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Dos mujeres mayores en un evento formal, una de ellas sentada y mirando a la otra que está de pie.
SALUD

Irene de Grecia, la 'sombra perenne' de la Reina Sofía: La hermana de la Emérita

La confidente de la reina Emérita Sofía, Irene de Grecia, estaría sufriendo pérdidas de memoria.

La reina Emérita Sofía se enfrenta a un nuevo bache. Y es que, como ha informado la revista Lecturas, a la que es la mayor confidente de la Emérita, su hermana Irene de Grecia, "se le están borrando los recuerdos".

Según informa el medio ya mencionado, Irene de Grecia no solo estaría olvidando momentos de su pasado, sino que también tendría dificultad para reconocer los nombres o las caras de sus seres queridos. Fue la propia Sofía de Grecia la que se dio cuenta de que algo iba mal con la memoria de su hermana, lo que le ocasiona gran preocupación.

A pesar de todo, la reina Emérita sigue volcada en hacer la vida de su hermana lo más llevadera posible, así como la del resto de miembros de la familia real. Sofía e Irene de Grecia viven juntas en Zarzuela y, como antaño, siguen siendo el mayor apoyo la una de la otra a pesar de las dificultades.

Irene de Grecia, en España desde los 80

Junto a la Reina Sofía siempre ha estado la Princesa Irene de Grecia. Una mujer discreta y poco conocida que hace unos años estuvo en el ojo del huracán de Anticorrupción por las supuestas tarjetas black de la Reina Emérita de España.

Se dice habitualmente que la Reina Sofía no tiene amigos y lo cierto es que su círculo más íntimo de verdad está compuesto únicamente por su prima Tatiana Radziwill y su hermana Irene. Con ésta última se dejaba ver en Mallorca en 2020 y en algún evento posterior como la entrega de premios BMW en el Teatro Real de Madrid. La princesa griega exiliada es una de las personas más discretas del entorno de Zarzuela y vive en España prácticamente desde los años 80, aunque apenas se deja ver en nada que sea oficial.

Dos mujeres mayores caminando al aire libre en un entorno natural con árboles y flores.
Sofía e Irene de Grecia. | El Cierre Digital

Irene de Grecia y Dinamarca  nació en Sudáfrica el 11 de mayo de 1942, cuando sus padres los Reyes de Grecia Pablo y Federica estaban ya en el exilio debido a la II Guerra Mundial. Su anfitrión en Sudáfrica fue el general Jan Christian Smuts, primer ministro del Dominio británico. Era la segunda vez que la familia real helena era enviada fuera del país y no sería la última. Era la tercera hija de los monarcas, cuatro años menor que Sofía, y dos menos que Constantino, el llamado a ser Rey. Tal vez por eso fue siempre la más discreta de la familia y la que menos llamaba la atención de la prensa.

Durante su primera juventud fue la arqueología su vocación. Una pasión que también compartía con su hermana Sofía y juntas llegaron a publicar un libro al respecto, a finales de los años cincuenta. También compartían el amor por la música. Sin embargo, Irene sí intentó dedicarse profesionalmente. De hecho tuvo como profesora de piano a la gran Gina Bachauer, que la convenció para dar una serie de conciertos. La crítica especializada aseguraba que tenía facultades, pero su madre la Reina Federica  la convenció para que no siguiera ya que no lo consideraba adecuado para una princesa en ejercicio. Un error de cálculo a tenor de lo que la Historia les tenía preparados.

El exilio de Irene en India

En 1967 hubo un golpe de Estado militar en Grecia. El Rey Constantino, que había accedido al trono tres años antes, en un principio convivió con ellos. Seis meses después intentó un contragolpe, pero salió mal y los militares le enviaron a la embajada helena en Roma. Seguía siendo el Rey, pero de facto no tenía ningún poder. El 1973 fue depuesto.

Un año después, tras la caída del régimen militar, se organizó un referéndum democrático para decidir la forma de Estado. La campaña republicana fue un éxito. No usaron para pedir la república la imagen del Rey sino la de su madre, la Reina Federica. “Si votáis que sí, vuelve”, rezaban los carteles republicanos sabedores del mal recuerdo que había dejado la Reina en su país. Ésta junto a su hija Irene se fueron al exilio en Madrás (India).

Constantino fue rechazado por el país de origen de su mujer, Ana María de Dinamarca. Vivieron juntos en Londres hasta la muerte de Constantino en enero de este año. Irene, tras la muerte de su madre en 1981, vive en España. En 1993, Irene recibió 900.000 euros por parte del gobierno griego como parte de la demanda de Constantino ante la Corte Europea de Derechos Humanos por la incautación ilegal de sus propiedades en Grecia.

Dos mujeres jóvenes sonrientes con peinados de la década de 1960, usando collares de perlas y vestidos elegantes.
Irene y Sofía de Grecia durante su juventud. | El Cierre Digital

Desde entonces su vida ha sido discreta y evita la publicidad todo lo posible. La ‘tía Pecu’, como la llamaban sus sobrinos, los hijos de los Reyes Eméritos, sólo ha accedido a conceder entrevistas para promocionar sus obras de beneficencia.

Una discreta vida sentimental

Amante de la cultura hindú, es la fundadora y presidenta de la Fundación Mundo en Armonía, una organización filantrópica sin ánimo de lucro.  En 1989, ella misma llevó  a la India en un avión Boeing 72 vacas lecheras adquiridas en Cantabria.

Su vida sentimental ha sido bastante discreta. No se le han conocido apenas relaciones. En los años sesenta las revistas del corazón hablaron de un posible compromiso con algún príncipe alemán, pero nunca se hizo efectivo. En los 70 se habló de un posible noviazgo con Gonzalo de Borbón-Dampierre, primo hermano del Rey Emérito. Esta relación no gustaba mucho a su hermana. En 1975 se rumoreó mucho el interés de ella hacía Jesús Aguirre, pero éste prefirió unirse a Cayetana de Alba, con la que se casó en 1978.

En los años ochenta vivió un romance con Guido Brunner, el que fuera embajador alemán en España vinculado a la comisiones del AVE a Sevilla en los años noventa. Sin embargo, esta relación no gustaba nada en Zarzuela y, dicen, que fue su cuñado Juan Carlos I quién abortó el noviazgo porque no lo consideraba apropiado.

Hace más de 20 años, vivió un momento complicado cuando se le detectó un cáncer de mama. Finalmente, venció a la enfermedad y desde entonces su salud le ha seguido dando disgustos. En 2008 visitando Atenas se cayó y tuvo una fractura en un pie. Hoy, visiblemente envejecida y con pérdidas de memoria, sigue fiel a la discreción. Y es la fiel compañera y confidente de la Reina Sofía de Grecia, que no la abandona. Especialmente en estos momentos tan duros para ella.

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