19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

El letrado Alfredo Arrién afirma a elcierredigital.com que "mi cliente solo entró a la finca para hacerse con comida"

Nuevos datos del crimen de Ciudad Real: "El anciano disparó a quemarropa tres cartuchos", dice el abogado de la víctima

La víctima del crimen de Ciudad Real.
La víctima del crimen de Ciudad Real.
El caso del anciano de 77 años que disparó a un intruso por entrar ilegalmente a su vivienda en Ciudad Real está muy lejos de llegar a su fin. El abogado del fallecido ha explicado a Elcierredigital.com que este no es un caso de legitima defensa, ya que el tirador no actuó de manera proporcional. Además, los tres primeros disparos que realizó fueron a quemarropa y no al aire para ahuyentar al intruso, una persona de 35 años que no contaba con antecedentes penales.

La madrugada del próximo domingo se cumplirán dos semanas del caso en el que un anciano de Ciudad Real disparó su escopeta de caza contra un intruso que había entrado en su casa de manera ilegal, un acto que acabó con la vida del presunto ladrón y que ha desatado la polémica en lo que a la defensa de la propiedad privada se refiere.

La primera decisión que tomó la jueza encargada del caso tras escuchar las declaraciones del hombre de 77 años fue decretar su ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, una medida que fue apelada por su abogado, Juan M. Lumbreras, que presentó un recurso en el que trató de demostrar que el anciano no iba a entorpecer la investigación en ningún momento, recurso que aún no ha sido resuelto.

Hasta ahora, la única información que se tenía del hombre fallecido es que tenía 35 años y que era de Honduras ya que los medios de comunicación solo habían tenido la oportunidad de escuchar la versión de una de las partes. Pero durante esta semana, la familia y el abogado del supuesto ladrón han realizado unas declaraciones en las que han dado detalles acerca de su historia e identidad y en las que contradicen la versión de legítima defensa ofrecida por el abogado del anciano.

Lugar en el que ocurrieron los hechos.

Tal y como ha explicado a Elcierredigital.com Alfredo Arrién Paredes, abogado del hombre fallecido, existen dos puntos clave que se deben tener en cuenta para analizar el caso y valorar si existe o no legítima defensa. El primero tiene relación con la declaración inicial del anciano ya que Arrién señala que el hombre afirmó que hubo un encontronazo previo a los disparos en el que amenazó al intruso, por lo que, en ese caso, los disparos no se habrían realizado de una forma instintiva y como un acto reflejo, sino que se habrían realizado de manera premeditada.

En segundo lugar, destaca el número de disparos y su orden, ya que el abogado defensor del fallecido asegura que los tres primeros disparos fueron realizados a “quemarropa” y que el cuarto fue realizado al aire, cuando, lo que tendría que haber hecho el anciano es disparar primero al aire para tratar de ahuyentar al intruso.

Alfredo Arrién, abogado del hombre fallecido.

Otro de los factores por los que Arrién ha mostrado su disconformidad con la versión del anciano es la proporcionalidad de su decisión, ya que en el momento de los disparos "el fallecido no estaba atacando al dueño de la casa, sino que se encontraba agachado a causa del miedo", un hecho que “no justifica esa reacción de película del oeste”.

Coche de policía saliendo del lugar de los hechos.

La “frialdad” de la llamada que realizó el tirador a la Policía cuando tuvieron lugar los hechos también resulta sospechosa para el abogado pues asegura que “en la llamada existe mucha tranquilidad, algo que no es habitual en este tipo de casos” tan delicados.

Otras declaraciones a tener en cuenta son las de la madre y el hermano del fallecido, que han explicado en el programa Espejo Público que el intruso no contaba con antecedentes penales ni en España ni en su país de origen y que se encontraba deambulando en busca de comida o refugio, puesto que vivía en la calle. Han asegurado que llevaban dos meses sin saber nada de él pues debido a los problemas psicológicos que arrastraba desde su estancia en el ejército, no quería estar en casa ni aceptar su ayuda económica.

Alfredo Arrién, el abogado del fallecido, ha querido dejar claro que aunque la entrada del intruso en una vivienda ajena es un delito que no tiene justificación, "la reacción del anciano fue completamente desproporcionada, por lo que debe ser juzgado por ello".

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