19 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Elcierredigital.com accede a la declaración de la víctima supuestamente apaleada por los dos agentes de la Policía Nacional en esta localidad jienense

Así comenzó la agresión de Linares: "¿Qué le pasa al mierda éste?", le dijo al Subinspector de Policía su compañero

Exclusiva
El agredido ha sido el primero en declarar ante el Juzgado número 3 de Linares que investiga el caso de la paliza policial. Carlos M.A., sin antecedentes ni ningún problema con la Justicia, pisaba por primera vez un juzgado acompañado de su cuñado. Ambos declararon ante el juez, tras la comparecencia de los policías que terminó en prisión provisional para los dos agentes. Con la nariz fracturada, la órbita del ojo fisurada y luchando por no perder la visión, así se presentó este pasado jueves.

Recién salido del hospital, Carlos M. A. se presentó ante el titular del Juzgado número 3 de Linares que investiga el caso de la paliza policial, para ratificar su denuncia y volvió a rememorar la terrible agresión que sufrió hace una semana a manos de dos policías nacionales en esta localidad jienense.

La secuencia arrancó en la puerta del bar “La Galería” a la hora del cierre. Carlos salía del bar, los dos policías estaban fuera, sentados en una mesa de la terraza. En ese momento el Subinspector de Policía J.L. se levantó para ir al baño y se cruza con Carlos en la puerta del bar, los dos hombres se rozan o se empujan en la puerta. Carlos le explicó al Juez que sólo le rozó y de inmediato le pidió disculpas.

“Vamos 1-0", le contestó el subinspector, y Carlos respondió “a ver si vamos a empatar”. El comentario no gustó al Subinspector que contestó “¿me estás vacilando?”. En ese momento, según el testimonio de Carlos, interviene el policía Manuel F.N. que acompañaba al inspector retando a Carlos con un “¿qué le pasa al mierda éste?”. Los insultos a Carlos continuaron mientras la discusión subía de tono hasta que Carlos respondió “para mierda yo, mierda tú”. Esa frase debió de parecerle intolerable a los policías, porque en ese momento el policía Manuel F.N. arremete, en palabras de Carlos, contra la víctima y se enzarzan a puñetazos revolcándose ambos por el suelo.

¿Hubo atentado a la autoridad? En realidad es difícil que se cumpla ese presupuesto delictivo porque, según Carlos, e incluso según el testimonio de los dos policías que coinciden en este punto con el vecino de Linares, los agentes hasta ese momento no se habían identificado como policías.

Según Carlos, en esa primera escaramuza no hubo provocación alguna por su parte. Él sólo intentaba defenderse del ataque de un desconocido. El revolcón termina con la mediación del subinspector y del cuñado de Carlos, Javier P.. Este último declaró ayer a continuación de Carlos y ratificó que en ese momento el policía de base le dijo “no voy a parar hasta que sangre” refiriéndose a Carlos.

Ambos grupos se separan y mantienen unos metros de distancia en la misma acera del bar. De un lado los dos policías, del otro Carlos y su cuñado. Es el momento en el que llega la hija de Carlos. Su padre le ha contado al Juez que quería abandonar el lugar. “Me parte el alma que mi hija tuviera que ver aquello”, ha relatado Carlos en varias ocasiones. Se refiere a los siguientes minutos que quedaron capturados para siempre en los teléfonos móviles de los testigos y circularon de forma viral por las redes.

Sólo cuando la víctima estaba seminconsciente en el suelo el policía sacó la placa y le dio con ella en la cara. En esos instantes, Carlos habla de denunciar en comisaría a los desconocidos, cuando ve cómo el policía de menor envergadura se lanza a por él de nuevo, le agarra por el cuello y consigue derribarlo entre una lluvia de puñetazos y patadas.

Su hija grita desesperada e intenta librar a su padre de los golpes. “No les conocía, no sabía que eran policías” insistió Carlos ante el juez. Todavía. Carlos estaba seminconsciente en el suelo, agarrado y golpeado por el policía cuando el Subinspector se acerca y le da un botellazo que le deja KO. Así lo han contado lois testigos ante el juez.

Fotografía de  los dos agentes detenidos. 

“Estaba a punto de perder la consciencia, cuando el policía de más edad (el Subinspector) me dio varios puñetazos en la cabeza, se agachó junto a mi cara, sacó la placa y me dio con ella en la cara diciéndome “¡no sabes con quién te has metido!”. Según la víctima fue la primera vez en la que los policías se identificaron.

Su cuñado le secunda en su declaración judicial, no sabían que eran policías. Los propios agentes aseguran que no se identificaron, aunque en Linares todos sabían que eran policías. La hija de Carlos, de 14 años, golpea a los policías en la espalda para que dejen de patear a su padre mientras está semidesvanecido en el suelo y el Subinspector responde derribándola de un puñetazo directo en la cara.

