29 de marzo de 2024
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FIN DE SEMANA

La autonomía catalana mantiene desde hace más de un año una ley que limita los precios de alquiler y que podría afectar a toda España

La falta de control de rentas en los pisos de alquiler turístico en Cataluña provoca su 'boom'

Los propietarios barceloneses advierten una importante caída en la demanda de pisos de alquiler desde 2020, cuando se aplicó el decreto que controla las rentas en la autonomía. La nueva Ley de Vivienda aprobada por el Gobierno central podría provocar que la situación de Barcelona se extrapolara al resto de la península, haciendo que aumentara la demanda de viviendas vacacionales y por temporadas, que no se encuentran reguladas por el control de alquileres.

En Barcelona, el número de pisos para alquilar no hace más que caer. Los representantes del sector turístico ya han advertido de los riesgos del incremento de oferta y demanda de viviendas vacacionales y por temporadas, algo que ya se observa en la ciudad catalana. La principal causa de esta posible proliferación podría deberse a que este tipo de alquileres no entran en la regulación por el control de alquiler que aprobó el Gobierno el pasado mes de octubre para toda España.

En Cataluña, sin embargo, ya se ha cumplido un año desde que entró en vigor la ley que limita los precios de los alquileres. Según reportaban en el pasado mes de septiembre las compañías de servicios inmobiliarios idealista y pisos.com en la autonomía, la oferta se ha reducido en torno al 42% mientras que las rentas han caído incluso menos que en Madrid. Por este motivo, y como forma de huir del control de precios impuestos en Cataluña, cada vez son más los propietarios que se plantean optar por el alquiler por temporada o el turístico.

Esta iniciativa del gobierno regional catalán, que prevé implementarse en el resto de España para 2024 según la nueva Ley de Vivienda aprobada por el Gobierno, no tiene otro objetivo que reducir los precios en zonas con especial tensión de las rentas –donde se considera que los precios han subido más de lo razonable– sin que ello afecte a la oferta. Sin embargo ninguno de estas intenciones se han logrado en el caso de la ley catalana, pues su impacto en los precios ha sido casi nulo y, por el contrario, ha provocado una relevante reducción de la oferta, según análisis realizados por los portales inmobiliarios españoles con mayor peso.

Según las estadísticas publicadas por el portal inmobiliario de idealista, Barcelona registró durante el año en el que se implantó este control de precios una reducción en sus rentas del 8,2%, una caída inferior a la registrada por Madrid (-9,3%), donde los precios son libremente pactados entre las partes.

Desde idealista consideran que el principal problema con el que se enfrenta en la actualidad el mercado de alquiler catalán y especialmente el barcelonés, es la “dramática reducción de la oferta en Barcelona, que ha provocado que la presión de la demanda se esté disparando y que cada vez sea más complicado alquilar una vivienda para una familia”.

En septiembre de 2020, el índice de demanda relativa (elaborada por la inmobiliaria midiendo el número de contactos que recibe de media cada anuncio de alquiler) se situaba en 1,7, mientras que durante la misma semana de 2021 superó la barrera del 4, llegando hasta los 4,8. Este dato ha resultado ser el más alto de la serie histórica realizada por idealista en la ciudad catalana.

La nueva Ley de Vivienda

Aunque la aplicación de la nueva Ley de Vivienda aprobada por el Gobierno central se retrasa 18 meses a partir de su entrada en vigor, los propietarios españoles temen que la situación barcelonesa prolifere en el resto de la península. De ponerse en marcha, el nuevo decreto mantendría a los propietarios o personas jurídicas (empresas) con más de diez viviendas (considerados grandes tenedores) a expensas de lo que determinasen los índices de precios. Esto significa que la renta impuesta por el casero dependerá de una estadística todavía pendiente de configurar

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