26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Manuel Moreno, el presunto asesino, disponía de varios ambientadores y quemadores de incienso como medida de precaución para disimular posibles olores

Juicio del 'descuartizador de Alcalá': Convivió con el cadáver congelado de su novia, que partió en siete trozos

Manuel, el presunto asesino, y Daria, la víctima.
Manuel, el presunto asesino, y Daria, la víctima.
Tras matar a su novia a golpes y cuchilladas en 2017, Manuel Moreno descuartizó su cuerpo en siete partes, las escondió en un arcón congelador que tenía en su habitación y siguió haciendo su vida hasta su detención en 2019, un año y cuatro meses después. La fiscalía pide para él 20 años de cárcel en el juicio que hoy arranca en la Audiencia Provincial de Madrid.

Cuando la policía irrumpió en la habitación que Manuel alquilaba en un bajo del número 3 de la calle Camino de Santiago de Alcalá de Henares, lo último que esperaban era encontrar el cadáver descuartizado de la joven que buscaban dentro de un arcón congelador. Allí había estado el cuerpo de Daria, una mujer joven y guapa de 22 años, durante más de un año y cuatro meses. Dentro de un arcón congelador sobre el que el presunto asesino disponía varios ambientadores y quemadores de incienso como medida de precaución para disimular posibles olores.

Allá por 2014, Daria, una niña rusa adoptada por una familia española de la zona, se había convertido en una atractiva joven de 22 años. Una mujer de carácter firme y larga melena pelirroja que cayó en la trampa de Manuel, un jienense 20 años mayor que ella. El hombre, discreto y astuto en el trabajo, reservaba todo su encanto para las mujeres, entre las que disfrutaba de un éxito avalado por su buen porte y ojos azules. Antes de cumplir tres años de relación, la pareja se mudó a una habitación alquilada de la calle Camino de Santiago. Se trataba en realidad de una antigua autoescuela de la localidad madrileña de Alcalá de Henares reconvertida en varias habitaciones de alquiler bastante espaciosas. En aquellos días, Manuel lucía orgulloso un tatuaje en su brazo derecho con el nombre de Daria pero pronto la convivencia empezó a hacer mella en la pareja. La diferencia de edad entre ambos, los horarios nocturnos de Manuel que trabajaba de camarero y quizá los intentos de someter a la fuerza a Daria por parte de Manuel (sospechan los investigadores) animaron a Daria a romper con Manuel en septiembre de 2017, aunque continuaron compartiendo la habitación de manera temporal hasta el episodio de violencia brutal durante el que el hombre terminó presuntamente con la vida de la joven.

Asesinada semanas después de romper su relación

Según el relato de la Fiscalía, sobre las 4:00 horas de la madrugada del 6 de octubre de 2017, Manuel echó el cierre en el bar de copas del distrito de Barajas donde trabajaba de camarero y regresó a la habitación que compartía con Daria. Una vez allí se inició una fuerte discusión, similar a otras que ya habían tenido desde que Daria rompió con Manuel, hasta que de repente Manuel mordió a Daria en el brazo izquierdo.

Tras el mordisco, Daria inició un forcejeo desesperado por su vida que Manuel zanjó de un puñetazo brutal en la mandíbula que la dejó prácticamente a su merced. Aprovechando que Daria se encontraba indefensa y con la mandíbula rota, Manuel presuntamente agarró un cuchillo de cocina de 16 centímetros de hoja y la apuñaló dos veces por la espalda causándole la muerte.

El presunto asesino  tras ser detenido.

Manuel pasó los dos días siguientes supuestamente descuartizando el cadáver de Daria en la ducha de la que disponía la habitación y limpiando el resto de sangre y otras pruebas que podían incriminarle en el asesinato de su expareja. A ellos se aplicó con determinación valiéndose del cuchillo de cocina y de un hacha, hasta que consiguió dividir el cuerpo de la joven en siete partes para meterlo dentro de un arcón congelador de 60 cm de ancho y 85 cm de altura que la pareja tenía.