El resto del relato de Carlos se pierde en la seminconsciencia tras recibir varias patadas en la cabeza por parte de uno de los agentes mientras el otro le tenía retenido en el suelo. Su cuñado relató lo mismo ante el juez antes de regresar a casa con Carlos. Los próximos en declarar serán los numerosos testigos que presenciaron los hechos.

Precisamente por esas patadas en cuestión le preguntó la Fiscal del caso a los policías durante el interrogatorio previo antes de enviarles a prisión provisional acusados de lesiones graves con uso de medios peligrosos y ensañamiento, penados con más de cinco años de cárcel. “El ensañamiento es por la tremenda contundencia, la brutalidad con la actuaron”, puntualiza Manuel García, el abogado de Carlos a ElCierreDigital.com.

La acusación del Juez 

De momento el Juez acusa a los dos policías de las lesiones graves y del ensañamiento, pero el abogado de Carlos pide que además se les investigue por detención ilegal y torturas. Algo que el Juez no descarta en su auto, y anticipa que podría ocurrir una vez escuchados los testigos en la próxima semana de febrero.

Sangre en el lugar de los hechos. 

Manuel García Fernández, abogado penalista de Linares, ve muy factible que los testigos respalden su acusación. “Detención ilegal no es sólo que la policía te detenga y te lleve a comisaría sin argumentos o motivaciones falsas, detención ilegal también es prohibir o impedir la libre circulación de otra persona, en los vídeos se ve claramente cómo, sin que medie provocación ni delito, primero le atacan, él se defiende y terminan inmovilizándole en el suelo dándole una paliza terrible e impidiendo que pueda escapar o simplemente regresar a su casa”.

“Si se hubieran identificado como policías desde el primer momento, todavía sería más claro el delito de detención ilegal, pero es cierto que sólo se identificaron como agentes en los últimos minutos de la paliza, los hechos son los que son, pero eso no quita el delito de detención ilegal”, puntualiza Marcos García.

Los policías intentaron requisar los teléfonos de los testigos 

Respecto al auto del Juez que envía a los agentes a prisión provisional, una medida calificada por los sindicatos policiales como excesiva, el letrado la ve conforme a derecho. “Los requisitos para la prisión provisional son el riesgo a sustraerse de una pena elevada si esta es de más de dos años y, en este caso, le están acusando de delitos que podrían sumar cinco años de pena. También existe la posibilidad de reincidencia o de que atentaran contra los bienes jurídicos de la víctima, el policía le ataca dos veces, manifiesta según los testigos “que no va a parar hasta que sangre”, ha pegado a su hija de 14 años un golpe brutal... a mi criterio hay indicios de sobra para temer que vuelvan a atentar contra la víctima”.

Tampoco tienen arraigo, ya que viven solos, no están casados y les acaban de abrir un expediente disciplinario, insiste el abogado, “ese es otro de los requisitos de la Ley para enviar a alguien a prisión provisional”. Otro de los requisitos para decretar prisión provisional es el riesgo de destrucción de pruebas, el letrado aclara “en su condición de policías podrían tener acceso al atestado, a las direcciones de los testigos.

No hay que olvidar que esos mismos testigos cuentan que durante los hechos los policías les exigen que les entreguen sus móviles para hacerse con las grabaciones, incluso uno de los policías le dice a un testigo “me he quedado con tu cara”. Todo esto lo impiden, hay que decirlo, los policías que detuvieron a los agentes agresores, con buen criterio” añade el letrado.

Imagen de la agresión. 

Y es cierto que la neutralidad policial, exquisita hasta el momento, queda fuera de toda duda, especialmente cuando la propia policía decide que la investigación la lleve la Comisaría Provincial de Jaén en vez de la comisaría de Linares donde trabajan los presuntos agresores para evitar malentendidos.

La inclusión de un delito de torturas, el letrado de Carlos lo incluye en la acusación, llama la atención desde un principio, pero el letrado aclara que “no se trata de torturas como si fuera una película, además de esa definición, la Ley también se refiere al delito de tortura como al acto de hacer daño a propósito, humillando a la víctima, está conectado con el daño moral a la víctima... algo que en ese caso sucede ya que mientras le golpean con saña, mientras Carlos está inmóvil, le siguen insultando y además lo hacen delante de todos, especialmente ante los ojos de su hija menor de edad”. “Eso todavía le duele más a Carlos que los moratones y el ojo destrozado, aunque esperamos que finalmente no pierda la visión de ese ojo con la ayuda de los médicos que le tratan”, finaliza Manuel García.

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