23 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

La Policía logra dar con la madre, presunta culpable, gracias al cruce de datos de la base de Policía Científica

Resuelven el crimen de un bebé recién nacido y encontrado en el vertedero de Valdemingómez hace nueve años

Exclusiva La recién nacida fue encontrada en una cinta como ésta.
La recién nacida fue encontrada en una cinta como ésta.
Elcierredigital.com accede en exclusiva al atestado de la resolución del crimen del neonato hallado en la planta de reciclaje del vertedero madrileño de Valdemingómez en mayo de 2012. Tras una investigación que se prolongó durante nueve años, la Policía ha detenido a la presunta culpable, madre del recién nacido, e investiga en su entorno si alguien pudo proporcionarle ayuda.

Juana, trabajadora del reciclaje del vertedero madrileño de Valdemingómez, no olvidará lo acontecido la mañana del 22 de mayo de 2012 en la línea 14 de triaje del vertedero. Fue alrededor de las 9:00 horas cuando observó un pequeño cuerpo sobre una de las cuatro cintas transportadoras de residuos. No necesitó acercarse mucho para confirmar que se trataba de una bebé recién nacida, desnuda y ensangrentada, así que recorrió rápidamente los cinco metros que la separaban del botón de parada de la cinta, lo apretó con fuerza y una vez que se detuvo el mecanismo tapó inmediatamente el cuerpo con una manta marrón mientras alertaba a la Policía.

Los investigadores del grupo VI de Homicidios de Policía Nacional que se desplazaron hasta el vertedero pronto comprobaron que la bebé presentaba a simple vista señales de haber sido víctima de una muerte violenta, pero también de que se enfrentaban a una investigación prolongada y minuciosa. Era martes por la mañana, por lo tanto esa bebé podía haber llegado al vertedero como parte de la basura recogida desde el sábado, el domingo y el lunes, e incluso la madrugada del martes en 17 de los 21 distritos de la ciudad de Madrid. Los policías se enfrentaban a una tarea mayúscula si querían reconstruir los pasos del crimen.

Días después, el informe de la autopsia confirmaba los peores augurios: La bebé sin nombre nació viva pero al poco de llegar a este mundo murió principalmente debido a un traumatismo craneo-encefálico por los fuertes golpes que le propinaron en el cráneo. También había sido estrangulada mientras le golpeaban. El resto de las heridas eran fruto del traslado en el camión que recogió el contenedor de basura en el que lo arrojaron. 

Una vez confirmada la etiología homicida de la muerte, los investigadores comenzaron a revisar una por una todas las asistencias en los servicios de Urgencias y Neonatología de todos los hospitales madrileños sin encontrar ni una sola pista sobre el nacimiento del bebé. Durante años la policía intentó sin éxito identificar a la madre del bebé asesinado o al menos hallar una pista de su paradero.

La pista fundamental llegó ocho años después

La pista que centró la investigación se hizo esperar y llegó ocho años después del hallazgo del cadáver de la bebé, en 2020. Esa pista era la más determinante que podía llegar a manos de los policías. Fue durante la pandemia, cuando la Policía Científica cruzaba una serie de ADN recién recogidos con otros ADN de casos sin resolver, como el de la muerte de la bebé, cuando saltó la sorpresa. La genética de la bebé que guardaba la policía coincidía totalmente con el ADN de un vecino de Madrid. Los policías lo localizaron rápidamente y comenzaron a seguir sus pasos hasta confirmar que vivía con M., una mujer de alrededor de 30 años con la que tenía dos hijas en común  nacidas los años 2011 y 2016.

Una imagen del vertedero de Valdemingómez.

Los investigadores, antes de presentarse ante los sospechosos, revisaron a fondo el historial médico de la mujer descubriendo que en ningún hospital español constaba registro del nacimiento de su segunda hija en 2016. Buceando en el registro civil los policías de homicidios hallaron la causa: La segunda hija de la pareja había nacido en su domicilio de Madrid y la matrona que firmaba los documentos ni siquiera había asistido al parto. Todo esto llevó a los investigadores a sospechar que entre ambas hijas nacidas en 2011 y 2016, M. pudo haber tenido otra bebé en su domicilio sin que constara en registro alguno y que esa bebé pudiera ser precisamente la que fue hallada en el vertedero. 

Una confesión espontánea 

Con toda esa información, hace unos días los policías acudieron al domicilio actual de la pareja para citarles a declarar en Comisaría en calidad de testigos. En esa vivienda de Madrid los agentes hallaron a la mujer, M. y a su pareja, y ambos consintieron en acudir a la Jefatura Superior de Policía de Madrid para hablar con los agentes.

Una vez en las dependencias de homicidios, los investigadores tomaron declaración en primer lugar al padre biológico de la bebé fallecida. Éste relató a los agentes que conocía a M. desde el año 2010 y, aunque tuvieron la primera hija en 2011, no fue hasta 2014 que comenzaron a vivir juntos, teniendo posteriormente a su segunda hija en 2016. A las preguntas de si entre ambas hijas, en 2012, había tenido algún otro bebé, el padre respondió que sí, que entre ambas, su pareja M. abortó un embarazo de dos semanas por problemas económicos ya que no tenía dinero ni para pagar el alquiler.

Treinta minutos después, los policías llamaron a la mujer para hablar con ella que les informó que había abortado en 2012 pero los policías le respondieron que no se trataba de ese aborto lo que investigaban sino el caso de la bebé hallada muerta en 2012 que era hija de su pareja. “En ese instante la investigada comienza a manifestar que tras el aborto de 2012 volvió a quedarse embarazada, sin trabajo y  con una mala relación con su pareja con el que no convivía salvo de manera muy esporádica, decidió abortar por su cuenta tomándose unas pastillas”, recoge el atestado policial.

Según el relato de la mujer esa misma noche dio a luz a la bebé que nació muerta, por lo que pasada una hora después de lavarla y al ver que no reaccionaba la envolvió en una manta con un crucifijo, la metió en una bolsa y la dejó en un contenedor de basura de su calle. En ese momento, la policía le ordenó que se callara, parando la declaración y deteniéndola al instante. Una vez llegó su abogado le ofrecieron prestar declaración pero ella se negó prefiriendo hacerlo en sede judicial.

Homicidio imprudente o Prisión Permanente Revisable

Dos días después, en los juzgados, repitió ante el juez lo mismo que le contó a los policías. La bebé, según ella, nació muerta, y angustiada tras pasar un tiempo sin que reaccionara, decidió dejarla en el contenedor de basura. La jueza la envió a prisión provisional el 15 de marzo, mientras continúa con la investigación del caso. La pareja de la mujer y padre de la bebé no ha sido acusado de ningún delito y figura como perjudicado.

El letrado de la mujer, Alberto Martín del despacho ASYMECO, recuerda que antes del parto su cliente tuvo un accidente doméstico en el que la bebé pudo resultar fallecida en el vientre de su madre y confía en demostrar que los golpes que recibió la bebé fueron posteriores a su muerte y por lo tanto su defendida eludiría una condena de Prisión Permanente Revisable. El letrado cree que la madre no avisó a ningún vecino, familiar, o a emergencias del accidente previo al parto, ni del parto de la bebé, dada su corta edad y la situación de gran ansiedad por la que pasaba la ahora acusada.

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