Se hizo pasar por la víctima en las redes sociales 

Agotado por el penoso trabajo de hacer desaparecer el cuerpo de la víctima, Manuel, haciendo gala de su fama de astuto, tuvo tiempo para pensar en hacer desaparecer otro tipo de rastros: el rastro de la víctima en sus redes sociales y sus llamadas telefónicas.

Así, según el relato de Fiscalía, horas después, con el objeto de ocultar el crimen y evitar que le pudieran culpar de la desaparición de Daria, Manuel se centró en el teléfono de esta y tras revisar el contenido pidió un cambio de clave de las cuentas de correo electrónico de la víctima. También vinculó las redes sociales de la asesinada y su cuenta de WhatsApp con un nuevo número de teléfono, todo para hacer creer a su familia y amistades que abandonaba Alcalá de Henares y no quería saber nada más de ellos ni de Manuel.

Lo primero que hizo Manuel desde la cuenta de WhatsApp de la víctima fue enviarle un mensaje al casero diciéndole que abandonaba el piso “porque me ha salido un trabajo en Madrid…le dejo el dinero del alquiler a Manuel”. Ya el día 9 de octubre de 2017 Manuel se hizo pasar por Daria en Facebook dejando un mensaje a todos sus contactos: “estoy haciendo nuevos cambios en mi vida…si no vuelves a saber nada de mí, tú eres uno de ellos”. A la vez, y desde la cuenta de WhatsApp, mantuvo conversaciones con la familia de Daria, los compañeros de trabajo de Manuel, e incluso consigo mismo, despidiéndose de todos. Tampoco dudó en usar la tarjeta de crédito de la víctima para comprar tabaco en un estanco y otros productos en tiendas de alimentación.

Durante el día vivía como si no hubiera pasado nada

Una vez que Manuel decidió que había borrado con éxito el rastro de su exnovia, se lanzó a una huida hacia adelante viviendo la vida como si nada. Continuó con su trabajo como camarero, visitaba en Navidad a su familia en el pueblo jienense de Linares, y llegó a tener otras parejas. Pero cuando regresaba a su habitación alquilada se acostaba junto al arcón.

No se sabe cual fue el motivo de Manuel para guardar durante un año y cuatro meses el cuerpo de su exnovia en el arcón congelador. Tuvo la oportunidad de deshacerse del cuerpo, e incluso tanteó la oportunidad de trasladar en taxi “una maleta grande” hasta Jaén. No llegó a hacerlo, y durante un año y más de cuatro meses convivió con el cadáver de su exnovia. Al que le preguntaba le decía que Daria lo había abandonado por otro, y con el tiempo se acostumbró a estar continuamente pendiente de que el arcón estuviera enchufado. Si por cualquier corte de luz, se descongelaba el contenido del arcón, se descubriría el crimen, razón por la que sobre el congelador Manuel dispuso varios ambientadores y quemadores de incienso.

Se denuncia su desaparición más de un año después

En 2018 la madre adoptiva de Daria acudió a denunciar su desaparición en la comisaría del cuerpo de Policía Nacional de Alcalá de Henares. Pese a los mensajes de despedida de su hija, la madre había intentando ponerse en contacto con ella por todos los medios buscando una pista de su paradero sin conseguirlo. La policía se puso manos a la obra intentando reconstruir los últimos meses de Daria y pronto llegaron al convencimiento de que Manuel estaba relacionado con su desaparición.

El 7 de febrero de 2019 el juzgado de Violencia sobre la Mujer número 1 de Alcalá de Henares permitió el registro de la habitación de Manuel. En su interior hallaron hecha añicos la tarjeta de la seguridad social de Daria, y envuelto en una camiseta roja dentro de un cajón, el cuchillo homicida. Enseguida abrieron el congelador encontrando los restos de la víctima. A Manuel lo encontraron horas después, de madrugada, deambulando cerca de la vivienda, cuando le detuvieron portaba otro cuchillo. Entonces se negó a declarar, ahora tendrá que hacerlo delante de un jurado popular, con todas las pruebas en contra y una pregunta que todos se repiten ¿por qué razón convivió con el cuerpo congelado de su exnovia durante más de un año?

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