29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Nacho, de 25 años, sufre graves secuelas consecuencia de la paliza grupal, ha perdido el 30% de la visión en un ojo y apenas puede abrir la boca

La madre del joven agredido en Nigrán: "Pensaron que lo habían matado y le dejaron tirado en medio de la maleza"

El joven Nacho, en una imagen compartida por su madre en redes sociales.
El joven Nacho, en una imagen compartida por su madre en redes sociales.
Nacho, de 25 años, sufre un año después las secuelas de la brutal agresión que le propinó un grupo de chavales a la salida de un local de copas de Nigrán. El joven perdió el 30% de la visión en un ojo y no puede abrir la boca más de tres centímetros. Su madre, Lupe, relata a elcierredigital.com que las secuelas psicológicas son todavía peores. "Mi hijo lleva un año encerrado en su habitación" lamenta, mientras pide Justicia con los agresores, dos de los cuales han sido identificados.

El próximo lunes, a las 21 horas, la familia de Nacho, de 25 años, se concentrará frente a las puertas del Concello de Nigrán (Pontevedra) para pedir que se haga justicia con los agresores que le propinaron una brutal paliza al joven, por la que tuvo que ser hospitalizo e intervenido de urgencia, y que le ha dejado graves secuelas.

Nacho salía de un evento en el Pazo de Urzáiz el pasado 16 de agosto de 2020 cuando una pandilla de chicos comenzó a asestarle golpes. “Iba solo. Vio que iban cuatro detrás, pero pensó que se iban para casa. Cuando echaron a correr gritándole intentó escapar y se metió en la maleza, ahí fue donde lo engancharon. Le dieron patadas y puñetazos”, explica Lupe, su madre, a elcierredigital.com. "Lo dejaron tirado entre unos matorrales porque lo dieron por muerto y a mí me llamaron a las tantas de la madrugada para decirme que mi hijo se estaba muriendo".

Pese a la brutalidad de la agresión, dos de los presuntos agresores, los únicos detenidos hasta el momento, están acusados de un delito de lesiones. Un tercero está siendo investigado. Sin embargo, creen que fueron más personas las que participaron en el ataque. 

Importantes secuelas 

Desde entonces, Nacho acarrea importantes secuelas, tanto físicas como psicológicas. Perdió el 30% de la visión en un ojo, no puede abrir la boca más de tres centímetros y tiene placas por el lado derecho. Además, su madre cuenta que ahora solo sale de casa si es para acudir a sus citas con los doctores que lo atienden. “Lo peor es que mi hijo lleva un año encerrado en su habitación, durmiendo conmigo y teniendo pesadillas todas las noches, saliendo a la calle solo para ver a sus médicos y psiquiatras".

A la espera de juicio

Nacho, dice su madre, no quiere hablar con nadie sobre la paliza y pedirá declarar en el juicio mediante videollamada o tras un biombo. "La idea de encontrarse con sus agresores lo pone muy nervioso, tiene crisis de ansiedad y psicológicamente está sufriendo mucho". Lupe asegura que lleva un año sin vivir, sin disfrutar tampoco ella porque a su hijo le arrebataron la vida sin necesidad de matarlo. "Tiene 25 años y no puede trabajar ni tiene vida social, cuando mi hijo era un chico muy sociable al que le encantaba estar con amigos", lamenta.

 
 
 
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Lo que quiere esta madre es que nadie más pase por lo que su familia está pasando, que no haya más palizas y que los agresores comprendan que no se puede salir impune de algo así. "Tengo una hija de 13 años que quiero que salga tranquila a la calle, quiero que todas las madres puedan dormir tranquilas sin el miedo a que las despierten de madrugada con una noticia así: no quiero que una broma con un móvil acabe en la muerte de nadie más, que no haya otro Samuel".

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