19 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Con 17 y 18 años dieron muerte a 13 personas e hirieron de gravedad a 25 en el instituto en el que estudiaban

Eric y Dylan, los asesinos de la Matanza de Columbine: los psicópatas que mataron el 'sueño americano adolescente'

Eric y Dylan.
Eric y Dylan.
Hay una extraña frontera que separa a un asesino de una mente sana. Esa frontera es tan diáfana que son apenas imperceptibles las diferencias hasta que ya es demasiado tarde. Los protagonistas de estos relatos de instintos criminales traspasaron esa barrera de manera brutal. Posiblemente, en su mente ya lo habían hecho antes de ejecutarlo. Un día su brutalidad llegó a tanto que pasaron a esa parte oscura de la Historia. Es el caso de Champan, el hombre que apagó la luz de Lennon.

20 de abril de 1999. Todo indica que iba a ser una jornada anodina en el instituto Columbine en el Condado de Jefferson, Estado de Colorado. A las 11:10 h de la mañana unas 500 personas están en el comedor. Nadie repara en dos bolsas de deporte que alguien parece haber dejado olvidadas. No todos los alumnos están en el comedor, algunos se encuentran en la biblioteca, otros en aula de ciencias realizando un examen y algunos se encuentran alrededor del instituto.

Nueve minutos después, Richard y Rachel están en la entrada oeste. Han decidido ‘fumarse’ las clases. Mientras charlan distraídos una bomba de tubo cae a su lado. Afortunadamente no estalla. Cuando levantan la vista ven a dos jóvenes vestidos con gabardinas hasta el suelo. En ellas ocultan un rifle y una escopeta recortada. Están apenas a 20 metros de Richard y Rachel, que los reconocen. Son compañeros del instituto: Eric Harris y Dylan Klebold. Sin darles tiempo a reaccionar los jóvenes disparan a la pareja. Rachel recibe cuatro disparos y muere. Richard ocho y milagrosamente sobrevivirá, aunque se pasará casi tres horas perdiendo sangre. En ese momento por la puerta salen tres compañeros y Eric y Dylan disparan contra ellos. Uno muere en el momento, los otros dos huyen, aunque resultar heridos. Acaba de empezar una de las matanzas más recordadas de los últimos años.

Dentro del instituto intuyen lo que está pasando y se desata el pánico. A las 11:23 horas una alumna llama a los Servicios de Emergencia. Esa grabación en tono desesperado en la que se oye un disparo de fondo se convertiría en uno de los testimonios más desgarrados de la matanza. En unos pocos minutos, casi mil policías rodearon el instituto.

Mientras esto sucede, la profesora Patty Nielsen se encierra en la biblioteca. Allí hay 56 personas. Eric y Dylan siembran el pánico durante cuatro minutos en el pasillo distribuidor del instituto y a las 11:29 entran en la biblioteca y comienzan a disparar indiscriminadamente. Quince minutos más tarde entran en el comedor y disparan a las bolsas de deporte que estaban aparentemente olvidadas. Provocan unas pequeñas explosiones que a su vez hacen que se disparen los aspersores anti-incendios que hacen a la gente salir corriendo y los dos jóvenes disparan indiscriminadamente. En esos momentos 30 alumnos consiguen escapar por la salida de emergencia. Éstos cuentan a los medios y los policías el terror que se está viviendo dentro del edificio.

La unidad SWAT (Armas y Tácticas Espaciales) deciden entrar en el edificio. Lo hacen por la puerta oeste a las 12:02 h. Otra unidad entra por la puerta este cuatro minutos más tarde. Mientras recorren el instituto se produce una de las imágenes más recordadas de Columbine: el alumno herido Patrick Ireland se lanza desde la ventana de la biblioteca en el segundo piso preso de un ataque de pánico. Afortunadamente, es recogido por varios policías antes de llegar al suelo.

A las 13:09 la Policía ayudo desde una ventana del primer piso a salir a varios alumnos. A las 14:50 los SWAT encuentra a los responsables del horror en el sótano del instituto. Eric y Dylan se han suicidado. El balance de la jornada es estremecedor: 15 muertos y 25 heridos graves.

