Peligros de los retoques estéticos: Quemaduras de Adara Molinero y muerte de S. Idalia
Se sometió someterse a un tratamiento láser para las manchas que tenía en las piernas tras su paso por ‘Supervivientes'.
En los últimos días, Adara Molinero ha publicado la dolorosa experiencia que ha vivido. La ganadora de GH VIP 7 acudió a una clínica dermatológica para someterse a un tratamiento láser que eliminara las manchas que tenía en las piernas tras su paso por ‘Supervivientes’. Sin embargo, Adara alega que salió de la clínica con quemaduras de segundo grado por las que tuvo que acudir a urgencias al hospital.
Como narra la influencer, todo podría deberse a una supuesta negligencia por parte del centro. “No había subido nada todavía porque he estado en shock”, comenzaba narrando Adara. “Ayer fui a que me quitaran las manchas de la piel de ‘Supervivientes’. Me hicieron tres tipos de láser sabiendo que mi piel es delicada. Como él es dermatólogo, pensé que era normal lo que me estaba haciendo”, explica.
Sin embargo, continua contando que pronto la piel comenzó a arderle como si le hubieran “puesto la plancha encima”. Además, indica que los profesionales de la clínica no tomaron del todo en serio sus consideraciones: “Me trataron en todo momento como si fuera una exagerada y me ponían aire frío, cosa que me daba más dolor todavía”.
La creadora de contenido acabó acudiendo a urgencias debido al gran dolor que sentía y explica que allí le aplicaron gasas con crema, le pusieron una vía y le administraron medicación. Con ello, indica que según el informe médico, el láser le habría provocado “quemaduras de segundo grado” en la piel.
“No sabéis la noche que he pasado. Estoy a base de Enantyum. Me han tenido que vendar todas las piernas y tengo que volver dos días más al hospital para que me sigan haciendo las curas”, explica Adara. Además, sin entender “cómo es posible que un dermatólogo te haga esto”.
La joven ha mencionado en todas sus publicaciones al doctor que le aplicó el tratamiento, sin embargo, también indicó hace varios días que no se han disculpado: “jamás recibí ni unas disculpas”. Concluía su primer comunicado así: “Me han destrozado la piel. Me dicen que se me va a quedar llena de marcas. Os juro que no puedo creerlo. No sabéis lo que he llorado”.
Poco después, Adara Molinero compartía un mensaje recibido por parte de sus seguidores en le enviaban su apoyo y le sugerían emprender acciones legales contra la clínica que le aplicó el tratamiento de láser. A esto la influencer respondía “estoy en ello”.
El caso de Adara no es el único conocido. Toda persona que se somete a una operación o tratamiento estético es consciente de que puede conllevar algunos riesgos. Sin embargo, en ciertas ocasiones los posibles se convierten en realidad llegando a situaciones dolorosos como la de Adara Molinero o acabando incluso con trágicos finales.
El caso de Silvia Idalia
En mayo de 2022, la clínica CEME (Centro Europeo Médico Estético) fue demandada por la muerte de Silvia Idalia, una joven de 34 años, que se quedaba en coma después de someterse a una triple cirugía estética en esta clínica de Madrid. La intervención consistió en una reducción de pecho, una liposucción y un aumento de nalgas.
La operación tuvo lugar el 29 de abril. Siete días después ingresó en el hospital La Paz casi al borde de la muerte y, tres meses después, fallecía por una infección devastadora. En La Paz tuvieron que inducirle el coma y en junio vivió una mejoría que le permitió recuperar la consciencia, pero finalmente una nueva infección volvió a atacar su cuerpo y falleció al sufrir un shock séptico debido a una fascitis necrosante tipo I.
Tras el ingreso de la joven en el hospital, su familia decidió denunciar por presunta negligencia médica a la clínica. Según la pareja de la joven, "a Silvia no se la atendió como correspondía. Hubo incluso un fallo en los goteros la primera noche de ingreso". Además, en las consultas posteriores a la operación, se puso en duda "la falta de profesionalidad de la clínica al retrasar la derivación de la joven a un hospital".
Finalmente, el juez a cargo del caso de Silvia Idalia archivó la causa al considerar que los médicos no cometieron ninguna imprudencia y que la joven falleció por una complicación no derivada de la operación. Además, el magistrado también denegó la petición de los abogados de la familia para que se unieran a este proceso las denuncias de otras 19 personas supuestamente afectadas por negligencias en CEME.
En marzo del pasado año, la Audiencia Provincial de Madrid ordenó reabrir la investigación, ya que según achacan allegados y familiares de la chica su muerte se podría deber “a una posible negligencia” de la Clínica CEME de Madrid. De este modo se podría realizar un nuevo estudio, consultando previamente a un médico, señalando que el archivo del caso fue “prematuro” y aclarando si hubo relación de causa y efecto entre la operación y el fallecimiento.
El caso de Sara Gómez
El 2 de diciembre de 2021, Sara Gómez se sometía a un tratamiento estético conocido como lipoescultura. Sin embargo, a sus 39 años, falleció 1 de enero en el Hospital General Santa Lucía, donde se encontraba ingresada tras pasar varias semanas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) por las secuelas de la intervención.
Sara Gómez, que trabajaba como agente inmobiliaria y era madre de dos hijos, contactó con el médico que la intervino a través de redes sociales, como indicó por aquel entonces su familia. Este alquiló un quirófano en una clínica de Cartagena, llamada el Centro Médico Virgen de la Caridad.
Poco después de la operación, tuvo que ser trasladad de urgencia al Hospital Santa Lucía, ingresando allí “sin pulso y sin tensión”, explicó su padre. Sara tenía numerosos daños en varios órganos como los riñones, el hígado, el colon, el intestino y el duodeno, entre otros. La familia relató que sufrió 27 perforaciones con la cánula que se utilizó para la extracción de la grasa abdominal.
En un primer momento, se presentó ante la Fiscalía una denuncia por lesiones, y tras la muerte de Sara, otra en el juzgado por homicidio imprudente contra el doctor que la operó y, más tarde, su anestesista. En una reciente conversación de sus hermanos con ‘Y ahora Sonsoles’, explicaron que “pasan cinco horas desde que está grave hasta que se llama al 112, y esto da respuesta”.
A inicios del mes de febrero, Nora Gómez, hermana de Sara, habló en directo en ‘Vamos a ver’ sobre el juicio. Como indicó, el cirujano a realizado una petición, que se investigue el teléfono de la víctima para supuestamente aclarar el conocimiento que la víctima tenía de los riesgos de la operación.
“Si algún teléfono se debe aportar al juzgado es el del cirujano y de todos aquellos que estuvieron en el quirófano en el momento de la operación, basta ya, es indignante, en que cabeza entra que esta persona esté con el teléfono de mi hermana viendo las conversaciones que ha tenido conmigo, con su pareja…ya por intimidad”, expresaba su hermana.
Además, añadía que el acusado pretende provocar: “Lo quiere desenfocar, son provocaciones. Aquí hay que ver el motivo por el que le acribilló tantos órganos, por qué la dejo morir durante tanto tiempo... Ella supo que se iba a morir, lo escuchó. Que deje de desenfocar y que responda a las preguntas, no pongas obstáculos, asume las consecuencias y paga por ello”.
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