Los “trucos” para limpiar las gafas durante esta crisis sanitaria: Del jabón seco a usar geles desinfectantes

El coronavirus ha hecho que diversas personas se las ingenien para evitarse gastos excesivos en productos protectores para la salud o directamente para material que le haga la vida más fácil durante estancia en el trabajo, sobre todo a aquellos que trabajan en el sector sanitario.

Uno de estos “trucos” que ha saltado a la palestra durante la última semana es el que lleva a cabo el traumatólogo, el Doctor Alejandro León de la Clínica Plenum de Valladolid. Este médico enseña a como utilizar las gafas con mascarilla sin que se empañen las lentes. Para ello, utiliza un jabón en seco con el que frota el cristal. Después muestra como gracias a este método no se produce vaho en las gafas.

El problema de esta técnica, como así comenta durante una entrevista para el diario Verne, Arturo Armada, profesor del Departamento de óptica de la Universidad de Granada, es que en ocasiones la capa de jabón que debe crearse en la lente para que esta no se empañe también puede dificultar la visión.

“Yo he hecho la prueba con dos jabones, y el problema es que si limpias el jabón con excesivo celo las lentes pueden seguir empañándose. Por el contrario, si lo extiendes menos, funciona mejor, pero la propia capa de jabón hace que veas peor”, explica el profesor Armada.

El daño provocado en las gafas

La técnica del lavado con jabón seco puede ser efectiva durante estos días, pero puede provocar un daño irreparable a largo plazo en las lentes. De hecho, en un texto que ha llegado a la redacción de elcierredigital.com, un optometrista en Óptica Palop de Manises da un consejo, después de ver el vídeo del Doctor León, para que las gafas no sufran daños considerables.

“Este médico explica, con toda la buena voluntad del mundo, un método para que no se empañen las lentes de las gafas cuando se lleva mascarilla. Comenta que sus lentes son “plomadas” y esto que quiere decir; pues que son minerales (vidrio para que nos entendamos) de un índice alto y con una capa de unos 0,75 mm de plomo”, señala el texto.

“En el mercado nacional, prácticamente el 95% de las lentes son orgánicas y estos materiales no se pueden frotar en seco, ya que con el tiempo van a perder el tratamiento antirreflejante, si lo llevan y además, por la fricción, van a acabar rayándose. Este tipo de lentes siempre se han de limpiar en húmedo. Con esta mala manipulación hace que luego no se pueda invocar la garantía del fabricante frente a la pérdida de transparencia de la lente”, indica el óptico.

Un ejemplo de gamuza anti-vaho

Por ello, “para evitar este problema existen en el mercado una serie de bayetas anti-vaho que funcionan muy bien y evitan estos inconvenientes”, señala el óptico. De hecho, estas gamuzas se pueden comprar en la webopticasobrarbe.com. El uso de estas y de geles anti-vaho es una de las formas más recomendables para no dañar el tratamiento de tus lentes.

Según la web, estas gamuzas tienen cuatro pasos a seguir para su modo de uso: “Limpiar bien la gafa con los limpia-lentes que puedes comprar en tú óptica con agua y jabón neutro, el mismo que usas para tu cuerpo, nunca el de fregar los platos. Secar la gafa. Pasar la gamuza por las dos caras de la lente. No lavar la gamuza, ya que perdería sus propiedades anti-vaho”

Otros trucos para evitar el empañamiento

En el empañamiento de las gafas, además de los factores ya explicados como el tipo de montura y los filtros protectores que tengan las lentes hay otra circunstancia importante a destacar: la temperatura. Las lentes pueden empeñarse sin necesidad de hacer vaho con las mascarillas.

De hecho, pueden pasar en cualquier lugar en el haya mucho calor, un bar, el metro o cualquier lugar donde haya una cierta concentración de gente, algo que parece lejano en estos momentos. Para evitarlo, el óptico optometrista Jesús Burón, conocido por los consejos que da en su canal de YouTube, recomendaba en la Cadena SER calentar un poco las lentes antes de ponérnoslas.

Como el empañamiento se produce debido a que el aire de nuestros pulmones asciende por la cara y acaba condensándose en las gafas, otra solución es evitar que el aire llegue hasta ellas. Puede hacerse doblando un poco la parte superior de la mascarilla, poniendo un poco de esparadrapo sobre la máscara y la nariz para sellarla, o ambas.