Los medios de comunicación han transmitido todo en directo y todo el país se estremece con los acontecimientos. Incluso el Vicepresidente Al Gore se ha dirigido a la nación. Esa misma noche la policía registra las casas de los adolescentes y encuentran sus diarios, grabaciones caseras y se empieza a hablar de la posible responsabilidad de los padres. ¿Cómo era posible que unos chicos de 17 y 18 años hayan perpetrado una masacre?

El debate sobre las armas

Los sucesos de Columbine permitieron reabrir el debate sobre las armas en Estados Unidos. El país se escandalizó con la facilidad con la que los jóvenes consiguieron armas para perpetrar su matanza. La investigación descubrió que ambos visitaron una feria de armas cinco meses antes pero no pudieron comprarlas. Recurrieron entonces a Firt Durán, compañero de la pizzería en la que trabajaban los fines de semana. Éste resultaría condenado por permitir el acceso de menores a armas en mayo de 2000 a dos años de cárcel. No sería el único inculpado del ‘Caso Columbine’ también lo sería otro adulto por enseñar a los jóvenes a fabricar bombas de tubo.

La administración Clinton utilizó la masacre como bandera para reabrir política y mediáticamente el debate sobre la facilidad del acceso a las armas en los Estados Unidos. Varios educadores también protestaron por la facilidad con la que se introducían armas de fuego en los institutos americanos. La Primera Dama, Hillary Clinton, utilizó la lucha a favor de las restricciones para conseguir armas el leit motiv de sus últimos años en la Casa Blanca. La masacre ha quedado tan vinculada al mundo de las armas que el alegato más exitoso contra ellas de las últimas décadas, el documental Bowling for Columbine de Michael Moore. Sin embargo, las iniciativas legales al respecto no prosperaron al considerarse anticonstitucionales.

La respuesta por parte de la Administración fue invertir desde entonces casi 3 billones de dólares en la seguridad en los centros de estudios secundarios en Estados Unidos. Sin embargo, las cifras hablar por si solas: sólo en los siguientes cinco años 100 alumnos murieron en el país víctimas de tiroteos en un instituto.

‘Las cintas del sótano’: los motivos de la masacre.

Si hay algo que sigue rodeando la masacre es el misterio sobre el móvil de los crímenes. Durante años se tuvo la idea de que Eric y Dylan eran unos jóvenes marginados y que habían sufrido bullyng. Sin embargo, las investigaciones sobre la vida de los jóvenes concluyeron que eran bastante populares entres sus compañeros y que incluso participaron en un grupo llamado ‘El Club de la Gabardina’. Se intentó vincularlos con esto, pero no se pudo demostrar.

En los vídeos caseros que la Policía encontró en sus casas se les veía practicar con las armas y fabricar bombas. Los alumnos disfrutaban de las clases de audiovisuales e incluso rodaron un corto para la asignatura basado en un relato de Eric. En él, los jóvenes interpretaban a dos matones a sueldo que pretendían cometer una matanza. El relato de Eric hizo saltar las alarmas en la cabeza de su profesora de literatura que llamó a sus padres.

Una de las tesis que se han manejado es el de una matanza provocada por las ideas extremistas de los jóvenes. En los diarios de Eric se encontraron referencias al racismo y a opiniones extremas relacionadas con las teorías de la evolución de Darwin en su versión supremacista (las teorías eugenésicas). Uno de los supervivientes de la matanza aseguró que Dylan profirió insultos racistas hacia un joven negro antes de matarle.

Eric y Dylan habían cometido un año antes el robo de una furgoneta, pero nada parecía indicar que la cosa fuese a ir a mayores. Sin embargo, en 2004 se supo que una familia vecina de la de Eric, los Brown denunciaron que éste había creado una página web dedicaba a amenazar a su hijo entre comentarios supremacistas y amenazas con matar a todo el mundo. La Policía del Condado inició una investigación, pero se quedó en nada, aunque uno de los policías advertía del peligro que suponía Eric.

Los únicos que sabían la verdad de sus motivaciones eran los propios Eric y Dylan. De hecho, antes de suicidarse grabaron unas cintas, conocidas popularmente como ‘Las cintas del sótano’ donde explican el porqué de sus acciones. A pesar de las peticiones de periodistas y psicólogos para que las cintas se hagan públicas la Policía alega que esto provocaría un efecto llamada y surgirían imitadores. Algo que, desde luego, no ha servido de mucho ya que desde hace dos décadas Eric y Dylan son considerados auténticos iconos de la maldad.

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