El excomisario encarcelado podrá seguir manteniendo los vis a vis
Prohiben al ex comisario Villarejo hablar con su mujer, Gema Alcalá, durante dos meses
La causa de esa suspensión se debe al mal uso que el excomisario hizo de esas llamadas cuando aprovechó una de ellas para grabar un audio y difundirlo a los medios de comunicación.
Aquel audio, de cuatro minutos y medio de duración, fue grabado por Gema Alcalá, a quien se escucha descolgar el teléfono el 23 de diciembre a las 10.25 horas. Villarejo habría llamado al fijo de su domicilio desde la cárcel de Estremera y ella habría grabado su declaración sin interrupciones.
En la grabación, con el pretexto de defender su derecho al honor, Villarejo acusaba al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, de ser un "trilero" que controlaba su causa "para el PSOE", al CNI de "tolerar" las filtraciones y a Anticorrupción, de "abrazarse" en su contra con Podemos. El audio se difundió el pasado 26 de diciembre.
Para entonces, el excomisario ya tenía intervenidas las comunicaciones por orden de Instituciones Penitenciarias, desde el 18 de diciembre y durante seis meses, ante el riesgo de que hiciera un uso fraudulento de las mismas y filtrase informaciones que pusieran en riesgo la seguridad del Estado.
Fachada del centro penitenciario de Estremera.
La mujer de Villarejo sí puede ir a la cárcel para mantener vis a vis con su marido. No obstante, en este tipo de comunicaciones tendrá que aceptar el cacheo y la monitorización constante.
La intervención de las comunicaciones no ha impedido que Villarejo, que lleva en la cárcel desde noviembre de 2017 y al que repetidamente se le ha denegado la puesta en libertad, siga lanzando mensajes al exterior.
El último fue este 9 de enero, cuando hizo llegar a los medios de comunicación una "carta abierta" dirigida al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez amenazando con "decir la verdad" sobre maniobras del CNI contra jueces de la Audiencia Nacional y contra los intereses del Estado, además de las últimas filtraciones sobre el supuesto espionaje a políticos, jueces, periodistas, empresarios y banqueros que le habría encargado el BBVA y su ya expresidente, Francisco González.
