20 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Arranca la segunda semana de vacunación con datos muy pobres, ya que solo se ha inoculado la vacuna a 82.834 personas de las 718.575 dosis disponibles

Balance ridículo: No llegamos ni al 12 por ciento de vacunaciones posibles contra el COVID en toda España

Araceli, la primera vacunada en España.
Araceli, la primera vacunada en España.
Los números son ridículos, Andalucía ha puesto ya la vacuna a 26 mil personas, mientras que en Madrid apenas pasan los 3.000 vacunados. En total, en el conjunto de España no se llega al 12 por ciento de vacunas puestas de las posibles con que se cuentan. A fecha de este domingo se habían vacunado solo a 82 mil personas desde el 31 de diciembre, de los 47 millones de españoles susceptibles de ser vacunados.

Hasta el momento se han recibido 718.575 dosis de vacunas contra el COVID-19, todas del gigante farmacéutico alemán Pfizer. Las últimas han llegado este mismo lunes.

Sin embargo, el balance registrado en el conjunto del territorio español se perfila bastante negativo tanto en lo relativo al porcentaje de los españoles que hasta la fecha han recibido el antídoto frente al SARS-CoV-2, como en la falta de información exhaustiva sobre la vacunación por parte del Ministerio de Sanidad que, vista la situación, parece más atento a la sustitución de Illa al frente de esta cartera que por un exhaustivo control de la vacunación frente al coronavirus. Cierto es que la primera semana solo se recibieron 369.525 dosis. Pero aún así, el dato es ridículo y la velocidad de vacunación tiene graves y evidentes problemas, entre ellos el almacenamiento a bajas temperaturas, ya que hay actualmente más de 600.000 vacunas guardadas y a la espera.

Todo un cúmulo de dificultades que comenzaron con los problemas logísticos tras la recepción de la mercancía y la falta de planificación, fruto de las 17 políticas diferentes de vacunación que rigen en las CC.AA. A ello hay que sumar los días festivos en los que algunas autonomías no han vacunado, la falta de formación de equipos encargados de administrar las dosis, las dificultades a la hora de poner dicha vacuna en las residencias de mayores, y la reserva prevista para una segunda dosis, justificaciones esgrimidas por los responsables autonómicos.

 Algunas vacunas contra el Covid.-19.

El propio ministro de Sanidad, Salvador Illa, tras la reunión del Consejo Interterritorial de este pasado lunes, ha manifestado que, una vez pasadas las fiestas, “hay que coger ritmo”, y se ha limitado a indicar que la vacuna se ha administrado a 82.834, sin más detalle, dado que se carece todavía de un registro oficial, cosa que no sucede en los países vecinos como Alemania, Francia o Italia. Es decir, la cifra no llega al 12 por ciento de las dosis disponibles para administrar a españoles.

Sin embargo, la constitución de ese registro único está contemplada en la Estrategia de Vacunación del COVID-19, presentado en noviembre de 2020, y donde se especifica que “el Ministerio de Sanidad está trabajando con las comunidades autónomas en la confluencia normalizada y estructurada de los sistemas de información y registros autonómicos en un registro único que albergue los datos de vacunación frente a COVID-19 de todo el país y que será interoperable con otros registros puestos en marcha durante la pandemia”.

Un problema nacional

Por debajo de la media nacional se encuentra la Comunidad de Madrid, en la que sólo se ha vacunado al 6% de la población, hasta el momento. Sus responsables han reconocido la lentitud, de la que se excusan, pues se debe, a juicio de su presidenta, Díaz Ayuso, al retraso del Ministerio de Sanidad al que, insistentemente, pide una estrategia estatal.

Hasta ayer lunes, Cataluña administró la vacuna de Pfizer contra el coronavirus sólo al 13% desde que empezó la campaña de vacunación el 27 de diciembre. La lentitud en dicha comunidad es tal, que hasta la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha pedido a la Consejería de Salud más celeridad para recuperar el tiempo perdido. La Comunidad catalana prevé incrementar el ritmo para llegar a las 30.000 vacunas semanales.

En Cantabria, su consejero, Miguel Rodríguez admitía que la campaña va "más despacio" de lo deseado, mientras que Castilla-La Mancha y Extremadura, que no llegan al 12% tampoco han avanzado mucho más hasta ahora, al igual que en la Comunidad Valenciana o Aragón, con porcentajes cercanos al 16%, aunque al menos se mantienen por encima de la media nacional.

Otras autonomías, en cambio, como Asturias y Andalucía parecen ir un poco más adelantadas con porcentajes del 80% y 40%, respectivamente. Galicia y Navarra también se sitúan a la cabeza de la vacunación, rondando el 50% de inoculaciones. ¿Por qué en estas comunidades sí llevan un ritmo aceptable y en otras no?

Los porcentajes llevados a números reales se antojan cuando menos ridículos: La Comunidad de Madrid solo ha administrado vacunas a 3.090 personas en 60 residencias de mayores, de las 48.750 dosis semanales que recibe aunque prevé, en cambio, vacunar a otras 15.000 esta semana, lo que supondría multiplicar su ritmo actual por cinco, un reto complicado.

Cantabria ha puesto un total de 304 dosis en la primera semana del proceso, en la que recibió alrededor de 5.000, en este caso apenas el 6 por ciento. Andalucía, hasta el domingo ha puesto la vacuna a 26.464 personas, lo que supone el 37,24% de las vacunas que han llegado, 70.000, según ha informado este lunes el consejero de Salud y Familias de la Junta, Jesús Aguirre.

Galicia ha alcanzado las 9.500 personas vacunadas una semana después de las primeras inoculaciones, más de la mitad de las 18.000 recibidas. En Castilla y León también rondan esas cifras. Además, el 27% de usuarios y empleados de las residencias de Canarias ya se han vacunado. Si no hay retrasos ni imprevistos, este lunes llegarán 350.000 dosis más.

Carolina Darias, ministra de Política Territorial y Función Pública del Gobierno de España, auguró ayer lunes un proceso largo de vacunación, al tiempo que instó a un comportamiento responsable de la ciudadanía, tras su intervención en el Consejo Interterritorial del SNS, pero tampoco ofreció una explicación sobre la lentitud. ¿Cómo es posible que Andalucía haya multiplicado por ocho el número de dosis inoculadas respecto a Madrid? ¿Tienen más personal sanitario? ¿Están mejor organizados? Nadie sabe responder.

De esta manera, el desconcierto y la falta de transparencia se convierten en la tónica dominante de la política sanitaria española, como ha sucedido desde el principio de la pandemia, a lo que se suma la falta de rumbo del Ministerio en plena campaña de vacunación tras la designación de Salvador Illa como candidato socialista a las elecciones del próximo 14 de febrero.

No es de extrañar que los principales partidos políticos, incluido Unidas Podemos, hayan instado al actual titular de Sanidad a dejar ya el cargo puesto que, y en esto coinciden todos, es incompatible con la gestión para hacer frente a toda la problemática desencadenada por la pandemia del coronavirus. Sin embargo, Illa insiste en mantenerse al frente de Sanidad hasta el inicio de la campaña electoral, que está prevista para el próximo 29 de enero.

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