El Aeropuerto de Barajas, refugio climático de mendigos ante las altas temperaturas

El calor de verano en el mes de agosto está resultando insoportable debido a la ola de calor. Los termómetros de la calle marcan 40 grados centígrados, una temperatura muy alta para el bienestar de las personas y sobre todo para aquellas que viven en la calle. Son personas con nombre propio y todas tienen una historia que contar.

El centro de Madrid es unos puntos más concurridos por los sin hogar, pero en la actualidad lugares como la Puerta del Sol, Tirso de Molina, entre otros, carecen de sombra donde poder refugiarse del calor que asoma en este mes estival.

La solución que toman muchas personas sin techo es acudir al Aeropuerto de Madrid Barajas-Adolfo Suárez, donde la temperatura roza los 21 grados centígrados todo el día, y de esta forma refugiarse del calor extremo del día y de la noche. Este lugar es accesible y público, y el único requisito para estar es que no generes problemas, no te metas en peleas y no te hagas notar. De hecho, muchas de estas personas que caminan por el aeropuerto fijo pasarían como clientes de las aerolíneas si no fuera porque nunca llegan a destino.

Baños para el aseo personal, aire acondicionado y televisiones

El aeródromo cuenta con cuatro terminales donde poder estar todo el día, al fresco del aire acondicionado. Cuenta con baños donde asearse, televisiones donde ver los Juegos Olímpicos y los sin techo se encuentran más seguros que en la calle, en la que pueden sufrir agresiones y robos. Son varias decenas de personas sin hogar, conocidos como  “pasajeros invisibles” que han ‘buscado su sitio’ en las terminales del aeropuerto de Madrid. 

Deambulan por los pasillos portando un carrito cargado de maletas olvidadas, bultos, que en su interior guardan una historia personal tan real como ajena a la realidad. “Si algo valioso conservan en su equipaje no es otra cosa que los recuerdos”, comenta un vigilante que los conoce bien.

Además de dormir, disponen de baños públicos donde asearse y mantener una higiene mínima para pasar por un pasajero más. Muchos de estos viajeros llevan años usando las instalaciones del aeropuerto como su lugar, que incluso les sirve de refugio en los meses de invierno para evitar el frío de la calle. Apenas salen de esta área de confort porque se acercan a los restaurantes para comer las sobras que hay en los platos de los viajeros que han dejado en las mesas. Entre los indigentes todos se conocen. En la actualidad hay más hombres, apenas se ven mujeres recorriendo las terminales.

La presencia de estos “habitantes” en las instalaciones de AENA no es ilegal, ya que el aeropuerto es un espacio público. Tanto AENA como las Fuerzas de Seguridad del Estado no permite que estas personas puedan afectar a la seguridad de las instalaciones. En general, estos días de mucho trasiego en el aeropuerto de Barajas, los mendigos intentan sacar unas monedas pidiendo a las personas que recorren estas instalaciones en busca de su vuelo.