06 de diciembre de 2023
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FIN DE SEMANA

Según el psicólogo clínico Darío Fernández, "esta conducta tiene consecuencias en la persona que lo sufre y también en el 'orbitador'"

El fenómeno 'Orbiting': La tendencia obsesiva de espionaje en las redes sociales de los 'ex'

El Cierre Digital en Imagen de una persona junto a su móvil.
Imagen de una persona junto a su móvil.
Las relaciones sociales han experimentado un importante cambio debido al auge de las redes sociales como modelo principal de comunicación social. Cada vez es más común esconderse tras la pantalla y llevar a cabo prácticas de refuerzo intermitente como el "orbiting", un concepto derivado del "ghosting" que da nombre a los estímulos esporádicos que recibe una persona de su expareja, sobre todo por redes, y que no la dejan pasar página.

Las relaciones sociales han experimentado un importante giro gracias a la implementación de las redes sociales como prisma principal en la manera de comunicarnos en el día a día. Es así que las rupturas también se ven envueltas en la presión del mundo digital y el rastro que nuestros movimientos dejan en la red.

Surgen en ese contexto conceptos como el ghosting y su descendiente el orbiting, términos procedentes de la lengua inglesa que describen situaciones cada vez más habituales. El ghosting es una práctica social muy común actualmente, por la cual una persona con la que estás entablando una comunicación o relación, ya sea amorosa o de amistad, desaparece sin dar ningún tipo de explicación.

La ruptura se formaliza, por tanto, dejando de dar señales, como si nunca hubiera existido. Este tipo de situaciones generan en la persona que ha sido rechazada un gran sentimiento de incertidumbre. Sin embargo, “esta conducta tiene influencias o consecuencias tanto en la persona que lo sufre, como en el orbitador”, como ha explicado el médico y psicólogo clínico de Darío Fernández Delgado a elcierredigital.com.

De manera similar, el orbiting es el nombre que recibe ghosting “a medias”. Acuñado en 2018 por Anna Lovine en el blog Man Repeller, orbiting significa “orbitar” u “orbitando” en inglés y define a la perfección una conducta en la que la expareja permanece sigilosa en el entorno, sobre todo virtual, del otro, desapareciendo de su vida, pero nunca de manera completa.

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El orbiting es el nombre que recibe ghosting “a medias”

Los orbiters, es decir, las personas que aparentemente desaparecen de nuestra vida, orbitan como lo hace la Tierra con el Sol. Mediante comentarios y “me gustas” en redes sociales como Instagram o indirectas en otras como X (Twitter), permanecen a nuestro alrededor recordando su presencia continuamente. Estos sujetos no aportan nada a nuestra vida, pero la observan mediante las ventanas virtuales de nuestras cuentas.

Siempre de forma indirecta, nunca manteniendo una conversación directamente con nosotros. El orbiting genera “una inestabilidad que impide a la persona superar el fracaso de esa relación”. En definitiva le impide gestionar la ruptura de una manera positiva para ella”, es decir, descubrir “qué tipo de personas no le conviene, qué es lo que quiere para una futura relación, que ha aprendido... ese crecimiento personal que no se puede realizar sin haber finalizado la relación anterior”, explica el Darío Fernández.

El ghosting a medias tintas es un fenómeno que las redes sociales han maximizado. Estas plataformas favorecen e incitan, a partes iguales, a sus usuarios a exponer cada detalle de sus vidas: los gustos y aficiones, el trabajo, los estudios, las quedadas con amigos... el tentador escaparate se vuelve difícil de esquivar.

Consecuencias a corto y largo plazo

El orbiting es una práctica aparentemente inofensiva, sin embargo su diseño circular acaba fortaleciendo un refuerzo intermitente que genera y empeora los síntomas de ansiedad propios de muchas rupturas. Las consecuencias de esta inestabilidad, por ello, son notables, sobre todo en la persona que lo sufre.

“Son más graves en la persona que lo sufre, primero, porque este se encuentra desconcertado” y no entiende por qué la relación ha pasado de ir bien a ir desapareciendo sigilosamente. Después, “el seguir recibiendo noticias de esta expareja hace que la persona que lo sufre permanezca todavía ilusionado o esperanzada” por un posible reencuentro.

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El orbiting parece una práctica inofensiva, pero puede acarrear graves consecuencias psicológicas

Una consecuencia todavía más grave para la persona que lo sufre “es que queda anclado a esa relación, no termina de romperla y, por lo tanto, no puede establecer una nueva”. Así, la víctima paraliza su vida en un capítulo inacabado, lo que “afecta negativamente en su proceso para pasar el duelo”, afirma el psicólogo.

Además, también entran en juego diversos factores propios de la personalidad de cada persona. Si el que sufre el orbiting tiene miedo a la soledad, “se enganchará al poco estímulo que recibe”. Del mismo modo, Darío Fernández explica que “si la persona cree que no va a encontrar a nadie igual o no tolera las emociones negativas que se generan en este tipo de situaciones, se quedará en un duelo enquistado que no se superará”.

¿Se recomienda el contacto cero?

El orbiting es una práctica que dificulta el duelo de las rupturas, causando confusión en una o incluso las dos partes. Para evitar el malestar generado por un refuerzo intermitente es necesario establecer límites o incluso cortar directamente cualquier tipo de interacción.

Como explica el experto Fernández, “para que una persona salga de esta situación es recomendable aplicar el contacto cero, es decir, cortar cualquier tipo de relación con el otro, incluidas las que se dan por redes sociales”. Así mismo, “también se debe analizar lo sucedido sin sentirse culpable ni responsable de eso”, pues el orbiting es una manera más de manipular.

“El que orbita puede tener necesidades psicológicas porque tiene que aprender a controlar los impulsos de seguir vigilando a una expareja” de manera compulsiva. Fernández indica que, por su parte, el orbitado también debe dejar de “hipervigilar a su expareja” e ignorar las interacciones que recibe de esta.

¿Qué reflexiones debemos plantear para identificarlo?

Darío Fernández indica que en muchas ocasiones el orbiting comienza a reflejarse durante la propia relación: “si en momentos de dificultad tu pareja no te apoya, si te ve preocupado y no se interesa por ti, si tarda días en contestar y no da explicación... puede que no lo haga bruscamente, pero son signos que lo van anunciando”.

Es por ello que en su libro, La itv del noviazgo, el psicólogo ofrece multitud de claves para saber identificar este tipo de conductas tóxicas y poder determinar si la ruptura se ha llevado a cabo de manera sana. Entre ellas, Fernández explica que se habrá pasado página si ya “no te importa que tu expareja salga con otras personas” o “no te dedicas a vigilarle y a seguir sus andanzas por redes sociales”.

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El orbiting comienza a reflejarse durante la propia relación

Así mismo, indica que una vez tomada la decisión, se debe respetar la separación y no esperar nada más de ella. Explica también que el dolor es un sentimiento normal, no patológico, por lo que hay que “dar tiempo a las emociones” y expresarlas. Alienta a las antiguas parejas a reinventarse de manera individual, como personas en una nueva etapa vital, y normalizar una situación en la que no necesariamente tiene que haber culpables. Darío Fernández concluye explicando que “la ruptura nunca es aséptica. Siempre se contamina con el ajuste de cuentas, el seguir compartiendo amigos, la separación de familias...” Sin embargo, afirma que es necesario aceptar el dolor, propio de esa clase de situaciones, y dejar ir, para evitar conductas tóxicas como el orbiting.

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