La familia del sargento Torres muerto en Fuerteventura expresa sus dudas y malestar en las redes sociales
La Asociación IGC acusa a un capitán y a dos miembros de la Guardia Civil de acosar al agente que se suicidó
La muerte del sargento Andrés Torres, de 40 años, en su acuartelamiento de Fuerteventura ha generado mucha polémica, tanto entre familiares como en la propia Guardia Civil. Su familia, tanto su hermano Víctor, como su hijo Alberto, se han despedido en facebook de su hermano y padre, respectivamente.
“Él era, es y será siempre mi héroe y ejemplo a seguir, hoy es un día malo pero él nos ha compensado con miles de buenos recuerdos (…) Como diría mi padre: “Viva España, viva el rey y viva la Guardia Civil”, escribió ayer su hijo en su muro de facebook.
El muro de Facebook de Alberto, hijo del fallecido, tenía este mensaje.
La despedida de su hermano Víctor era más de rabia e impotencia: “Nunca comería carne cruda, pero creo que hoy comería cuatro corazones mientras laten, porque ese es el dolor que siento ahora mismo”.
El hermano del fallecido mostraba su rabia en Facebook.
La asociación de Independientes de la Guardia Civil (IGC) trata ahora de llamar la atención sobre las causas del suicidio del sargento Torres, ya que acusan a mandos de un supuesto acoso. Este colectivo ha manifestado ya su intención de personarse en el juzgado de Instrucción para que no ser archive la causa como “un caso de supuesto suicidio”, ya que ejercerán la acusación “contra aquellos que pudieran haber influido en el suicidio” si pudiera demostrarse “el supuesto acoso que pudiera estar viviendo”.
El hijo del fallecido ha puesto la foto de su padre en su muro de Facebook como homenaje póstumo.
En el mismo comunicado, la IGC explica que el fallecido había sido expedientado por el capitán jefe de la Guardia Civil de Fuerteventura tras un desencuentro con un cabo primero de la comandancia y que el sargento Torres había detenido por un supuesto tráfico de drogas y a otro lo había denunciado y había sido condenado por lesiones. Estos dos guardias se habrían convertido en sus presuntos acosadores, según denunciaba la asociación de la guardia civil.
"Presuntamente estaba siendo objeto de acoso, no por sus subordinados, agentes de policía judicial, sino por otros miembros de la Unidad de Seguridad Ciudadana, patrullas, dependiente del oficial que transmitió el parte disciplinario", recogía en este comunicado el IGC.
