25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La familia de la profesora ya avisó en la denuncia presentada en Zamora que se sentía vigilada por el que se convertiría en su presunto asesino

Las pruebas darán la razón a los forenses en su teoría inicial de que Laura Luelmo murió pasadas 48 o 72 horas desde su desaparición

La casa de Bernardo Montoya en El Campillo. (Google).
La casa de Bernardo Montoya en El Campillo. (Google).
La guerra entre Guardia Civil y médicos forenses -desatada con la comparecencia de los investigadores en rueda de prensa, tras afirmar los primeros que la fecha de la muerte de Laura habría sido el mismo día de su desaparición en contra de la opinión forense que dató el óbito de la profesora entre 48 y 72 horas después-, tiene un nuevo capítulo al salir la Sociedad Española de Medicina Legal y Forense de España en defensa de sus colegas.

La última vez que Laura Luelmo se comunicó con su novio antes de morir fue mediante un wassap enviado a las cuatro de la tarde del 12 de diciembre en el que le decía que "no sabe si va a ir a andar porque hace un poco de viento", tal y como explicó el coronel jefe de la Comandancia de la Guardia Civil de Huelva, Ezequiel Romero, el pasado miércoles en las dependencias centrales de la Benemérita en Madrid. Precisamente, esta comparecencia en Madrid del coronel y del teniente coronel Jesús García, de la Unidad Central Operativa (UCO), encargados del caso, no ha caido bien a otros mandos de la Benemérita en la provincia andaluza, ya que agradecen y estiman el trabajo de sus colegas de la UCO, pero habrían visto con mejores ojos que la comparecencia se hubiera realizado en Huelva.

Además, hay que sumar a este inconveniente las críticas realizadas por los especialistas científicos, tras las declaraciones efectuadas sobre la fecha de la muerte, que la Guardia Civil estableció el mismo día de su desaparación, en contra de la opinión forense que en una acta preliminar estableció la muerte de Laura entre 48 y 72 horas después de su desaparición.

De izquierda a derecha, el coronel Romero y el teniente coronel García. (Europa Press)

Los forenses han cerrado filas ya el viernes emitían un comunicado para decir que "los resultados de los análisis complementarios que se han practicado al cadáver de Laura Luelmo ratificarán que la profesora murió entre el segundo y el tercer día tras su desaparición, tal y como determinaron los forenses que le practicaron la autopsia. Los análisis complementarios, que se deben emplear, no suelen corregir de modo sustancial la primera predicción, raramente supondrán una rectificación importante a las conclusiones obtenidas a partir del examen del cadáver", señalaron desde la Sociedad Española de Medicina Legal y Forense, en un informe al que tuvo acceso Efe.

Los especialistas destacaron que las conclusiones obtenidas por los forenses sobre la fecha de la muerte de la joven profesora se basan en pruebas científicas, y han pedido que se respeten las competencias de los distintos profesionales que trabajan en la investigación.

Denunciaron la noche del día 13 de diciembre

La familia de la joven maestra interpuso en Zamora la denuncia por su desaparición poco después de las once de la noche del jueves 13 de diciembre. Y en ella hizo constar esta preocupación de Laura por el vecino. Como publicó el diario Huelva Información, los familiares que acudieron a la comisaría manifestaron a los agentes que Laura sentía temor cada vez que salía a la calle y se topaba con la mirada desafiante de Montoya.

Al día siguiente, el viernes 14 de diciembre, el padre y el novio de Laura –desplazados a El Campillo– entraron con la Policía Judicial de la Guardia Civil en el domicilio provisional de la joven y observaron que faltaban "unas zapatillas de deportes y unas mallas". En el momento en que abandonaron el inmueble, la Guardia Civil "ve a una persona, a un vecino que salía de su casa y le preguntan si conoce a la chica y dice que él no sabía que hubiera nadie allí, ni la conoce ni la ha visto". Ese hombre era Bernardo Montoya.

Según las declaraciones del coronel Romero, es el sábado día 15 cuando "no nos centramos en un sospechoso; no tenemos ningún indicio, nada que no fueran sus antecedentes", aclaró el coronel. Lo tenían localizado, pero no se le realizó un seguimiento exhaustivo hasta el domingo por la tarde. El lunes 17, cuando se encontró el cuerpo sin vida de Laura en La Mimbrera, fue cuando la Guardia Civil solicitó el mandamiento judicial de entrada y registro en la casa de Montoya, detenido un día después cuando bajó del coche e intentó huir campo a través. Ahora, la Guardia Civil intenta cotejar los movimientos de Montoya durante sus permisos para ver si pudiese estar implicado en algún otro caso sin resolver.

 
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