24 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Luis afirma que "no hay Justicia, ni para el resto de mujeres" y lamenta que los agentes locales acusados hayan sido eximidos de entrar en la cárcel

Habla el testigo principal de la agresión por policías a una chica de 18 años en Estepona: "Lo que sufrió mi amiga fue terrible"

El Cierre Digital en
/ Luis, principal testigo de la agresión de los policías en Estepona.
Habla Luis, el testigo principal de la agresión por los policías locales de Estepona a una chica. Luis se considera la otra víctima del caso de los agentes condenados por abusos sexuales a una joven de 18 años. “Yo estaba allí y aquello fue terrible”. Se refiere a la sentencia que ha rebajado de 33 años de cárcel a dos años la petición de pena contra los dos policías locales de Estepona acusados de violar a su amiga, además de agredir, amenazar y coaccionar al propio Luis, testigo principal.

Luis ni puede, ni quiere olvidar la madrugada del domingo 10 de junio de 2018. Aquella noche, los tres jóvenes madrileños que celebraban el final de curso en Estepona aprovechando que la familia de uno de ellos les había prestado un apartamento, fueron víctimas de quien menos esperaban.

Todo comenzó a las 5:30 de la madrugada cuando los jóvenes regresaban en coche a casa y dos policías locales les dieron el alto tras una maniobra inadecuada. Los chicos, todos con 18 años, admitieron que habían tomado unas copas, por lo que los policías llamaron a un taxi para evitar que cogieran el coche y les ordenaron que les dieran sus números de teléfono y la dirección de su casa para llevarles el coche hasta allí.

Efectivamente, los policías fueron hasta el apartamento de los jóvenes, de uniforme, pero en su coche particular. Los policías, “ante las reticencias de la joven que no deseaba en modo alguno quedarse con ellos a solas”, les quitaron las llaves de la casa y del coche y les ordenaron subir a la casa.

Ya en el apartamento, los policías comenzaron a desnudarse, sacaron una piedra de cocaína y comenzaron a consumirla sobre el cuerpo de la joven. La víctima, prácticamente en estado de shock, no se atrevía a rechazarles por su condición de policías. Entre tanto, los policías amenazaban a Luis y a la otra chica hasta que esta última consiguió escapar, refugiarse en un bar y llamar a la Policía Nacional.

Mientras, en el apartamento, uno de los policías se llevó a la fuerza a Luis hasta el domicilio del agente para coger más droga y regresar al piso para continuar con las agresiones. Como dice la sentencia, “ella lo soportó de forma pasiva, bajo la situación de superioridad que la condición de policías otorgaba a los agresores”.

Luis recuerda cada detalle de lo ocurrido. La estupefacción de los jóvenes al ver que los policías que debían protegerles manifestaban abiertamente su intención de mantener sexo con la joven. “A ella no le quitaron el ojo de encima desde el primer momento… antes de subirnos al apartamento se hacían los simpáticos, pero a partir de ahí la situación cambió de repente… daban pánico”.

Se refiere Luis al momento en que los policías suben al apartamento y les dicen que no se van a ir, que van a montar una fiesta. “Los veíamos de uniforme, armados, no podíamos creer lo que estaba pasando… les pedimos, les rogamos que se fueran y nos dejaran en paz”. Luis recuerda que se enfrentó con ellos, pero se reían de él. “No se fueron, todo iba a más, veías que aquello… al final ocurrió, intenté consolarla mientras duraba todo… no nos atrevíamos a mover un dedo”.

Un acuerdo entre las partes libra de prisión a los policías

Desde entonces, Luis ha estado esperando cuatro años a que se haga justicia y este último acuerdo entre la víctima y los agresores, por el que los policías se libran de la cárcel, le ha encendido la sangre. “Esta reducción de la pena es como si no hubiera ocurrido nada. Respeto a la decisión de mi amiga, entiendo que no quiera pasar por un juicio y recordarlo todo, pero no entiendo la postura de la Fiscalía”.

Luis figuraba como testigo en el caso pues no denunció en su momento, sí declaró y manifestó su deseo de reclamar, pero no se personó en el proceso judicial y dejó que el Ministerio Fiscal ejercitara en su nombre las acciones que le correspondían.

Comisaría de la Policía Local de Estepona.

Ahora Luis se ha quedado de piedra ante la forma en la que se ha cerrado el asunto. El pacto entre la defensa de los policías y la acusación de la joven, se ha materializado en una rebaja de la acusación de violación a la de abusos sexuales sin violencia ni intimidación. También se ha aplicado la atenuante muy cualificada de reparación del daño, al consignar desde hace tiempo una indemnización a la víctima de 80.000 euros.

En resumen, admiten su culpa, pero al rebajarle la pena a dos años de cárcel, el tribunal les suspende la entrada en prisión a cambio de un curso de orientación sexual. Uno de los tres magistrados del tribunal ha emitido un voto particular en desacuerdo por la suspensión de la ejecución de la pena, cree que no se ha tenido en cuenta que los policías, ya expolicías, puedan volver a reincidir.

Luis opina lo mismo, “da la sensación de que los agresores salen victoriosos, con la gravedad de que esos delincuentes se quedan libres y cualquier mujer puede encontrárselos un día por la calle en una situación similar”. “Es como si no hubiera ocurrido nada”, insiste Luis, que tiene dificultad para conciliar el sueño cuando recuerda lo sucedido.

La defensa ha conseguido su objetivo de evitar que la víctima, muy afectada psicológicamente por los hechos, volviera a revivir las agresiones exponiéndose al público. Le aterraba que el caso se convirtiera en un circo mediático y sufrir la revictimización habitual en muchas de las víctimas, con detectives siguiéndolas continuamente en busca de un detalle que poder usar en su contra en el juicio.

Luis, por su parte, entiende el trago por el que está pasando su amiga pero no disculpa la actitud de jueces y fiscalía. “Ahora, como no me personé, no figuro como víctima de todo esto, pero voy a denunciar, es mi vida también, y no puedo soportar que se vayan de rositas”.

La ley establece que hasta 2023 tiene plazo para denunciar las supuestas coacciones, intimidaciones y amenazas que sufrió aquella madrugada mientras agredían a su amiga.

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