23 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

A menudo, las drogas se utilizan como vía de escape o para afrontar problemas como la tristeza, ansiedad, preocupación excesiva o aislamiento

Adicciones y salud mental: La espiral de destrucción que afecta de forma más significativa a mujeres que a hombres

Persona con problemas de salud mental
Persona con problemas de salud mental
Las conductas adictivas adolescentes suponen un considerable problema de salud pública. No solo por la toxicidad de las sustancias consumidas en un período de gran vulnerabilidad para su desarrollo, sino también por las consecuencias psicosociales que tienen a nivel escolar, social, familiar e incluso económico. Aunque el avance está siendo considerable, aún nos enfrentamos a varias lagunas.

Ante esta situación, la mejora de la atención a las adicciones adolescentes sigue siendo un objetivo prioritario, tanto para la prevención como para el tratamiento de estos problemas. 

Sin embargo, en primer lugar, los tratamientos fallan debido a que los patrones de consumo de sustancias en adolescentes cambian rápidamente con la aparición de nuevas drogas y formas de consumir. Por otra parte, en los últimos años se ha incrementado la frecuencia en determinadas prácticas como los juegos de azar y han aparecido los adictos a los videojuegos, nuevas formas de ludopatía. Estos nuevos hábitos suponen un reto de adaptación constante.

Por otra parte, a pesar de que existen tratamientos efectivos, estos no siempre se implementan. A ello debemos sumarle que gran parte de los menores no logran mejorar significativamente incluso con estas intervenciones. Y tampoco hay que olvidar todos aquellos que ni siquiera acuden a estos servicios, porcentaje mayor en el caso de las jóvenes que a menudo no representan más del 30% de los usuarios que participan en estos programas. 

“Por tanto, podemos pensar que quizás hay áreas que no estamos abordando adecuadamente y que tenemos un considerable margen de mejora de los tratamientos” explicó Sergio Fernández-Artamendi, doctor en Psicología y director del máster en Intervención Psicológica en Adicciones, en la universidad de Loyola.

Una relación de influencia mutua

Una de las áreas que necesitan más atención en relación al tratamiento de las adicciones es la de salud mental, que cuando está afectada aumenta el riesgo de llevar a cabo conductas adictivas. Está comprobado que estas sustancias se utilizan con mucha frecuencia como vía de escape ante la tristeza, ansiedad, preocupación excesiva, aislamiento, baja autoestima, dificultades en las relaciones sociales, etc.

Pero el camino inverso también está demostrado. Es decir, que estas conductas adictivas pueden generar o agravar diversos problemas de salud mental debido a los efectos sobre su funcionamiento psicológico, familiar y social. Hablamos, por tanto, de una relación interactiva y de influencia mutua.

“Si esto no se aborda adecuadamente en el proceso de tratamiento, puede dificultar las posibilidades de ayudar con eficacia a los menores o incrementar los riesgos de recaída en el futuro” añade Fernández-Artamendi.

Problemas de salud mental por adicciones

Un estudio realizado por la Universidad de Loyola y publicado en la revista Psicothema, evaluó cuáles eran los problemas de salud mental que presentaban los menores con problemas adictivos, atendiendo particularmente a las diferencias entre sexos.

Para llevar a cabo la investigación, realizó un estudio transversal con una exhaustiva evaluación de conductas adictivas y salud mental. Seleccionó una muestra de 684 adolescentes de la población general de 16,6 años de media.

Los resultados obtenidos indicaron que, en efecto, las conductas adictivas no se presentan solas. Lo habitual es que los jóvenes con problemas de adicción al alcohol o cannabis tengan, además, síntomas de otros problemas de salud mental. Además, encontraron que el abuso de alcohol y cannabis se presentan habitualmente asociados a síntomas depresivos y de ansiedad.

El problema se acentúa en las adolescentes

Asimismo, detectaron que los problemas de salud mental son más importantes entre las jóvenes con problemas adictivos. Por ejemplo, en este sector de la población los problemas de consumo de alcohol se presentan más asociados a hostilidad (conductas agresivas) y somatización.

Por su parte, en el caso del trastorno por uso de cannabis, las adolescentes presentan muchos más pensamientos obsesivos compulsivos y comportamientos de hostilidad que ellos. Estos resultados van en la línea de estudios previos que sugieren que la comorbilidad entre adicciones y problemas de salud mental es superior entre ellas.

La compleja relación entre las drogas y los trastornos mentales – Salud  Mental Sevilla. Samu Wellness

Joven con cannabis en sus manos.

En el caso del alcohol, los resultados pueden deberse a una mayor vulnerabilidad por parte de las jóvenes ante los efectos de esta sustancia aunque también podría influir que existe una menor aceptación social del consumo de alcohol entre ellas, lo que podría incrementar el estigma y la ansiedad.

En el caso del cannabis, su uso también está comúnmente asociado a patrones de consumo masculino lo que podría explicar la asociación de conductas de hostilidad frecuentes entre las consumidoras, conductas más asociadas al rol masculino tradicional.

Por otra parte, los resultados sugieren que, particularmente entre ellas, el uso de cannabis podría utilizarse como herramienta para afrontar los pensamientos intrusivos. No obstante, todas estas hipótesis explicativas son todavía preliminares y es necesario seguir investigando al respecto.

Falta de servicios de atención especializados

Los resultados de este estudio indican que las conductas adictivas vienen habitualmente acompañadas de problemas de salud mental incluso entre la población general. Aunque parecen evidenciar que un colectivo particularmente vulnerable es el de las jóvenes que presentan necesidades específicas de salud mental.

Este hecho acentúa el problema mencionado anteriormente, el de que estas jóvenes no acuden tanto a este tipo de servicios. “Por eso, es fundamental mejorar la prevención universal y la promoción de la salud mental entre esta población a edades tempranas” subraya Fernández-Artamendi.

“Es necesario mejorar la atención a los problemas de salud mental entre los jóvenes con problemas adictivos, ofreciendo un abordaje psicológico comprensivo. Y además, sería conveniente crear más servicios de atención especializada para chicas con este tipo de conductas que tengan en cuenta sus necesidades particulares, no solo a nivel de salud mental” concluye.

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