24 de abril de 2024
|
Buscar
FIN DE SEMANA

Más de 4.800 procedimientos fueron incoados a menores por este tipo de delito que es para los especialistas un “grave problema” que en su mayoría se

Aumenta la violencia filio-parental: En 2018 hubo un 3,6% más de denuncias por agresiones a los progenitores

La violencia de hijos hacia los progenitores ha aumentado en 2018.
La violencia de hijos hacia los progenitores ha aumentado en 2018.
Los expedientes abiertos a jóvenes por violencia filio-parental aumentaron un 3,6 por ciento durante el año 2018. Este incremento sitúa en 4.833 los procedimientos incoados a menores por este tipo de delito, frente a los 4.665 registrados durante 2017. Pero según los expertos, solo se denuncian entre un 10 y un 15 por ciento de los casos.

Así se desprende del estudio 'La violencia filio-parental en España' de la Fundación Amigó, elaborado a partir de los datos publicados en la Memoria de la Fiscalía General del Estado (FGE). Cuando nos referimos a los delitos de violencia filio-parental hablamos de  conductas reiteradas de violencia física, psicológica o económica dirigida de hijos e hijas a sus progenitores o a aquellos adultos que ocupan su lugar, como pueden ser tutores designados, por ejemplo.

Es una violencia que aumenta y de la que solo se conocen un 15 por ciento de los casos reales. 

Según los expertos de la Fundación Amigó, “nos encontramos ante un fenómeno que requiere de respuestas especializadas para poder abordarlo y conseguir que todos los miembros de la unidad familiar puedan reconducir la situación y retomar el vínculo afectivo.

Los resultados de esta investigación indican que cada año se abren en España más de 4.000 expedientes por este tipo de delito, y que los procedimientos abiertos han aumentado desde 2013 hasta alcanzar los 4.833 expedientes incoados a jóvenes por agresiones en el ámbito familiar durante 2018. "Estas cifras señalan el grave problema social al que nos enfrentamos", avisan.

En este sentido, la Fundación Amigó apunta que se estima que se denuncian los casos más graves, es decir, entre un 10 y un 15 por ciento del total. "Estamos hablando de un problema que en la mayoría de las ocasiones es oculto y es necesario dar visibilidad y concienciar a la población del problema existente", sostienen los autores del estudio.

Este tipo de violencia requiere respuestas especializadas. 

Los investigadores han analizado las diferentes memorias regionales de las Fiscalías de Menores de cada comunidad autónoma que, según destaca la Fundación, arrojan datos "muy heterogéneos". En concreto, Andalucía es la región donde se abren un mayor número de expedientes a menores por este tipo de delito con 1.034 durante 2018; seguida de la Comunidad Valenciana (832), Comunidad de Madrid (686), Canarias (405) y Cataluña (358).

"La violencia filio-parental se ha estabilizado en los últimos años en cuanto al número de denuncias. Hay que tener en cuenta que estos datos solo señalan las situaciones más graves, ya que existe una cifra negra que no se detecta porque no se llega a la denuncia. Por ello sigue siendo necesaria la labor de sensibilización y prevención que evite la instauración de la violencia en el ámbito familiar", explica Irene Gallego, psicóloga de Fundación Amigó.  

Pautas, formación y conocimiento

Gallego sostiene que "es de gran importancia dotar de las estrategias necesarias a las familias que sufren esta problemática". "Un trabajo en red que aúne pautas, formación y conocimiento sobre esta alarmante problemática, disminuirá el estigma de las familias que lo viven", subraya Gallego.  Por otro lado, desde Fundación Amigó, se ha llevado a cabo un proyecto de investigación para conocer el perfil de las personas que viven situaciones de violencia filio-parental, con una muestra de más de 1.000 personas.

Ante las primeras señales de violencia hacia los padres, los expertos aconsejan acudir a especialistas. 

Los resultados que se han obtenido son que la media de edad de los hijos se sitúa en 15 años y medio, mientras que la de los progenitores es de 46 años y medio. Además, el  71,11 por ciento presenta el problema cuando los hijos tienen entre 12 y 18 años, y en el 63 por ciento la violencia era ejercida por los hijos y en el 37 por ciento por las hijas.

El estudio señala además que el 30,53 por ciento se trata de hijos únicos; en el 74,01 por ciento de los casos los hijos han disminuido su rendimiento escolar; en el 16,81 los hijos han sufrido acoso escolar; en el 64,35 por ciento, los hijos presentan algún tipo de adicción; y en el 40,87 por ciento, los hijos han sido testigos de algún tipo de violencia. Más de la mitad de las personas (52,6%) forma parte de familias nucleares, seguido de un 26,5%, que son familias monoparentales maternas.

COMPARTIR: