25 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Antonio y Emilio Izquierdo acabaron con la vida de nueve personas e hirieron a otras seis el 26 de agosto de 1990 en esta la localidad de Badajoz

Puerto Hurraco sangriento: 29 años de la matanza digna de la España Profunda entre dos familias que se odiaban

Antonio Izquierdo, detenido por la Guardia Civil tras la matanza de Puerto Hurraco.
Antonio Izquierdo, detenido por la Guardia Civil tras la matanza de Puerto Hurraco.
El 26 de agosto de 1990, mientras el país se preparaba para el fin del veraneo, un crimen escandalizó a todo el país. Nueve muertos y seis heridos fueron el saldo de una matanza que rezumaba olor a la España más negra.

Habían pasado 15 años de la muerte de Franco y el país acaba de dejar atrás los años de la Movida Madrileña y arrancaba un período de crecimiento económico. Un país que, aparentemente, había mutado hasta hacerse homologable a sus vecinos europeos. Sin embargo, la Matanza de Puerto Hurraco traía las reminiscencias de nuestra etapa más oscura.

A las 22:30 de la noche Emilio y Antonio Izquierdo llegaron desde Monterubio de la Serena (Badajoz) a Puerto Hurraco, a 10 kilómetros. La familia Cabanillas celebraba una fiesta. En la calle jugaban las niñas Encarnita y Antonia, de 12 y 14 años. Fueron las primeras víctimas mortales. Todo el pueblo se llenó de tensión y olor a muerte.  Unos vecinos llamaron a la Guardia Civil que se trasladaron hasta la localidad. Dos fueron abatidos por los hermanos Izquierdo que luego se dieron a la fuga.

Durante nueve horas los agentes de la Benemérita hicieron una batida por el monte para encontrar a los asesinos. Los hallaron a primera hora de la mañana descansando debajo de un árbol después de haber acabado con la vida de nueve personas. No mostraron arrepentimiento. Llegaron a afirmar que estaban esperando a bajar al pueblo el día del cementerio para matar más gente.

El origen de los sucesos de Puerto Hurraco se remontan a los años cincuenta. Dos familias, los Izquierdo, conocidos como ‘los patas pelás’ y los Cabanillas, conocidos como ‘los amadeos’, se enfrentaron por las lindes de unas tierras. El origen de muchos de los crímenes de la España profunda.

El odio entre familias se fue heredando entre generaciones y tuvo picos de violencia importantes. En enero de 1967 Jerónimo Izquierdo mató de una puñalada a Amadeo Cabanillas.

La venganza de éstos tardó en llegar. En 1984 la casa de los Izquierdo ardió con su madre dentro que falleció dentro de la vivienda. Nunca se pudo demostrar la implicación de los Cabanillas y los Izquierdo juraron venganza contra todo el pueblo de Puerto Hurraco porque creían que los estaban encubriendo, como una Fuenteovejuna moderna.

Las famosas hermanas Izquierdo, Luciana y ´Ángela. 

Tras la muerte entre llamas de la matriarca de los Izquierdo les tocaba devolver la estocada. Fue ese fatídico agosto de 1990. Las féminas de la familia, Luciana y Ángela, prepararon las armas de sus hermanos que se despidieron diciendo: “Vamos a cazar tórtolas”.

Tras el crimen, las hermanas Izquierdo, permanentemente vestidas de negro y hablando entre dientes, como salidas de una pintura de Gutiérrez Solana, huyeron a Madrid para evitar el linchamiento popular.

El juicio se celebró en enero de 1994 y aunque la defensa intentó demostrar que los hermanos Izquierdo actuaron bajo enajenamiento, pero ellos no mostraron arrepentimiento. “Ya puedo descansar porque madre está vengada” llegó a declarar Emilio. Lo hermanos fueron condenado a 350 años de prisión cada uno.

Por su parte, las famosas hermanas Izquierdo fueron condenadas como inductoras y  recluidas en el Psiquiátrico de Mérida. Fueron separadas por la ascendencia negativa que tenía Luciana sobre Ángela. La primera falleció en 2005. Diez meses después lo hizo Ángela.

En cuento a los hermanos, Emilio falleció el 13 de diciembre de 2006 a los 72 años. En 2010 Antonio apareció muerto en su celda de la cárcel de Badajoz. Se había ahorcado. Un día después tendría que haber salido a la calle por la aplicación de la Doctrina Parot.

Ninguno de los hermanos Izquierdo tuvo hijos con lo que su estirpe se ha perdido, aunque no el recuerdo del terrible crimen que cometieron.

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