29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

Los expertos rechazan el uso de pastillas para dormir y defienden las técnicas naturales como la relajación

El insomnio, la pesadilla que quita el sueño a más de una tercera parte de la sociedad

El imsonio, la pesadilla que atrapa a muchos de noche.
El imsonio, la pesadilla que atrapa a muchos de noche.
El calor agobiante que estamos padeciendo estos días causa numerosos problemas. De entre ellos, uno de los más importantes es que muchas personas no pueden dormir. Las altas temperaturas impiden el descanso natural del organismo ocasionando el temido insomnio. El aire acondicionado no es una opción para todos, ya que se desaconseja tenerlo encendido durante toda la noche porque puede ocasionar resfriados y en los peores casos, afecciones respiratorias más más graves como neumonías, pulmonías...

El insomnio amenaza cuando llegan las altas temperaturas, pero hay otras muchas causas que impiden tener un sueño nocturno relajado y continuado. El estrés, los problemas familiares y laborales, las malas relaciones o conflictos con los hijos y la familia son algunos de los motivos más frecuentes que quitan el sueño. Cuando esto ocurre, muchas personas recurren rápidamente a pastillas para poder dormir, otros acuden al médico...

No dormir de noche, pasa factura al día siguiente. 

Sin embargo, lo primero que hay que hacer y que, por lo general, se olvida, es instaurar unos buenos hábitos del sueño, unas buenas prácticas que conforman lo que se denomina comunmente, la higiene del sueño.  Y es que el insomnio suele estar más relacionado con nuestras preocupaciones que con algún problema realmente físico. Por ello, si se presenta este problema los consejos que hay que tener presentes son:

Alejar pastillas y somníferos

Cerca de un 30% de la población española admite tener problemas para dormir, según cifras del Ministerio de Sanidad. En muchos de estos casos, la enfermedad puede llegar a cronificarse, es decir, aunque no aparezca todas las noches, sí puede impide tener un buen descanso continuado. Además, cuando el sueño es irregular, además de estar más cansados provoca mal humor, aumenta el estrés y la ansiedad, lo que vuelve, a su vez, a causar más problemas de sueño.  El insomnio impide entrar en la fase más profunda del sueño por lo que nuestro descanso no será reparador. 

La luz y los dispositivos tecnológicos alejan el sueño y facilitan las noches de insomnio. 

Esta dinámica se convierte en perversa pero debemos evitar recurrir a las pastillas. La medicación únicamente induce al cuerpo a dormir a través de la sedación. Pero si la base está en las preocupaciones o los problemas, estos no acabarán.  Por tanto, hay que alejar los somníferos siempre. ¿Qué hacer, entonces?

Invocar el sueño

La llamada higiene del sueño consiste en unos hábitos muy sencillos que deberemos repetir cada día para “enseñar” a nuestro cuerpo que llega la hora de descansar. En primer lugar empezaremos a reducir estímulos externos que impiden la relajación del cuerpo y de la mente. El cerebro necesita oscuridad total para que la melatonina actúe y nos induzca al sueño. Habrá que disminuir las luces de las estancias que frecuentemos, alejaremos de nuestro alcance y apagaremos móviles, ordenadores y demás dispositivos tecnológicos,  adoptaremos alguna actividad de relajación como leer, tomar una ducha caliente o meditar.  Estas prácticas realizadas como rutina cada día "educan" al organismo para que entienda que esos hábitos preceden al descanso. Lo inducen por la reducción. 

El sueño es reparador para el organismo y si no llega de noche, llegará de día. 

Si ya en la cama, seguimos despiertos,  pasan los minutos y empezamos a agobiarnos porque vemos cómo se acerca amenazadora la hora de levantarnos, podemos probar otros remedios siempre naturales.

-Relajar el cuerpo respirando de forma pausada y profunda cuando estamos en la cama ayuda a que los pensamientos vayan frenando poco a poco. Mente y cuerpo están relacionados. Relajar uno ayuda a relajar el otro. 

Después, lo que mejor funciona es realizar respiraciones, concentrarse en la respiración normal que se realiza, siguiendo el curso de cada inhalación y exhalación, el cuerpo se relaja en pocos segundos y entra en una calma que induce al sueño alejando los pensamientos. Es un tipo de relajación por respiración que se aplica a momentos de estrés, ansiedad  y dolor con excelentes y probados resultados.

-Hay expertos que aconsejan que cuando  los problemas son los que interrumpen el sueño, podemos también optar por dedicar 30 minutos al día para agrupar todas las preocupaciones e impedir pensar en ellas durante el resto de la jornada.  La fuerza mental es indispensable para no dejarnos dominar por los pensamientos.

-Levantarse de la cama. El cerebro trabaja por asociaciones. Quedarse en la cama si no se puede dormir hará que la asocies a estar despierto. Si estás más de media hora acostado sin dormir, levantarse, salir de la habitación y hacer alguna tarea monótona ayudará a relajarse.

-Psicología inversa. Tendemos a pensar en aquello que procuramos evitar. Por eso, si cuesta dormir, otra solución podría ser hacer todo lo posible para pensar en no quedarse dormido en toda la noche.

Cada noche es una oportunidad para poner en práctica estos hábitos. 

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