26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

“Iván murió a causa de un traumatismo craneoencefálico provocado por los golpes y patadas recibidos” concluye el documento firmado por la forense

Nuevo informe de los peritos sobre 'el crimen de Velilla': Aseguran que Iván fue asesinado y no un homicidio imprudente

Exclusiva Iván Vaquero.
Iván Vaquero.
La familia del fallecido en la localidad madrileña de Velilla de San Antonio entrega al juez un informe pericial que demostraría cómo Iván fue víctima de un asesinato a golpes y no de un accidente. “Iván murió a causa de un traumatismo craneoencefálico provocado por los golpes y patadas recibidos” concluye el documento firmado por la forense María del Mar Robledo, al que ha tenido acceso ELcierredigital.com.

Primero fue la autopsia la que definió la muerte de Iván como violenta de tipo homicida. A continuación la Guardia Civil en su atestado, tras cruzar las declaraciones de los testigos con el examen de la autopsia, sostenía que Iván Vaquero murió a causa de los golpes que le dio su presunto asesino y no por golpearse la cabeza contra el suelo tras desvanecerse por los puñetazos recibidos. Ahora un nuevo informe pericial se suma a la acusación contra el presunto asesino con una conclusión similar: “Los golpes recibidos causaron el traumatismo craneoencefálico que a su vez causa el fallecimiento de Iván”.

El informe de 21 páginas firmado por la forense María del Mar Robledo explica en una secuencia de tres hitos cómo a su juicio Iván murió a causa de la paliza. Esos hitos son ordenados: los golpes que recibió Iván, las lesiones que le produjeron y su fallecimiento. La forense, tras examinar el atestado de los investigadores y las declaraciones de los numerosos testigos, remarca que el relato de los presentes concuerda con los golpes que recibió Iván, una serie de puñetazos brutales que le rompieron los huesos de la órbita izquierda y le provocaron hematomas en el parietal derecho, además de una patada en la cabeza con la que supuestamente el homicida remató a la víctima. Esos golpes, según este informe, provocaron el traumatismo craneoencefálico que sufrió Iván y horas después, esas lesiones le provocaron la muerte. El resultado, según la forense Robledo, es que los golpes que le propinó su agresor fueron la única causa de la muerte de Iván.

El informe presentado por la acusación que, en nombre de la familia de Iván ejerce el letrado José Luis Vegas del despacho Vegas Legal, viene a añadir un nuevo elemento para demostrar que la muerte de Iván fue un asesinato y no un homicidio imprudente. El abogado pone el acento en los detalles del atestado policial que relata la agresión brutal de Alberto, detenido y encarcelado por la muerte de Iván. La víctima, atendiendo al relato de los investigadores y los testigos, no tuvo oportunidad de defenderse.

Reconstrucción 

Esa tarde, del 13 de noviembre de 2020, Iván discutía con un grupo de menores por unas pintadas que la víctima había hecho en diversos lugares del municipio de Velilla. En ese momento salió del portal cercano Alberto, de 25 años, junto a su novia, enfadado porque alguien había pintado la fachada de su edificio, y creyendo que era cosa de los menores les abordó preguntándoles en tono amenazante si habían sido ellos. Los chicos lo negaron y señalaron a Iván “ha sido ese”, e Iván respondió afirmativamente pero no pudo terminar la frase. Alberto le acometió a patadas y golpes, le agarró del cuello y le dio una serie de puñetazos brutales hasta que Iván cayó entre dos vehículos. Dos de los testigos declararon que a continuación Alberto le remató a golpes en la cabeza mientras que un tercero le dijo a la Guardia Civil que Iván al caer se golpeó en la cabeza.

Visto el relato se entiende la importancia de determinar como sucedió la agresión. La defensa del acusado podría aferrarse a la hipótesis de que fue el golpe contra el suelo y no la paliza lo que le provocó la muerte a Iván y por tanto sería un homicidio imprudente. Sin embargo, el ataque sorpresivo sin opción a defensa y la tremenda brutalidad de los puñetazos ya es suficiente para acusar a Alberto de asesinato, según algunos letrados consultados por Elcierredigital.com. A esto habría que sumarle lo que cuentan los otros dos testigos sobre que Alberto remató a Iván pisándole la cabeza y dándole puñetazos cuando la víctima ya había caído al suelo. Esto último le daría la oportunidad al juez instructor de calificar los hechos como un asesinato y no como un homicidio imprudente y procesar a Alberto en ese sentido.

La novia del agresor le delata

En cualquier caso, lo que está fuera de toda duda es la autoría de los golpes que recibió Iván. Una decena de testigos menores de edad coinciden en sus relatos en gran medida sobre quién fue el autor de los golpes. Incluso la pareja del presunto asesino, que guardó silencio en las primeras horas del suceso, terminó delatándole ante los investigadores de la Guardia Civil del equipo de Rivas. “Yo le decía que no se metiera con los niños, y luego intenté pararle, cuando se metió con el señor mayor (Iván) le sujeté aunque no pude evitarlo”. La novia incluso intentó convencer a Alberto de que se entregara pero éste la presionó para que le diera una coartada. Empujado por su novia, Alberto llegó a acudir al cuartel de la Guardia Civil horas después del suceso aunque para negar cualquier participación en los hechos. Sin embargo Iván murió en el hospital mientras la Guardia Civil interrogaba a todos los menores testigos de la agresión. Los guardias, cuando tuvieron en su poder todas las piezas del suceso, acudieron a casa de Alberto a detenerle. En su domicilio recogieron ropas que parecían manchas de sangre para someterlas a análisis. También las zapatillas que Alberto llevaba el día de los hechos.

Alberto, con antecedentes policiales por violencia, se negó a declarar ante los guardias. Sí habló días después ante el juez del caso aunque sólo para responder a preguntas de su abogado. Alberto se declaró adicto a la cocaína, además de español, deportista y trabajador. También recordó ante el juez que la misma semana del crimen había tomado droga. El juez le envió a prisión provisional y, desde el pasado mes de noviembre, Alberto está encerrado en Alcalá-Meco acusado de homicidio. Una acusación de momento provisional que atendiendo a los informes periciales y de la Guardia Civil quizá podría agravarse hasta asesinato con el discurrir de la investigación judicial.

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