Una de cada cinco mujeres con discapacidad sufre violencia física o sexual en España

La Policía Local de la localidad de Torrent (Comunidad Valenciana) detuvo a un hombre de 30 años por presuntamente agredir sexualmente a una niña de dos años con parálisis cerebral, según informaron fuentes de la Jefatura Superior de Policía. El detenido, un fisioterapeuta que ayudaba con la rehabilitación a la pequeña, se encuentra en prisión sin fianza.

Este suceso pone de manifiesto las agresiones sexuales a niñas que padecen alguna minusvalía y que, debido a su condición, no pueden defenderse, pedir ayuda o hacer frente a un abuso de esta magnitud. Estas mujeres sufren la denominada doble discriminación: como mujeres y como personas con discapacidad.

Según un estudio de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, en 2019 el 20,7% de las mujeres con discapacidad sufrió violencia física o sexual por parte de alguna pareja. Datos que superan en un 7% a las cifras de mujeres sin discapacidad. La cifra de violaciones por parte de personas diferentes a sus parejas también aumenta en el caso de las discapacitadas: un 4,7% frente al 2,1% de aquellas que no lo son.

Violaciones a mujeres discapacitadas

Uno de los casos más graves que ha ocurrido recientemente fue la violación en grupo por parte de cinco hombres de origen marroquí grupal a una joven de 23 años con discapacidad psíquica del 67%, en Navarra. Los agresores abusaron de ella siendo conscientes de la incapacidad de la víctima. Solo tres de los cinco implicados han sido procesados, y deberán indemnizar con 100.000 euros a la víctima, a la que no podrán acercarse ni comunicarse con ella durante 15 años los dos primeros y durante 13 el tercero.

También recientemente, en Valencia, concretamente entre las localidades de Mislata y Xirivella, una mujer con discapacidad y, además, falta de recursos, sufrió una violación grupal en un descampado. La mujer, que denunció la agresión, confirmó que alguno de los miembros del grupo ya la habría violado con anterioridad.

El fisioterapeuta que violó a una niña de dos años, el caso más reciente

Este mes de mayo se detuvo a un fisioterapeuta por haber violado a una niña de dos años. Fue descubierto por los padres de la paciente al oír llorar a la niña, cuando este estaba cometiendo los abusos. Los progenitores se vieron obligados a romper la puerta de la habitación en la que estaba con la pequeña y que el agresor había cerrado con llave, para auxiliarla.

Cuando accedieron, la bebé de dos años estaba desnuda, el presunto agresor se encontraba sin ropa de cintura para abajo y le sorprendieron arrojando un preservativo por la ventana. El padre, de origen moldavo, agredió al fisioterapeuta y lo retuvo para que no huyera.

Policía Nacional.

Los agentes de policía encontraron un preservativo con restos de sangre en la consulta. La menor fue trasladada al hospital para ser inspeccionada bajo los protocolos sanitarios establecidos ante abusos sexuales y ha sido sometida a una exploración forense para determinar el alcance de la agresión.

El departamento UFAM (Unidad de Atención a la Familia y a la Mujer) de la Policía Nacional ha abierto una investigación para rastrear si hay más víctimas del presunto agresor.

Por otro lado, el titular del Juzgado de Instrucción 2 de Torrent, en acto de guardia en funciones, decretó la prisión provisional sin fianza de Miguel S.G, el  fisioterapeuta detenido por presuntamente violar a la menor con parálisis cerebral.

“Una terapia novedosa”

El detenido Miguel S.G, fisioterapeuta de nacionalidad española, tiene 30 años y experiencia con menores con diversidad funcional. Era un profesional respetado en el sector, que trabajaba en terapias como la gestión de las emociones antes del parto, por su vertiente social y humanitaria.

Llevaba desde 2017 trabajando en Casa de la Dona, en Valencia, fundación que ofrece servicios para menores con problemas de desarrollo o para mujeres que hayan sido víctimas de abusos.

En 2018 fundó una asociación para promover el deporte y hacerlo llegar a menores con discapacidad. Al trabajar en un entorno con este tipo de menores, la policía teme que el suceso no sea un caso aislado. Él se define como experto en “terapia manual, ejercicios funcionales y punción seca”.

El agresor compareció ante el juez pero se negó a declarar. En un primer momento, explicó que estaba realizando una nueva terapia consistente en la "estimulación anal con lubricación". También argumentó que era la primera vez que la practicaba. El caso ha causado gran consternación entre los compañeros del centro, a los que les cuesta creerse lo sucedido.