26 de abril de 2024
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FIN DE SEMANA

Se trata de un sistema prehistórico adaptado después de la pandemia y donde los trabajadores pueden repartir como deseen sus horas establecidas

Nuevo método que mejora rentabilidad y productividad en las empresas: Jornadas laborales no lineales

Teletrabajo
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El concepto “jornada laboral no lineal” no es nuevo, sino que se trata de un concepto prehistórico que se ha adaptado después de la pandemia de covid-19. Este método consiste en que los trabajadores realizan las horas establecidas en su contrato pero desde casa y repartidas como ellos crean conveniente, mejorando así las relaciones familiares y la rentabilidad de la empresa. A día de hoy se está introduciendo en el sector terciario tecnológico.

En España, cuando alguien mencionaba “jornada laboral” todo el mundo pensaba en trabajos que comenzaban sobre las 8 o 9 de la mañana y que terminaban a las 5 o 6 de la tarde, con un descanso para el almuerzo al mediodía. Pero esto ha cambiado, en el inicio de la pandemia absolutamente todos los trabajos se paralizaron y comenzaron los llamados “trabajos telemáticos”. Desde hace dos años aproximadamente los trabajadores cambiaron tanto sus lugares de trabajo como sus horarios.

Con este cambio se introdujo en nuestro vocabulario la jornada laboral “no lineal”. Se trata de una modalidad en la que los empleados deben cumplir su bloque normal de horas, por ejemplo, de 10 de la mañana a 5 de la tarde, pero estas las pueden realizar cuando quieran a lo largo del día.

Con esta flexibilidad los trabajadores pueden repartir sus horas y mantienen un horario diferente al de sus compañeros. El objetivo final de este nuevo concepto laboral es que el trabajo sea compatible con la vida personal, un concepto que cada vez más empresas están adoptando, en parte por la motivación de los trabajadores al poder compaginar sus vidas. Además los expertos ya han explicado las numerosas ventajas que este método ofrece, siempre y cuando se realice de manera correcta y con las medidas necesarias.

Un concepto prehistórico

Sin embargo, cuando hablamos de este concepto debemos tener en cuenta que no es algo nuevo, sino que en la época preindustrial ya se utilizaba. En la antigüedad el trabajo duraba desde el amanecer hasta el anochecer pero con descansos para siestas, comidas… Con los años y con la industrialización llegó la jornada laboral de 5 días y 40 horas semanales en la mayoría de las compañías.

Una pandemia ha tenido que afectar al mundo para que retrocedamos y volvamos a la jornada que utilizaban los prehistóricos. Durante la pandemia los trabajadores tenían tiempo para todo, para trabajar, para descansar y para pasar tiempo con la familia, los trabajos siguieron adelante y cada uno adaptó su tiempo a las necesidades sanitarias del momento.

Ahora, un padre puede comenzar a trabajar, durante unas horas, parar para ir a buscar a sus hijos al colegio, seguir trabajando y volver a parar para llevarlos a las actividades extraescolares. Un punto muy a favor de las empresas que ya lo han implantado, ya que beneficia a las familias en gran medida.

Así mismo, también supone un ahorro, ya que evitamos desplazamientos hasta la oficina, horas muertas y comidas fuera de casa.

Menos agobio y más productividad

Los dueños de compañías que llevan a cabo jornadas laborales no lineales afirman que esto produce una mayor productividad. Los trabajadores no pasan ocho horas seguidas realizando el mismo trabajo y al dividirlas su rentabilidad y productividad aumentan.

Actualmente, estas jornadas laborales no lineales la encontramos en el sector tecnológico, puesto que un camarero por ejemplo no puede acceder a este método. Las empresas que se están añadiendo suelen ser compañías emergentes en el mercado, nuevas y capaces de adaptarse a horarios asíncronos, ya que este cambio resulta vertiginoso para empresas tradicionales que llevan décadas realizando trabajos presenciales en la oficina.

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