable y tranquilo, le «cogió por los hombros y le empujó», impidiéndole que abriera la puerta.

El caso está sobre la mesa del promotor de la Acción Disciplinaria, que ha citado al magistrado Borrego para el próximo 4 de septiembre.

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